El papa Francisco reaparece en la plaza de San Pedro: “Buen domingo a todos y gracias”

Dos semanas después de recibir el alta hospitalaria, Francisco ha reaparecido en la plaza de San Pedro. “Buen domingo a todos y gracias”, ha dicho el Pontífice con alguna dificultad desde el altar a los fieles que se encontraban en la plaza durante la misa del Jubileo de los Enfermos.

El Papa, que tenía unas pequeñas cánulas nasales para recibir oxígeno, ha permanecido en una silla de ruedas durante unos pocos minutos, saludando a los fieles. Cabe recordar que la vida de Francisco pendió de un hilo durante su ingreso. El doctor Sergio Alfieri, quien se ha encargó de la atención médica del pontífice, reveló los momentos críticos vividos durante su hospitalización. Según el médico, hubo un momento “en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto”.

Francisco, convaleciente en la Casa Santa Marta desde el pasado 23 de marzo, tras ser dado de alta del Hospital Gemelli, sigue registrando ligeras mejorías en su respiración, motricidad y voz, según los últimos datos aportados por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Así ha sido la reaparición del papa Francisco en la plaza de San Pedro

Francisco, en su reaparición en la plaza de San Pedro durante la misa por los Enfermos (ALBERTO PIZZOLI / AFP)

Homilía por los enfermos

Monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, ha leído previamente la homilía del Papa Francisco en la misa jubilar de los enfermos en la que ha asegurado que “no es fácil” estar enfermo, pero es una “escuela” en la que se aprende a amar y ser amado.

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“Queridos hermanos y hermanas enfermos, en este momento de mi vida comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo. No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos”, ha confesado.

Francisco se ha dirigido a los médicos, enfermeros y miembros del personal a quienes ha asegurado el Señor les “ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida, nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza”.

Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia»

Francisco

“Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión”, ha señalado.

Por último, el Pontífice ha asegurado que la habitación del hospital y el lecho de la enfermedad “pueden ser lugares donde se escucha la voz del Señor”. “Nos dice también a nosotros: ‘Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?’”, ha concluido.

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