No es habitual ver al rey Felipe VI, a Pedro Sánchez y a cuatro ministro desplegando al unísono sus mejores dotes comerciales para vender España a empresas extranjeras. Es lo que ocurrirá el próximo lunes en Madrid, en una cumbre empresarial organizada por el Gobierno a puerta cerrada en la que realizará encuentros cara a cara con grandes compañías internacionales con el objetivo de captar inversiones.
Otra de las particularidades del encuentro es que el Gobierno ha convertido a las empresas estadounidenses en las grandes invitadas. Lo hace pese al deterioro de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y tras el frío encuentro hace unos días en Washington entre el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el secretario norteamericano del Tesoro, Scott Bessent.
Según fuentes de Economía, la Secretaría de Estado de Comercio y el Icex han invitado a 22 empresas estadounidenses al Invest in Spain Summit que celebrará el lunes en Madrid. El lugar elegido ha sido el Casino, junto al centro Canalejas, en el tramo de la calle Alcalá que ahora representa mejor el lujo que dejan las grandes fortunas en la ciudad.
El momento es propicio para presentar ante los inversores las buenas perspectivas económicas de España, convertida en la economía que más crece de la zona euro y en una de las dos principales del mundo a las que el FMI no ha rebajado sus perspectivas de crecimiento por la crisis arancelaria.
También acudirán seis empresas chinas
El grupo de invitados estadounidenses será con diferencia el más numeroso, por encima de cualquier otra nacionalidad. También llegarán a Madrid los representantes de seis empresas chinas, la mayor parte de ellas dedicadas a la cadena de valor del automóvil, para participar en estos encuentros a puerta cerrada llamados B2G (business to government).
Esta fórmula, en la que el Gobierno se sienta con grandes inversores para abrir las puertas administrativas del país, es la que se está imponiendo a nivel internacional para atraer a grandes inversores. El Gobierno ha movilizado a los ministros de Economía, Carlos Cuerpo; de Industria, Jordi Hereu; Transición Ecológica, Sara Aagesen, y de Transformación Digital, Óscar López, para interactuar con los inversores.

Si el 28% de los invitados son estadounidenses, argumentan desde Economía, es porque el stock de inversión de este país en España sigue siendo muy elevado, de más de 100.000 millones de euros, y sus inversiones son muy apreciadas en ámbitos como el de la tecnología.
Hay también diez invitados japoneses, cinco alemanes, cinco británicos, cuatro franceses, cuatro suizos, tres australianos, dos canadienses y dos italianos. De las 75 empresas en total, doce se dedican a las tecnologías de la información, once a la automoción, diez a las ciencias de la vida y ocho a la energía.
No hay empresas israelíes invitadas, aunque sí algunas dedicadas a la defensa, pese a no haber sido catalogadas como tal. Las hay aeroespaciales, aeronáuticas e industriales. El Ministerio de Economía se resiste a dar nombres, a menudo porque son las propias compañías las que exigen discreción.
Sin empresas israelíes, pero si de defensa
El Gobierno es consciente de que el encuentro se celebra en un momento marcado por importantes desafíos, entre tensiones arancelarias y cambios estructurales en las relaciones comerciales mundiales.
La Secretaría de Comercio hace un “seguimiento constante” de la crisis arancelaria y está contactando con empresas exportadoras. Trabaja también en el plan del Gobierno para poner a disposición de las más expuestas a Estados Unidos créditos por 14.100 millones de euros.
Está realizando además un seguimiento especial a través de la oficina del Icex en Washington y se han creado cinco grupos de trabajo que se reúnen con los representantes de los sectores más de expuestos y las comunidades autónomas.