El representante del Estado de Palestina en la ONU, Ryad Mansour, rompió a llorar el miércoles durante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dedicado al asunto de la franja Gaza. Durante su intervención, Mansour no pudo contener las lágrimas cuando se refería al gran número de niños muertos a manos del ejército israelí en las últimas semanas. “Desde que Israel rompió el alto el fuego en marzo, más de 1.300 niños palestinos han muerto y unos 4.000 han resultado heridos”, restalto.
“Es insoportable. ¿Cómo alguien puede tolerar este horror?”, se preguntaba el diplomático, desesperado ante la ofensiva incesante de Israel y la hambruna que padece la población gazatí. ”Es intolerable para cualquier ser humano normal. Decenas de niños que se están muriendo de hambruna, las imágenes de las madres acunando sus cuerpos inertes acariciándoles el cabello, hablándoles, pidiéndoles perdón… Las llamas y el hambre consumen a los niños palestinos y por eso estamos tan indignados”, lamentó.

El representante del Estado de Palestina en la ONU, Ryad Mansour, no pudo contener las lágrimas al hablar de los niños asesinados en Gaza
Si esto es la civilización, entonces, ¿qué es la barbarie?
Mansour ha recordado ante Naciones Unidas que Israel afirma que el conflicto en Gaza “es una guerra de la civilización contra la barbarie”. “Nos tenemos que preguntas, ¿es civilizado bombardear indiscriminadamente, cometer masacres cotidianas, matar a familias enteras, destruir todo lo necesario para la vida y la supervivencia de más de dos millones de personas? ¿Es civilizado bloquear ayuda para matar de hambre a un pueblo? Si esto es la civilización, entonces, ¿qué es la barbarie?”, se preguntaba impotente.
Danny Danon, embajador israelí ante la ONU, intervino justo después. Aseguró que “no se podrá avanzar” en Gaza hasta que todos los rehenes estén liberado. ”Ninguna declaración, ninguna resolución, ninguna conferencia inútil en la ONU va a cambiar esta situación. Estamos decididos a traerlos de vuelta a través de las negociaciones, si es posible, y ejerciendo presión militar si es necesario”.
Danon insistió en que Israel no va a disculparse “por defender a los nuestros frente a quienes nos destruyen”. Recordó la frase de la ex primera ministra, Golda Meir: “la paz vendrá cuando amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”.
La cruda intervención de un médico voluntario
La intervención de Mansour no fue la única que estremeció a algunos de los presentes en el Consejo de Seguridad. Sigrid Kaag, la enviada de la ONU en Oriente Medio, explicó que los civiles “han perdido toda esperanza”. “En lugar de decir ‘adiós, nos vemos mañana’, los palestinos de Gaza ahora dicen ‘nos vemos en el paraíso’. La muerte es su compañera. No es vida, no es esperanza. El pueblo de Gaza merece algo más que la supervivencia. Merecen un futuro viable y lleno de vida”.
Si bien Israel levantó parcialmente el bloqueo total que había impuesto a la franja de Gaza desde el 2 de marzo la semana pasada, la funcionaria de la ONU también lamentó la insuficiencia de la ayuda humanitaria para satisfacer las necesidades de más de dos millones de residentes amenazados por la hambruna. “Es como un bote salvavidas después de que el barco se hundiera”, comentó.
En Gaza no traté a combatientes; mis pacientes eran niños con metralla en el corazón y balas en el cerebro; mujeres embarazadas con la pelvis destrozada y el feto partido en dos en el útero
El Consejo de Seguridad también escuchó el conmovedor testimonio de un cirujano estadounidense que regresaba de Gaza el miércoles. “He visto con mis propios ojos lo que está sucediendo en Gaza, especialmente con los niños. No puedo fingir que no lo vi. Ni ustedes pueden fingir que no lo saben”, dijo el doctor Feroze Sidhwa.
“Durante las cinco semanas que pasé en Gaza no vi ni traté a ningún combatiente. Mis pacientes eran niños de seis años con metralla en el corazón y balas en el cerebro, mujeres embarazadas con la pelvis destrozada y el feto partido en dos en el útero”, prosiguió.

Doctor Feroze Sidhwa destinado en Gaza: «Mis pacientes eran niños de seis años con metralla en el corazón»
Sidhwa se refirió a los sucesos del 18 de marzo, cuando “Israel violó el alto el fuego”. “Ese día presencié en el Complejo Médico Nasser el episodio de víctimas masivas más extremo de mi carrera. En una mañana, llegaron 221 pacientes. 90 murieron a su llegada, casi la mitad eran niños gravemente heridos. Ningún sistema sanitario del mundo podía hacer frente a esta situación, y menos uno asediado y hambriento”, relató.
Sidhwa destacó que casi la mitad de los niños de Gaza tienen tendencias suicidas, según la organización War Child Alliance. “Se preguntan: ¿Por qué no morí con mi hermana, mi madre, mi padre?, no por extremismo, sino por un dolor insoportable”, explicó, añadiendo que los padres memorizan la ropa de sus hijos por si tienen que identificar sus restos. “Me pregunto si algún miembro de este Consejo ha conocido alguna vez a un niño de cinco años que ya no quiera vivir”, les dijo.
Kaag también expresó su preocupación por la “peligrosa trayectoria” en la Cisjordania ocupada, describiendo “una aceleración de la anexión de facto mediante la expansión de los asentamientos (israelíes), la confiscación de tierras y la violencia de los colonos”.
Si esta situación no cambia, la solución de dos Estados, con Israel y Palestina coexistiendo, “será físicamente imposible”, advirtió. El ataque de Hamas el 7 de octubre del 2023 cumplió 600 días el miércoles, sin esperanza de tregua ni de liberación de los rehenes retenidos a corto plazo. Unicef calcula que desde esa fecha más de 50.000 niños podrían haber muerto o resultado heridos.