
La actualización de las redes eléctricas en España requiere una inversión de entre 4.586 millones de euros y 6.313 millones para adecuarla a las necesidades de demanda que se esperan en los próximos diez años. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un informe elaborado por la consultora EY en colaboración con el Instituto de Investigación Tecnológica (ITT) y que se ha presentado este viernes bajo el título “Demanda eléctrica e inversiones en la red 2025 -2025”.
Incremento de hasta un 54% en 2030
El estudio que incrementa en más de 1.000 millones las estimaciones recogidas por el Gobierno en el proyecto de planificación de redes presentado el 12 de septiembre, ha recopilado datos públicos y privados según los cuales la demanda eléctrica nacional podría aumentar entre un 33% y un 54% para 2030 situándose entre 305,8 y 360,8 teravatios hora (TWh). Para 2035, el crecimiento acumulado podría alcanzar entre 64% y 105%, hasta los 479,8 TWh.
“El crecimiento de la demanda no solo refleja una evolución tecnológica, también una transformación profunda del tejido industrial productivo. Estamos antes un cambio estructural en la forma en que generamos, distribuimos y consumimos la energía que exigirá inversiones sostenidas y planificación territorial estratégica”, ha asegurado Antonio Hernández García, socio de Sectores Regulados, Análisis Económico y Sostenibilidad de EY.
Vectores de crecimiento
Este crecimiento estaría impulsado por tres grandes vectores. La electrificación de procesos industriales con temperaturas inferiores a 400 grados centígrados, que podría suponer hasta 129 TWh en 2035. La creciente incorporación de de bombas de calor en las viviendas y de vehículos eléctricos así como nuevos focos de demanda como son la generación de hidrógeno verde, los centros de datos o nuevas desaladoras podrían impulsar hasta 170 Twh la demanda en 2035 según las extrapolaciones del informe.
“Este estudio permite anticipar el potencial de crecimiento de la demanda para que las compañías distribuidoras puedan anticipar las inversiones, mientras que administraciones y reguladores adaptan los cambios normativos y políticas de ayudas necesarias para impulsar esa transformación industrial y atraer nueva demanda”, ha explicado Marta Sánchez, socia responsable de Energía de EY España.
Alerta de una burbuja de demanda actual
En un coloquio posterior a la presentación del informe en el que han participado representantes de diferentes sectores económicos ha quedado claro que para que las optimistas previsiones del informe se materialicen tanto el Gobierno como el regulador de los mercados deben acelerar los cambios. Entre los más necesarios, la gestión de las solicitudes de acceso a la red. “Estamos en un momento de burbuja, muchas cosas son solo papel”, ha advertido Pedro González, director general de la patronal de las industrias grandes consumidoras de energía AEGE.
“Es necesario que el cuello de botella que hay actualmente para la asignación de conexión se disuelva con una selección más eficiente de la demanda. Las industrias no esperan. No son proyectos son decisiones. Si ahora hay que cambiar un horno y se apuesta por la electrificación y la conexión se retrasa o no llega esa inversión prevista se destinará a un horno tradicional, por ejemplo. Y se eso pasa porque el acceso se le ha dado a un proyecto que ni siquiera se sabe si va a llegar es un fracaso de un sistema que no responde a las necesidades reales”, ha insistido González.
En la misma línea, Alejando Labanda, presidente de la plataforma España Verde y Conectada ha resumido las necesidades de la industria para avanzar en el objetivo de la descarbonización. Demandamos la continuidad de modelo retributivo actual. Que se de prioridad de conexión a la industria existente y que se establezca un sistema de reducción de los costes de grandes consumidores eléctricos como las plantas de hidrógeno verde o la industria convencional para que, a través de ayudas públicas, obtenga los incentivos suficientes que aceleren su proceso de descarbonización”.