

El expresidente de la mezquita Annour de Ripoll (Girona) Ali Yassine ha asegurado que no tenía ninguna sospecha sobre la radicalización extrema de Abdelbaki es Satty, considerado el cerebro de los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Yassine apuntó que dentro de la mezquita el imán “nunca hizo un discurso radical”. “Dentro de la mezquita mostraba su cara buena, pero fuera era un lobo y hacía cosas de diablo”, ha subrayado.
El imán de Ripoll murió durante la explosión de Alcanar, el chalet donde se guardaban explosivos para preparar un atentado. Durante su intervención en la comisión de investigación que se está celebrando en el Congreso de los Diputados, Yassine, responsable entonces de la comunidad islámica de Ripoll, ha indicado que Es Satty actuaba con normalidad. “El que quiere hacer una cosa mal lo hace a escondidas”, ha indicado. “Era personal normal, un poco serio, hablaba con la gente aunque siempre estaba solo”, ha subrayado.
Esta comisión se creó para intentar averiguar si hubo fallos en la detección de la célula y si Es Satty pudiera ser confidente de la Policía, Guardia Civil o Centro Nacional de Inteligencia, extremo que ya ha sido desechado en la investigación que se llevó en la Audiencia Nacional.
“No sospechamos nada, todo lo que hacía era perfecto; nunca hizo un discurso radical ni la junta recibimos ninguna queja”, ha señalado Ali Yassine. En concreto, ha explicado que Es Satty fue contratado como imán y ejerció ocho o nueve meses “sin dar ningún problema”, hasta que lo dejó porque pidió irse de vacaciones tres meses en Marruecos.