El mercado laboral impulsará la inmigración al 30% de la población en el 2035

La baja natalidad y el modelo productivo de Catalunya requieren importar trabajadores extranjeros. La tendencia iniciada a principios de siglo se incrementará en los próximos diez años, por lo que se pasará de una población inmigrante que representa actualmente el 25% hasta el 30% del total, según las previsiones presentadas por el catedrático emérito de Economía Aplicada de la UAB, Josep Oliver, ayer en un acto en el Col·legi d’Economistes de Catalunya (CEC).

Las previsiones de crecimiento de población inmigrante varían según la fuente. Mientras que Idescat los sitúa en 734.000 personas, el cálculo de Oliver asciende a 1,5 millones. Por su parte, el INE lo rebaja a 1,2 millones de ciudadanos. El catedrático explicó que la tasa de población extranjera de Catalunya es elevada, pero no es la más elevada de Europa. Por ejemplo, Stuttgart la supera con un 30%: Darmstadt, con un 30%, Alta Baviera con un 28% o l’Ile de France, con un 28%. “En nuestro caso no es tanto el volumen, sino la velocidad en que se ha hecho. Ahí, Catalunya, Madrid o Valencia son líderes europeos”, explicó. De esta forma, mientras que la población autóctona se ha mantenido estable en seis millones en los últimos 25 años, los extranjeros han pasado de 253.000 personas a 2,02 millones.

El catedrático también apuntó que la pirámide de edades de la población inmigrante es distinta a la local. “Los extranjeros tienen pocos menores y pocos mayores, por lo que el grueso se concentra en las edades de 25 a 44 años porque vienen aquí para trabajar”, relató. En este sentido, en comarcas como el Barcelonès, la población extranjera representa más del 50% de los trabajadores jóvenes.

“¿Necesitamos la inmigración? Sí. ¿Podemos prescindir de ella? No. Entonces, debemos abordar qué hay que hacer para que este fuerte incremento no afecte a la estabilidad social”, explicó Oliver. En este sentido, el catedrático pidió más gasto público en los territorios donde hay más población inmigrante para facilitar su integración y recordó políticas públicas como el Pla de Barris del Govern tripartito o alguna iniciativa que plantea el actual Govern de Salvador Illa.

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“No hemos tenido en cuenta que lo que era un beneficio macroeconómico para el país puede que no lo sea a nivel microeconómico”, valoró. En este sentido, el economista planteó que, si se quiere frenar la tendencia migratoria, se debe cambiar el modelo productivo. “Se puede empezar por eliminar el IVA reducido de la hostelería, pero eso es una medida impopular”, ejemplificó.

Oliver también apuntó que el fuerte crecimiento de los extranjeros no será suficiente para evitar el envejecimiento de la población. De esta forma, con el horizonte en el lejano 2050, los ciudadanos de 65 años o más podrían situarse en los 2,5 millones; es decir, un 28% del total de residentes en Catalunya. La cifra supone un crecimiento del 81% respecto a los 1,5 millones actuales, muy por encima de la media europea del 44

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