
El PP ha decidido tirar del freno de mano como solución para escapar de la polémica por la moción que los populares aprobaron la pasada semana junto a Vox en Jumilla para vetar la celebración de retos islámicos en recintos municipales. Y tras la escalada de declaraciones -especialmente las de Santiago Abascal atacando a la Conferencia Episcopal Española- ha optado por plantarse, al tiempo que ha acusado a socialistas y ultras de busca hacer “ruido” para sacar “beneficio de la confrontación”.

El vicesecretario general del PP, Juan Bravo, durante su comparecencia de este lunes en la sede del PP en Madrid
“Si me pregunta por lo que ha dicho el Gobierno, si leen ustedes la moción, verán que los propios letrados dicen que no tiene ningún efecto jurídico y que son manifestaciones políticas, con lo cual se reafirma que el Gobierno lo que busca es simplemente hacer ruido para sacar un beneficio, puesto que esto no tiene ninguno”, ha asegurado Juan Bravo.

El vicesecretario de Hacienda y Vivienda del PP ha ejercido este lunes de portavoz nacional al reprochar a PSOE y Vox su empecinamiento por “levantar muros cada vez más altos”, lo que contribuye a la “polarización”.
Los de Feijóo están teniendo problemas para explicar la decisión de la alcaldesa popular de Jumilla de aprobar una moción, fruto de una transaccional del PP a un texto de Vox, que pide prohibir todo tipo de actividades ajenas a las deportivas en las instalaciones municipales. Y, tras el requerimiento que el Gobierno ha dirigido al Ayuntamiento murciano para que anule el acuerdo sobre el uso de las instalaciones deportivas municipales, Bravo ha negado las acusaciones apuntando que la moción “no veta absolutamente nada, ni habla de confesiones”.
”¿De verdad vamos a hacerles el juego a quienes buscan polémica para ganar un espacio que no tienen —por Vox— y a quienes pretenden que se deje de hablar de la corrupción de Santos Cerdán —por el PSOE—, que es lo que realmente importa a los españoles?”.

En paralelo, el presidente de Vox, Santiago Abascal, criticó este domingo el “silencio” de una parte de la “jerarquía eclesiástica” con el Gobierno de Pedro Sánchez por su política migratoria y de género, después de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) pidiera respetar el derecho a la libertad religiosa en apoyo a la comunidad musulmana como respuesta a la moción aprobada en Jumilla.
Así, al ser preguntado por las manifestaciones de la Iglesia, Bravo ha indicado que hay “que respetar a todo aquel que, con respeto y educación, manifiesta sus opiniones”. Sin embargo, en cuanto a lo expuesto por Abascal, ha dicho que “queda poco más que aportar”. “Evidentemente, no merece más análisis”, ha añadido, cumpliendo con la directriz adoptada desde Génova para bajar el diapasón.