El precio de los alquileres sigue cayendo pero crecen los contratos de temporada

El precio medio de los alquileres en Catalunya sigue cayendo tras un año de aplicación del tope a las rentas, la medida estrella de la ley de Vivienda. Los datos correspondientes al primer trimestre de este año indican una nueva disminución en comparación con los primeros tres meses del 2024. Entonces el mercado del alquiler no estaba regulado y muchos propietarios aprovecharon para subir precios justo antes de que se aplicase la contención de rentas en los primeros 140 municipios declarados zona tensionada –80% de la población catalana–. Los precios tocaron así techo después de meses de encarecimientos.

Un año después, los alquileres han bajado un 4,67% interanual en los contratos firmados entre enero y marzo del 2025 en Catalunya, única comunidad autónoma con el mercado intervenido en prácticamente todo su territorio. En concreto, las rentas descendieron 40 euros al mes de media, de 868,85 euros a 828,23 –ver gráfico adjunto–.

En Barcelona ciudad, epicentro de la crisis habitacional, el retroceso fue mayor, de un 8,9%, según datos de las fianzas de los contratos depositadas ante el Institut Català del Sòl (Incasòl). Las rentas han quedado aquí en 1.087,23 euros, cuando un año atrás los precios llegaron a máximos, con 1.193 euros al mes. Pese al descenso, la capital catalana sigue siendo una de las más caras de España para vivir de alquiler.

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Los precios también disminuyeron en los primeros 140 municipios declarados zona tensionada en marzo del año pasado, que incluyen Barcelona, aunque en el segundo grupo de localidades tensionadas, declaradas en julio, los alquileres aumentaron ligeramente.

Para la consellera de Territori i Habitatge, Sílvia Paneque, estos datos avalan la política de vivienda que está aplicando la Generalitat y que la ha enfrentado al sector empresarial. “No estamos al final del camino”, afirmó tras la reunión del Consell Executiu este martes, pero las cifras “marcan una tendencia de contención y estabilización de los precios de alquiler”. El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, dijo recientemente que el Govern de Salvador Illa estaba llevando a cabo “una socialización de la propiedad privada nunca vista desde la recuperación de la democracia”.

Crece el peso de los contratos de alquiler de temporada

Estas críticas y la oposición frontal del mercado inmobiliario no han hecho mella en el ejecutivo catalán, que ve la necesidad de intervenir para intentar solucionar las dificultades de acceso a la vivienda. Paneque justificó además otra de las medidas que prepara la Generalitat y que ha vuelto a revolver al sector: la regulación del alquiler de temporada. Según la consellera, esta modalidad se ha disparado un 52% en un año y ya representa uno de cada diez contratos de alquiler. Así, esta tipología ha pasado de los 2.242 nuevas firmas del primer trimestre del 2024 a 3.417 en el primer trimestre del 2025.

La Generalitat, los grupos de izquierda y el Sindicat de Llogateres afirman que parte de los propietarios recurren a estos alquileres temporales, exentos de los topes y generalmente de menos de un año, para saltarse la limitación de precios. De ahí que defiendan su intervención.

Por parte de los propietarios, consideran que no tiene sentido que el “directivo de una multinacional o un científico que venga a Catalunya por unos meses pague una renta limitada”. “Si queremos construir una Catalunya abierta al mundo, que sea un hub tecnológico, yun referente universitario y sanitario internacional, es necesario reconocer la necesidad de un alquiler temporal especializado y profesionalizado”, destaca Núria Garrido, presidenta Som Habitatge, Unió de Propietaris de Catalunya.

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Otro de los puntos de fricción entre Generalitat y propietarios está en el ritmo de creación de contratos. La Generalitat mantiene que el saldo entre altas y bajas de contratos de alquiler es positivo y que el mercado sigue creciendo a pesar de la limitación de rentas. “El parque de vivienda de alquiler aumenta”, subrayaron. El sector inmobiliario, por su parte, lamenta que la oferta sigue siendo insuficiente y que la regulación está haciendo que el mercado de alquiler se contraiga. “Casi no entra oferta nueva y en la ciudad de Barcelona, el saldo entre altas y bajas en los contratos del primer trimestre del 2024 es mayor que el de los últimos cuatro trimestres juntos”, señala al respecto Òscar Gorgues, gerente de la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona.

Tanto la Generalitat como los colectivos en defensa del acceso a la vivienda explican que si el ritmo de contratos frena es porque éstos duran ahora más tiempo por ley, lo que da estabilidad a los inquilinos.

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