El impacto para el bolsillo de casarse o no

Los enlaces matrimoniales pierden fuelle, mientras ganan fuerza las parejas de hecho, entendidas como la relación de convivencia estable, afectiva y pública entre dos personas. En comparación con los inicios de siglo, hoy se celebran un 20% menos de matrimonios, pero se formalizan muchas más parejas de hecho, que en el último lustro han crecido alrededor de un 80% según datos del Notariado. Elegir una opción u otra tiene consecuencias económicas relevantes, aunque en algunas comunidades las parejas de hecho cuentan con más derechos sociales, sucesorios y fiscales.

El tratamiento legal en esta materia, por lo tanto, es heterogéneo en España, ya que depende de cada legislación autonómica. En este sentido, Catalunya es una de las comunidades autónomas que más regula este tipo de uniones. Una de las principales razones es que convivir en pareja sin reconocimiento legal no otorga derecho a pensión de viudedad, lo que puede derivar en graves problemas económicos.

En general, el matrimonio da acceso a más beneficios a las parejas

En general, el matrimonio da acceso a más beneficios a las parejas

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Meritxell Gabarró, abogada especialista en herencias, explica que la Seguridad Social exige requisitos más estrictos a las parejas de hecho que a los casados para acceder a estas prestaciones, que “obviamente se imponen para evitar el fraude”. Así, mientras que a los cónyuges solo se les exige haber contraído matrimonio al menos un año antes del fallecimiento, a las parejas de hecho se les requiere haberse constituido como tal al menos dos años antes, siempre que hayan convivido un mínimo de cinco años si no tienen hijos en común. Hasta finales del 2021 existía un umbral de ingresos para poder cobrar la pensión.

Prestaciones

La Seguridad Social pide requisitos más estrictos a las parejas de hecho en la pensión de viudedad

Por otro lado, Gabarró alerta sobre las parejas que se casan, se divorcian y al cabo de un tiempo retoman la convivencia sin volver a formalizar su situación, pues se han dictado sentencias en las que se ha denegado por esta razón la pensión a pesar de compartir hipoteca.

De manera excepcional, las parejas no inscritas como pareja de hecho pueden optar también a la pensión, “pero tienen que demostrar una convivencia”, prosigue la abogada especializada en Derecho de Familia Adriana Auset. En todo caso, evitará líos estar casados o ser pareja de hecho .

Más allá de los sentimientos

El factor económico influye en la decisión de formalizar una relación de pareja

Otra diferencia sustancial es que, cuando se trata de parejas de hecho, “no se aplican las particularidades de los regímenes matrimoniales”, aclara Auset. En concreto, el régimen de gananciales establece que los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenecen por igual a ambos cónyuges. “En todo caso, la pareja de hecho se asemeja más al régimen de separación de bienes, en el que cada uno conserva la titularidad de sus propios bienes”. De hecho, la mayoría de las parejas que se casan ante notario opta por esta forma de repartir el patrimonio.

La cuestión, según la abogada, no debería determinar la decisión de pasar por el altar, sino que debería “depender de cuestiones personales y sentimentales”. Sin embargo, en ocasiones los aspectos económicos terminan pesando más.

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Una boda frustrada

Otro asunto a considerar es el de la herencia, donde existen diferencias importantes. El abogado especialista en sucesiones Alejandro Ebrat recuerda que “las herencias entre matrimonios prácticamente no pagan en el impuesto de sucesiones”, pero si no se formaliza la unión –también en pareja de hecho en las comunidades en las que esta figura se equipara en este aspecto al matrimonio– “se consideraría una herencia entre extraños”, que es la más cara. Algo similar ocurre con las donaciones en vida.

Otra cuestión a tener en cuenta es que, si no se está casado o reconocido como pareja de hecho y no hay testamento, el cónyuge vivo no hereda nada. “Incluso heredan antes los sobrinos o los primos”, enfatiza Ebrat. En cualquier caso, siempre es aconsejable dejar por escrito las últimas voluntades para evitar situaciones indeseadas.

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