El oro tiene el terreno abonado para batir nuevos récords históricos. La presión de la administración Trump sobre la Reserva Federal para que adopte una política monetaria más laxa, las dudas sobre la deuda pública a largo plazo y la incertidumbre geopolítica impulsan al metal dorado a cifras récord. El precio por onza ha alcanzado los 3.540 dólares durante la pasada madrugada, un nivel nunca visto.
La revalorización acumulada a lo largo de los nueve primeros meses del año se sitúa entorno al 30%, después de cerrar un 2024 con un alza del 27% en un contexto marcado por la incertidumbre geopolítica generada por las guerras de Gaza y Ucrania. Asimismo, el creciente temor por la independencia de la Reserva Federal tras el despido de la gobernadora Lisa Cook y la debilidad del dólar favorecen la tendencia alcista del metal dorado, que emerge como uno de los activos de inversión más rentables del año.
La situación geopolítica también es un vector clave para una mayor adopción del oro como activo refugio. Según explica Chris Mahoney, gestor de inversiones Oro y plata de Jupiter AM, “la reciente tregua comercial entre Estados Unidos y China podría deteriorarse, con efectos negativos sobre la economía global y presiones adicionales sobre la política de tipos de interés”. En este sentido, crece la preocupación por el impacto que podría tener sobre la deuda soberana la inyección de mayor liquidez en el sistema monetario, lo que impulsa la demanda de este tradicional activo refugio, así como de otros metales preciosos. Este es el caso de la plata, cuyo precio por onza es de unos 40 dólares, un 37 % más que a comienzos de año.
La inquietud de los inversores se refleja en la ola de ventas de bonos a largo plazo, considerada tradicionalmente de bajo riesgo, y la dificultad de la primera potencia mundial, EE.UU., de controlar la inflación si la Fed decide acometer nuevas bajas de tipos en su próxima reunión, agendada para mediados de la semana que viene.

Las ventas de deuda a largo plazo han llevado, por ejemplo, al bono del gobierno japonés a 30 años ha alcanzar un rendimiento máximo sin precedentes, del 3,255%. Evolución similar a la que experimentan los bonos soberanos de otros países, como Francia, Reino Unido y EE.UU. “Faltan las reformas económicas necesarias para cubrir realmente el aumento de la deuda, y el mercado de capitales lo percibe”, ha explicado este miércoles en una conferencia el director ejecutivo de Deutsche Bank, Christian Sewing. Una situación que podría agudizarse con el agravamiento de la inestabilidad política y la escasez de medidas encaminadas a poner freno al endeudamiento público.
Con los rendimientos de los bonos en estos niveles, los inversores permanecen atentos a las posibles repercusiones en otras clases de activos, como los metales preciosos. Según el World Gold Council, la inversión privada e institucional ha sido el principal motor del mercado del oro este año, registrando en el segundo trimestre del 2025 una demanda de 477 toneladas, lo que representa un aumento interanual del 78 %.