
La escalada de inversiones multimillonarias en colosales centros de datos para la inteligencia artificial en Estados Unidos entra en una fase inédita. OpenAI, Oracle y SoftBank han anunciado la construcción de cinco nuevos centros de datos de IA en Estados Unidos bajo el sello de la plataforma Stargate, la infraestructura de IA de OpenAI, que ya tiene una instalación insignia en fase avanzada de construcción en Abilene (Texas). Aunque existía una promesa de inversión de 500.000 millones de dólares que fue anunciada en enero pasado por el presidente Donald Trump, había muchas dudas sobre la viabilidad de lograr esa cantidad de capital. Con el nuevo anuncio, se estará cerca de invertir esa cantidad en los próximos cinco años.
Tres de los nuevos cinco centros son construidos por la empresa conjunta Stargate en los condados de Shackelford (Texas), Doña Ana (Nuevo México) y un emplazamiento por decidir en la zona del Medio Oeste de Estados Unidos. OpenAI también construye junto con Softbank dos centros de datos en Lordstown (Ohio), y otro en Milam (Texas), ambos en colaboración con SB Energy, la filial energética del Grupo SoftBank, que proporcionará la infraestructura energética para un centro de datos que será de rápida construcción.
La capacidad combinada de estos cinco nuevos centros, junto a la del centro estrella en Abilene y otros proyectos en curso de OpenAI con CoreWeave, elevan la capacidad prevista de Stargate a casi 7 gigavatios y una inversión de más de 400.000 millones de dólares en los próximos tres años. De esa forma, la compañía considera que se sitúa “en el buen camino para garantizar el compromiso total de 500.000 millones de dólares y 10 gigavatios” que anunció en enero el presidente.
Una nueva fiebre del oro: 30 de los 50 estados del país se postulan para acoger estos complejos
Acoger estos nuevos megacentros de datos de IA en Estados Unidos se ha convertido en una especie de lotería –en parte, envenenada por su elevada exigencia de energía y de gasto de agua– para condados en zonas despobladas. Para la elección de estos cinco nuevos centros, las empresas aliadas en la plataforma Stargate han recibido propuestas de más de 30 de los 50 estados que forman el país.
En el anuncio que hicieron ayer las compañías se incluye una proyección esperada de creación de 25.000 puestos de trabajo en los propios centros de datos. La agencia Reuters apuntó que OpenAI y sus socios planean utilizar financiación mediante deuda para alquilar los cientos de miles de chips especializados para el proyecto Stargate, según personas familiarizadas con el asunto.
El consumo conjunto de cuatro de los nuevos complejos doblará el de la ciudad de San Francisco
El desarrollo de los centros de datos está obligando a redefinir la red eléctrica. Los tres nuevos centros que construye Stargate, junto con el de Abilene, consumirán 5,5 gigawatios. Eso es más del doble de la energía que consume toda la ciudad de San Francisco. A estos hay que sumar también los otros dos centros de Lordstown y Milam. Según el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, la expansión de la infraestructura de la IA podría suponer aproximadamente el 12% de toda la electricidad producida en Estados Unidos en el 2028.
Stargate no ha detallado la procedencia de la energía para los nuevos centros, aunque el de Abilene, que ha empezado a funcionar en una parte de las instalaciones que ya están construidas, está usando gas natural.
En julio pasado, la Casa Blanca reclamó al Departamento de Energía medidas que faciliten la instalación de este tipo de centros, como acelerar las revisiones medioambientales. El plan prevé que la Oficina de Gestión y Presupuesto colabore con las agencias gubernamentales para identificar y derogar cualquier normativa que obstaculice la IA.
El operador de la red eléctrica más grande de Estados Unidos, PJM Interconnection, anunció que invertirá 16.000 millones de dólares para garantizar el suministro eléctrico ante el aumento de la demanda de los centros de datos de IA .
Las compañías buscan formas de generar energía, lo que incluye el empleo de centrales nucleares
Pero las compañías están buscando ya la energía extra por su cuenta. Microsoft, que construye sus propios centros, se ha asociado con Constellation Energy para reiniciar el reactor nuclear de Three Mile Island, en Pensilvania –famoso por el accidente que sufrió en 1979–. Meta está construyendo un centro en Luisiana que consumirá tanta energía como la isla de Manhattan en Nueva York.
Grok, la IA de xAI, de Elon Musk, alimenta su supercentro de datos Colossus, construido en tiempo récord en Memphis (Tennessee), mediante 35 turbinas de gas temporales no autorizadas que han desatado protestas vecinales en la zona.
Pero Stargate no se va a limitar a las fronteras de Estados Unidos y OpenAI también ha anunciado centros de datos de esta infraestructura en Noruega, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido.
Un plan para ganar a China a toda costa
Las inversiones en descomunales infraestructuras de IA en Estados Unidos forman parte de una estrategia económica de la Administración de Donald Trump ante la competencia de las compañías de China. En julio pasado, la Casa Blanca aprobó un plan de acción en materia de IA bajo el título de “Ganar la carrera”.
El proyecto prevé la eliminación de cualquier obstáculo que pueda entorpecer proyectos como los que están presentando sin parar todas esas tecnológicas.
Esta misma semana, el presidente de Microsoft, Brad Smith, ha anunciado que a principios del año próximo se estrenará en Mount Pleasant (Wisconsin), Fairwater, el que esta compañía presenta como “el centro de datos de IA más potente del mundo”, para lo que invertirá 7.000 millones de dólares en lo que considera “más que una hazaña tecnológica”. El complejo tendrá una potencia de cálculo que multiplicará por diez la del supercomputador más rápido que existe en la actualidad –El Capitán, instalado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de Estados Unidos–. Fairwater gastará un gran volumen de energía no especificado aún pero empleará un sistema de refrigeración de circuito cerrado que no impactará en el uso del agua, como “un campo de golf de 18 hoyos en pleno verano”.