El Reino Unido y Francia comienzan a intercambiar solicitantes de asilo

No es como intercambiar cromos, porque es mucho más serio, pero se le parece. El Reino Unido y Francia han comenzado a canjear solicitantes de asilo que cruzan con éxito el Canal de la Mancha o aspiran a llegar a Gran Bretaña, aplicando el plan acordado en la última cumbre bilateral.

La idea es que por cada indocumentado que llegue en lanchas hinchables a las costas inglesas y sea “seleccionado” en función de sus características para ser devuelto a Francia, París escogerá a otro con familiares ya en el Reino Unido para que se establezca legalmente en este país. Ambos gobiernos pueden vetar al individuo en cuestión por razones de “seguridad nacional, salud pública o relaciones internacionales”.

Las detenciones de los marcados para ser enviados de regreso a Francia comenzaron el miércoles, y se calcula que las autoridades de inmigración británicas tardarán tres días en enviar la documentación necesaria a sus homónimos franceses, quienes a su vez habrán de responder en un plazo máximo de dos semanas, y presentar a su candidato para mandar al Reino Unido en base al criterio de reciprocidad “uno por uno”.

Hay solicitantes de asilo, como los eritreos, que carecen de pasaporte, por lo que serán discriminados

Abogados y organizaciones pro derechos humanos han advertido que el acuerdo será desafiado en los tribunales, y que da pie a la discriminación de solicitantes de asilo de países como Eritrea, que frecuentemente carecen de pasaporte u otros documentos de identidad que puedan aportar para justificar su solicitud de ser admitidos legalmente en Gran Bretaña. Según las estadísticas, un 86% de los que llegan reciben el visto bueno una vez que sus casos son tramitados.

En una primera fase Francia y el Reino Unido sólo intercambiarán cincuenta solicitantes de asilo, pero la intención es ir ampliando progresivamente la cifra. El acuerdo será revisado en junio del año que viene, y Londres correrá con los gastos de transporte. El gobierno Starmer ha emprendido paralelamente una campaña para disuadir a los emigrantes de que crucen el Canal por los riesgos que implica la travesía.

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