
Trabajar por el bien común es preservar el gran pacto de convivencia donde se afirma nuestra democracia y se consagran nuestros derechos y libertades”. En su mensaje más humanista, al cumplirse el décimo aniversario de su proclamación, Felipe VI hizo un llamamiento al consenso, al diálogo, la concordia y la serenidad, valores que deben marcar tanto la acción de las instituciones como el debate político. Con una contundente advertencia: “No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía”.
Con un cambio de escenario, (el salón de Columnas del Palacio Real en vez del habitual salón de audiencias de la Zarzuela) para enfatizar la solemnidad de los diez años de reinado, el discurso de Navidad del Rey, ha estado marcado, y de alguna manera guiado, por las consecuencias de las trágicas riadas del 29 de octubre que asolaron, principalmente, localidades de Valencia.
Las víctimas merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que handejado en sus familias”
“El bien común” fue el hilo conductor. A ese concepto se refirió, en primer lugar, al recordar las emociones, “las que conmueven y reconfortan y las que duelen y apenan”, que se agolpan en torno a la tragedia provocada por la dana. En las palabras del Rey hubo recuerdo a las víctimas; consuelo para los que han perdido familiares, casas o negocios; reconocimiento a la acción solidaria y, también comprensión para la reacción de los afectados ante “la frustración, el dolor, la impaciencia y las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones”.

Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey 2024
En ese punto, el Rey, empezó a lanzar mensajes sobre la necesidad del diálogo y el consenso, al advertir que “por encima de las eventuales divergencias y desencuentros, prevalece en la sociedad española una idea nítida de lo que conviene, de lo que a todos beneficia”. Una demanda ciudadana que le llevó a señalar que “es responsabilidad de todas las instituciones, de todas las administraciones públicas, que esa noción del bien común se refleje con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política”.
El consenso en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica, debe orientar siempre la esfera de lo público”
En lo que fue contundente y muy explícito fue al señalar que “el pacto de convivencia se protege dialogando” y no faltó, en ese punto, la advertencia de que “ la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad”. Según las palabras del Rey, esa “serenidad” es imprescindible “en la esfera pública y en la vida diaria” para afrontar “los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan”.
La mención a la Constitución, un clásico en los mensajes de Navidad del Rey, no faltó tampoco en esta ocasión al recordar Felipe VI que “la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento”, para advertir que “no podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía”.
Que la contienda política, en ocasiones atronadora, no impida escuchar la demanda, aún más clamorosa, de serenidad”
Y una vez lanzado el mensaje de este año centrado en la necesidad de preservar el pacto de convivencia para lograr el bien común, el Rey pasó a enumerar las cuestiones que preocupan a la ciudadanía como la inestabilidad internacional, el clima en el que se desarrolla el debate público, las dificultades para acceder a la vivienda y la gestión de la inmigración.
El Rey afirmó que “el esfuerzo de integración, el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece, son los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración”, sin olvidar “la firmeza” para luchar “contra las redes y las mafias que trafican con personas.”
España es un gran país, con presente prometedor pese a lo mucho por hacer en materia de pobreza y exclusión social”
También reconoció el grave problema del déficit de viviendas, pidiendo a los actores implicados que “reflexionen, se escuchen unos a otros, que examinen las distintas opciones y que sea ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos, pues ésta es la base para la seguridad, el bienestar de tantos proyectos de vida”.
Respecto al escenario internacional el Rey señaló que con “demasiada frecuencia se cuestiona el derecho internacional, se recurre a la violencia. (…) incluso se discute la misma validez de la democracia como sistema de gobierno”. En este punto, Felipe VI recordó que España, junto a la UE y sus socios internacionales, “debemos seguir defendiendo con convicción y firmeza las bases de la democracia liberal, de la defensa de los derechos humanos y de las conquistas en bienestar social sobre las que se asienta nuestro gran proyecto político.”
Que la solidaridad que nos ha unido en los momentos más difíciles siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión”
El Rey fue cerrando su mensaje, recordando algo que ya ha dicho en otras ocasiones: “España es un gran país, con una historia portentosa, pese a sus capítulos oscuros, y modélica en el desarrollo democrático de las últimas décadas, derrotando incluso el acoso terrorista que tantas víctimas causó”. Eso sin olvidar que “nos queda mucho por hacer en materia de pobreza y exclusión social”. Mirando al futuro, el Rey mostró su esperanza en la juventud, “que busca oportunidades y supera los obstáculos a base de mérito y esfuerzo”, destacando el ejemplo que muchos jóvenes dieron con su ayuda a los afectados por las riadas.
Y para acabar, el Rey volvió al inicio de sus palabras para recordar que “la solidaridad que nos ha unido en los momentos más difíciles siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión. Que las ayudas lleguen a todos los que lo necesiten”. “La memoria”, concluyó el Rey, “del camino recorrido, la confianza en el presente y la esperanza en el futuro son una parte ineludible, acaso la más valiosa, pero también la más delicada, de nuestro bien común.”
El reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece es uno de los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración”

Felipe VI durante el discurso de Navidad en el Palacio Real
Nuevo escenario por el Xº aniversario
En su mensaje, que duró 15 minutos y 9 segundos, el Rey no hizo ninguna referencia explícita al décimo aniversario de su proclamación, pero eligió como escenario el salón de Columnas del Palacio Real, referente de diversos acontecimientos históricos y, en este reinado, con presencia de la ciudadanía en distintas ocasiones, la última imposición de condecoraciones con la Orden del Mérito Civil, el pasado mes de junio coincidiendo con el aniversario. Es la segunda ocasión que se realiza el mensaje de Navidad de Felipe VI desde el Palacio Real; en 2015 lo pronunció en el Salón del Trono.
El Rey aparece vestido con traje azul marino, camisa blanca y corbata azul claro, con motivos de pequeños cuadrados en distintos tonos azules. A la derecha de la imagen aparecen las banderas de España y de la Unión Europea y, sobre una mesa de la época de Carlos III, una fotografía enmarcada, con imagen del esfuerzo conjunto de afectados, voluntarios y miembros de las Fuerzas Armadas, tras la dana, y una edición facsímil de la Constitución. A la izquierda de la imagen, aparecen los símbolos navideños: un nacimiento, con el Niño Jesús, la Virgen María y San José, y un árbol de Navidad.