Después de más de dos días de negociaciones, la Unión Europea ha cerrado en la madrugada de este sábado un acuerdo sobre el reparto de las cuotas pesqueras en aguas comunitarias. Un pacto entre los Veintisiete y la Comisión Europea que es un “buen resultado” para el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, pues según ha contado permitirá que a la flota española en el Mediterráneo pueda pescar en el 2026 los mismos días que ha terminado trabajando este año, 143 días, si mantiene las mismas medidas compensatorias iniciadas en los últimos meses.
“Creo que es un éxito evidente que quiero compartir con todos los armadores y pescadores que han hecho un gran esfuerzo desde el punto de vista de su trabajo y también de la sostenibilidad de todos los stocks a través de las medidas selectivas que fueron aplicadas el año pasado”, ha celebrado Planas en unas declaraciones ante la prensa después de la maratoniana negociación.
Las negociaciones, que se han cerrado de madrugada, han sido “más difíciles” que el año pasado
El ministro ha comparecido tras reunirse con el sector pesquero para contarles el contenido del pacto, que de momento ha celebrado el acuerdo como el mejor posible en una situación muy complicada. De hecho, Planas ha reconocido que la conversación ha sido “más difícil” que en años anteriores debido a la base de negociación tan restrictiva que planteaba el Ejecutivo europeo. Hasta la medianoche los ministros todavía habían logrado solamente 93 días para el sector pesquero, y no han obtenido los 50 días adicionales hasta las tres de la madrugada.
Todo, porque el planteamiento de este año de la Comisión era, según Planas, “de otro planeta”: Bruselas pretendía que se saliera a pescar de arrastre 9,7 días en el 2026 (un 64% menos que los 27 actuales). Aunque dejaba abierta la puerta a ampliar estos nueve días hasta los 130 que acordaron finalmente este año, Bruselas obligaba a los pescadores a esfuerzos mucho más drásticos, como cambiar las mallas, parar durante semanas, optar por las vedas de más profundidad o establecer puertas voladoras.
Una propuesta que, para Italia, España y Francia, los tres principales afectados en el Mediterráneo Occidental y que han unido fuerzas en un frente común, es completamente “inasumible”. Del lado español recuerdan que más de 550 buques de arrastre ya han llevado a cabo medidas de selectividad de las capturas, mientras que casi 200 buques pesqueros han instalado las puertas voladoras. Por lo tanto, consideran que el Ejecutivo europeo debería reconocer este esfuerzo y esperar a que complete sus resultados en el mar –sostienen que todavía no se han evaluado sus frutos– antes de exigir todavía otra batería de medidas que ven irrealistas.
“No se entiende el Mediterráneo sin pescadores, y de esto la Comisión Europea debería tomar nota”,ha avisado Planas. Finalmente, y siempre según la versión española, el acuerdo establece que más allá de las puertas voladoras y las mallas aplicadas durante el presente año, no debería haber “nuevas medidas selectivas”, sino que “únicamente con las vigentes desde el año pasado se podrán alcanzar estos 143 días”, ha prometido el socialista.
El ministro asegura que se va a notar de forma significativa la notable mejoría del estado de las especies gracias a estas medidas de selectividad ya aplicadas por los pescadores. “No se trabaja de la misma forma, y evidentemente la creatividad no es infinita”, ha subrayado. El comunicado enviado por la presidencia danesa del Consejo de la UE señala también que para mitigar “el impacto socioeconómico a corto plazo y recompensar las prácticas más selectivas, los ministros acordaron continuar, con ligeras modificaciones, el uso del mecanismo de compensación”.
El conseller de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, Òscar Ordeig, agradeció los esfuerzos realizados en las negociaciones, pero hizo hincapié en la necesidad de trabajar hacia “un marco normativo más coherente y justo, que tenga en cuenta los esfuerzos que la flota pesquera ya ha hecho para avanzar hacia la sostenibilidad”. La Generalitat aplaudió asimismo la eliminación de la penalización vinculada a la cigala. Esto habría afectado mucho a la flota catalana a pesar de que los informes científicos no indicaban una situación de sobrepesca de esta especie.
El documento comunitario apunta también que las medidas acordadas por el Consejo “contribuirán a reducir la mortalidad de los peces, minimizando al mismo tiempo el impacto socioeconómico en el sector”. Los Veintisiete, además, han acordado mantener los límites de captura para 2025 de la gamba azul y la gamba roja tanto en aguas españolas y francesas como en aguas italianas y francesas. Además, en el caso del Atlántico, España ha logrado un recorte de cuotas menos drástico en especies como el lenguado o el abadejo, mientras que se apunta a un incremento del gallo o la cigala.
