
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha visitado este martes el canal de Panamá, el codiciado enclave que el presidente Donald Trump ha prometido “reclamar” para alejarlo de la influencia de Pekín. En el primer viaje oficial al país de un jefe del Pentágono en décadas, tras reunirse con el presidente José Raúl Mulino, Hegseth ha anunciado desde el puerto de Rodman, la antigua base naval estadounidense, que ambos países ampliarán la presencia y cooperación militar para “garantizar el libre flujo del comercio a través del canal de Panamá”.
“Varias aeronaves del Cuerpo de Marines y la Armada de EE.UU. llegarán a Panamá para fortalecer nuestra cooperación en materia de seguridad aérea y marítima”, ha anunciado el republicano y ex presentador de Fox News. “Hemos establecido el Grupo Conjunto de Cooperación en Seguridad de Panamá, aquí en la Ciudad de Panamá, para coordinar las actividades militares de EE.UU. con nuestros socios panameños. También continuaremos profundizando esta cooperación a largo plazo”.
Esta asociación incluirá “un aumento en los ejercicios de entrenamiento y el intercambio de información entre nosotros y las fuerzas de seguridad panameñas”, ha añadido Hegseth. El motivo citado es “hacer frente al creciente desafío de la China comunista”, cuyas empresas “siguen controlando infraestructuras críticas en la zona del canal, lo que da a China el potencial de llevar a cabo operaciones de espionaje en todo Panamá”. La presencia China, mediante inversiones, “hace que Panamá y EE.UU. sean menos seguros, menos prósperos y menos soberanos”, ha sentenciado, “y, como ha señalado el presidente Trump, esta situación no es aceptable”.
La Casa Blanca ordenó el mes pasado al Pentágono que elaborara informes con las distintas opciones para “recuperar” el preciado canal de Panamá, entre las que no descartaba tomarlo por la fuerza. De momento, en una primera fase, el plan desarrollado por el Comando Sur de Estados Unidos pasará por el aumento de tropas y la cooperación militar con el ejército local.
En su visita, Hegseth ha agradecido su ayuda al presidente Mulino, así como a la Autoridad del Canal de Panamá, “para responder a las amenazas y proteger el canal”. Es la última de las concesiones que ha hecho el gobierno panameño en los últimos meses. En febrero, Mulino anunció la retirada de las nuevas rutas de la seda, la iniciativa china de expansión comercial, que incluye inversiones en puertos y otras infraestructuras alrededor del mundo. Además, Panamá también ha aceptado vuelos de deportación de no panameños y ha trabajado para detener la migración desde Sudamérica de aquellos que cruzan la peligrosa selva del Darién, ubicada en parte en su país.
El canal es un punto estratégico, pues permite la circulación de barcos de costa a costa de Estados Unidos
En la actualidad, más de 200 soldados estadounidenses siguen estacionados en Panamá, aunque la cifra fluctúa constantemente. Trump ha ordenado que su presencia sea más visible alrededor del canal como señal de fuerza. Pero también la cooperación con el ejército panameño incluirá la apertura de un campo de entrenamiento militar en el país para preparar a los soldados en caso de una guerra regional o necesidad de asegurar el canal.
Trump insistió el mes pasado, durante su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso, en la idea que ya expresó durante su discurso de investidura: “Para mejorar aún más nuestra seguridad nacional, mi Administración recuperará el Canal de Panamá”, dijo, entre amenazas también de convertir Canadá en el 51.º Estado del país y de anexionarse Groenlandia.
El canal de Panamá, cuyo control fue devuelto al país centroamericano en 1999 en virtud del acuerdo firmado en 1977 por el presidente estadounidense Jimmy Carter y el panameño Omar Torrijos, es un enclave neutral a ojos de la comunidad internacional y según lo establecido en la Constitución de Panamá. Todos los países pueden utilizar el crucial paso marítimo, pero Trump busca limitar el acceso de China, que asegura que está “controlando” el canal con presencia de soldados chinos, una afirmación que han negado rotundamente tanto Pekín como el gobierno panameño.
Aun así, China lleva años invirtiendo en el canal, especialmente en sus puertos cercanos. Esta ubicación, el segundo paso interoceánico del mundo, tiene una gran importancia para el comercio mundial, pues más del 40% del tráfico de contenedores, valorado en 270.000 millones de dólares anuales, circula por él.
Hegseth ha llevado a Panamá el mensaje de la Administración. “Quiero ser muy claro: China no construyó este canal. China no opera este canal. Y China no va a instrumentalizar este canal. Junto con Panamá, que lidera este esfuerzo, mantendremos el canal seguro y disponible para todas las naciones, mediante el poder disuasorio de la fuerza de combate más fuerte, efectiva y letal del mundo. Lo haremos en asociación con Panamá. Juntos, recuperaremos el Canal de Panamá de la influencia china”.
El mes pasado, la Casa Blanca celebró el acuerdo liderado por el fondo de inversión BlackRock para comprar la mayor parte del negocio portuario de 22.800 millones de dólares del conglomerado de Hong Kong CK Hutchinson, lo que incluye sus dos puertos a ambos lados del canal. Trump dijo que la compra suponía un ejemplo de cómo EE.UU. está “reclamando” el canal.
El temor sobre la influencia china, más allá del “espionaje” del que habla Hegseth, es que, en caso de conflicto, Pekín pueda cerrar el canal a la navegación de barcos estadounidenses. La ubicación de este enclave es fundamental para los intereses americanos, pues es el paso más rápido para que sus barcos circulen entre la costa este y la costa oeste del país.
Para resaltar la importancia que tiene el canal para EE.UU., Hegseth ha recordado que la primera vez que un presidente estadounidense “puso un pie fuera de EE.UU.” fue para ver la construcción del Canal de Panamá. “El presidente Teddy Roosevelt pasó tres días aquí en noviembre de 1906, tanto para inspeccionar el proyecto como para enfatizar lo importante que era para nuestra seguridad y prosperidad después de su visita. El presidente Roosevelt describió el canal como una de las grandes y gigantescas hazañas de la historia. Casi 120 años después, este canal sigue siendo una maravilla del mundo y, al igual que el presidente Roosevelt, el presidente Trump reconoce hoy el lugar que le corresponde al canal como centro de nuestro hemisferio compartido”.
La visita de Hegseth a Panamá tiene parecidos con la del vicepresidente J.D. Vance a Groenlandia, a finales de marzo. Entonces, Vance justificó la anexión de la isla para mantenerla “a salvo” de Rusia y China. Y hoy Hegseth ha justificado el aumento de presencia militar para contrarrestar la influencia china.