El PSOE mantiene la mano tendida y descarta riesgos para la legislatura

El PSOE era consciente desde la pasada semana de que Junts se disponía a romper los pactos que mantenía con los socialistas en el Congreso. Pero el hecho de que el anuncio verbalizado ayer por el líder posconvergente, Carles Puigdemont, no viniera acompañado de ninguna otra medida, como la rumoreada moción de censura instrumental, derivó en una respuesta pausada y sosegada.

“La ruptura no marca el final de nada”, señalaron con cierto alivio fuentes de Ferraz que, por contra, no ocultaron la incomodidad que provoca el nuevo escenario abierto por Junts, que aboca a la legislatura a un equilibrio parlamentario todavía más frágil y obliga al Gobierno a afinar cada votación en el Congreso. Esa incertidumbre condicionó la actuación del Ejecutivo, que insistió en redoblar los esfuerzos para mantener abiertos los canales de comunicación con Junts, pese a que la formación posconvergente no parezca dispuesta hoy por hoy a volver a descolgar el teléfono.

En el PSOE dicen tener claro que no han sido ellos quienes han roto el pacto. “Hemos cumplido con todo lo que está en nuestra mano y en la del Gobierno”, insisten en Ferraz, donde remarcan que se han respetado los compromisos adquiridos en asuntos clave para Junts, como la oficialidad del catalán o la tramitación de la ley de Amnistía, cuya aplicación plena está ahora a expensas del Supremo tras las reticencias de algunos jueces a extenderla a los delitos de malversación por los que está investigado, entre otros, Carles Puigdemont.

A pesar de ello, la ejecutiva socialista optó por la contención para evitar un reparto público de responsabilidades. De ahí que su portavoz, Montse Mínguez, se limitara en la rueda de prensa posterior a mantener la mano tendida: “Vale la pena seguir y alcanzar acuerdos. Así lo demuestran los buenos datos económicos. Es bueno para España y es bueno para Catalunya”, afirmó.

Esa prudencia del PSOE se reflejó también en la respuesta del Gobierno. María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, insistió en la disposición al entendimiento y defendió el “diálogo con todas las formaciones políticas” que, pese a las discrepancias, ha permitido “avanzar en beneficio del conjunto de la ciudadanía”.

Sumar descarta una ruptura total, Podemos rebaja la trascendencia y el PNV pide al PSOE que refuerce la mayoría

En declaraciones a TVE, subrayó que “hay, como siempre, altibajos; momentos mejores y otros más de valle, pero entre todos seremos capaces de superar esta situación”, señaló evitando entrar en confrontación con la formación de Carles Puigdemont.

Las reacciones del resto de socios del Ejecutivo oscilaron entre la prudencia y la advertencia, en función de su proximidad al PSOE. Desde Sumar, su portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se mostró convencido de que Junts no optará finalmente por una ruptura total ni facilitará un cambio de mayorías que abra la puerta a la extrema derecha.

“Lo que hay que tener claro es que nada de lo que podemos hacer juntos es posible con un gobierno del PP y Vox. Nadie en Catalunya entendería una operación que facilitara su llegada a la Moncloa”, afirmó en rueda de prensa contextualizando la decisión de Puigdemont como un intento de marcar perfil propio frente al PSOE pero sin consecuencias inmediatas.

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Más duros se mostraron los comunes, que reprocharon a Junts una decisión que, a su juicio, “no beneficia en nada a Catalunya, su autogobierno ni su lengua y cultura”. “Erosionar deliberadamente al Gobierno de coalición progresista es acercar la posibilidad real de un Ejecutivo del PP y Vox, algo que va en contra no solo de los derechos sociales, sino también del autogobierno y de la lengua y cultura catalanas”, advirtió su portavoz, Gerardo Pisarello.

Podemos rebajó aún más la trascendencia del gesto de Junts pronosticando que los posconvergentes “no van a tumbar en ningún caso” a este Gobierno. “Lo que puede tumbarlo”, advirtió a cambio su portavoz, Pablo Fernández, “es la vivienda y la especulación”.

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El PNV también restó gravedad a la decisión adoptada por los posconvergentes, aunque apeló a la necesidad de reforzar las mayorías que sostienen la legislatura. “Es una decisión relevante para Sánchez, pero no creemos que el Gobierno vaya a caer mañana por la mañana. Aun así, el presidente debe asumir su responsabilidad y trabajar para aunar mayorías. Está en su mano. Un Parlamento sin mayorías ni presupuestos no es sostenible en el tiempo”, apuntaron fuentes del grupo vasco.

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