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El sistema chino de pagos con CBDC se expandió a 10 países del ASEAN y 6 de Medio Oriente.
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El dominio del dólar para el comercio internacional en esos países puede tambalear, dicen analista
El Banco Popular de China (PBoC) lanzó su sistema de liquidación transfronteriza con yuanes digitales, conectando a 16 países de la ASEAN y Oriente Medio, en un movimiento que sacude el comercio internacional mientras Estados Unidos impone aranceles a gran escala.
Este sistema, basado en la moneda digital del banco central chino (CBDC), incluye a Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam, todos miembros de la ASEAN. Además de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Catar, Bahréin y Kuwait, naciones con lazos comerciales y estratégicos con China.
El anuncio llega en un momento en que estos mismos países enfrentan aranceles impuestos por la administración de Donald Trump, lo que plantea preguntas sobre el futuro del dólar y la influencia económica global.
El 2 de abril, Trump firmó una orden ejecutiva que establece un arancel base del 10% a 184 países y territorios, efectivo desde el 5 de abril, con aranceles recíprocos más altos para algunos, aplicados desde el 9 de abril.
Entre los países del sistema del yuan digital, Camboya enfrenta un arancel del 49%, Vietnam del 46%, Tailandia del 36%, Indonesia del 22% y Malasia del 20%, reflejo de sus déficits comerciales con EE. UU., según el gobierno de ese país.
Brunei, Filipinas, Laos, Myanmar y Singapur, junto con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Catar, Bahréin y Kuwait, quedan bajo el arancel base del 10%, ya que no figuran en la lista de aranceles recíprocos más altos. Singapur, por ejemplo, tiene un déficit comercial con EE. UU., lo que lo excluye de sanciones más severas.
El PBoC, con su movida, permitirá que alrededor del 38% del comercio mundial pueda eludir la red SWIFT, dominada por el dólar estadounidense. A diferencia de SWIFT, donde las transacciones demoran entre 3 y 5 días e involucran múltiples intermediarios, el yuan digital reduce los tiempos de procesamiento a segundos.
V Mahalingam, analista estratégico y de defensa indio, sostiene que China ha diseñado una red financiera alternativa al eludir SWIFT y eliminar la dependencia de bancos corresponsales, reduciendo la influencia de los sistemas monetarios dominados por EE. UU. y transformando el comercio global.
“Esto marca una clara aceleración de la tendencia a la desdolarización”, afirma Mahalingam, destacando cómo la convergencia de la moneda digital china y la infraestructura comercial física altera el equilibrio de poder económico.
“Los fabricantes de automóviles europeos ya liquidan costos de transporte en rutas árticas con yuan digital, y los comerciantes de energía de Oriente Medio han reducido costos de liquidación en un 75%”, según el analista.
¿Un elemento indirecto?
La política de aranceles recíprocos de Trump se basa en una fórmula que calcula déficits comerciales bilaterales en bienes, dividiendo el déficit por las importaciones de cada país y tomando la mitad de ese porcentaje, con un mínimo del 10%. Esto significa que la participación en el sistema del yuan digital no coloca automáticamente a estos países en la lista de aranceles más altos. Su relación comercial con EE. UU. es el factor determinante.
Sin embargo, la adopción del yuan digital podría convertirse en un elemento indirecto si Trump intensifica su postura contra la desdolarización, una idea que ha flotado en el pasado, especialmente tras amenazas de aranceles del 100% a países BRICS que busquen alternativas al dólar.
En Oriente Medio, Arabia Saudita, miembro de mBridge desde 2024, y Emiratos Árabes Unidos, con transacciones como el pago de 50 millones de dirhams en enero de 2024, lideran la adopción del yuan digital; Irán lo usa para evitar sanciones de SWIFT, mientras Catar, Bahréin y Kuwait exploran diversificar monedas de comercio.
En la ASEAN, la integración total al sistema chino refleja la creciente influencia económica de Pekín en la región, donde el comercio con China supera a menudo el de EE. UU. “Si este impulso continúa, el sistema financiero basado en el dólar podría convertirse pronto en una reliquia del pasado”, advierte Mahalingam, subrayando que la era del dominio indiscutible del dólar se acerca a su fin.
Desde China se han tomado en serio el desarrollo de su propia moneda digital, promoviendo su utilización en el comercio minorista y en el comercio internacional, como para el pago de millones de barriles de petróleo. También han lanzado pruebas piloto para que los turistas extranjeros se relacionen con esta CBDC, tal como lo ha reportado CriptoNoticias.
Aunque su enfoque va más allá. Además de potenciar el uso de su CBDC, también quieren desarrollar criptomonedas estables que estén vinculadas a la moneda de China.

Tensiones en el orden económico global
El contraste entre el avance del yuan digital y los aranceles de Trump revela tensiones en el orden económico global. Mientras China ofrece una alternativa rápida y económica a SWIFT, EE. UU. responde con medidas proteccionistas que afectan a los mismos países que adoptan el yuan digital.
Aunque los aranceles no están explícitamente ligados al uso del yuan digital, la coincidencia temporal entre el lanzamiento del sistema chino y las políticas de Trump genera especulación. Países como Camboya y Vietnam, con aranceles del 49% y 46%, enfrentan presiones económicas que podrían acelerar su giro hacia el yuan digital como refugio frente a las sanciones comerciales de EE. UU. Otros, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, con solo el 10%, mantienen un comercio más equilibrado con Washington, pero su apuesta por el yuan digital señala un cambio estratégico.
Mahalingam concluye que el mundo debe prepararse para un futuro donde las monedas digitales “lideradas por el yuan chino”, transformen las finanzas globales de maneras que apenas se empiezan a comprender. Sugiere así que los aranceles de Trump podrían, paradójicamente, empujar a más países hacia la órbita financiera de China, debilitando aún más la hegemonía del dólar.
El terremoto de los aranceles y el ascenso del yuan digital ocurren simultáneamente, dejando a los 16 países en una encrucijada. La ASEAN y Oriente Medio, regiones clave para el comercio global, podrían redefinir sus alianzas económicas en los próximos años. Mientras tanto, la pugna entre Washington y Pekín por el control financiero del mundo se intensifica, con implicaciones que trascienden las tarifas y las transacciones: el equilibrio de poder económico está en juego, y el desenlace sigue siendo incierto.