El partido ultraortodoxo Shas renuncia a todos los cargos dentro del Gobierno de Netanyahu

El partido ultraortodoxo Shas ha anunciado este jueves que se retirará de todos los cargos de la coalición que ocupa en la Kneset, a modo de protesta por la falta de una ley que regule el reclutamiento de los estudiantes de yeshivá. El partido ya abandonó algunos cargos dentro de la coalición el pasado julio, con el objetivo de aumentar la presión sobre el primer ministro Netanyahu para que apruebe una nueva legislación sobre las exenciones militares para los ultraortodoxos.

El Shas amenaza con no volver hasta que se redacte la ley, lo que significa que sus diputados ya no presidirán el Comité de Educación, de Salud y el de Brechas Sociales, sin que la formación haya dado más detalles. Sin embargo, el partido ha seguido insistiendo en que no abandonará por completo la coalición ni votará a favor de derrocar al Gobierno.

“De acuerdo con la directiva del Consejo de Sabios de la Torá… según la cual el gobierno debe llevar a votación la ley para regular el estatus de los estudiantes de yeshivá a más tardar al inicio de la sesión de invierno de la Knesset —lo cual lamentablemente aún no se ha implementado—, Shas anuncia su retiro de los cargos de la coalición en la Kneset”, afirma el partido en un comunicado.

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El partido se compromete a “continuar liderando la lucha contra la campaña política y cruel de persecución dirigida contra los estudiantes de las sagradas yeshivás, que estudian la Torá día y noche por el bien de todo Israel y por el éxito de los soldados”, y agrega que “cuando se resuelva el estatus de los estudiantes de yeshivá, Shas regresará a sus cargos en el gobierno y en la Kneset”, según ha informado el medio israelí The times of Israel

El privilegio de los ultraortodoxos en el servicio militar genera profundas divisiones en Israel

Desde hace décadas, los judíos ultraortodoxos han estado exentos de realizar el servicio militar obligatorio de Israel, ya que consideran que sirven al país estudiando textos sagrados y temen que el paso por el ejército debilite la conexión de los fieles con la religión. Esta problemática ha creado profundas divisiones en Israel, y muchos ciudadanos consideran injustas estas concesiones, además de oponerse a los subsidios que los ultrarreligiosos reciben para poder estudiar en lugar de trabajar durante la edad adulta.

Los partidos ultraortodoxos son unos aliados clave para Netanyahu, quien ha dependido mucho tiempo de su apoyo para mantenerse en el poder. Sin embargo, el año pasado una corte dictaminó que el gobierno israelí debe también reclutar a los ultraortodoxos mientras no exista una nueva ley que incluya las exenciones, y pese a los esfuerzos, el Gobierno no ha encontrado todavía una solución legal, provocando el descontento en sus aliados de coalición.

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