
Mientras el Gobierno y el PP queman todos los puentes, silencio sobre Catalunya. Ni financiación, ni amnistía… El fuego ha puesto de nuevo a los barones populares ante su realidad. La voluntad de autogobierno se demuestra en la gestión de los servicios sociales y las emergencias, no en los anuncios de rebajas fiscales con una mano mientras se piden más recursos al Estado con la otra. La dirección del PP achaca a la falta de presupuestos del Estado y la debilidad de Pedro Sánchez las carencias que están demostrando sus presidentes autonómicos en la lucha contra el fuego. Humo.
El espectáculo político de la semana es un sálvese quien pueda haciendo cuentas con el calendario electoral en la mano. El fuego castiga a la comunidad que, si las previsiones se cumplen, debe enfrentarse antes a las urnas. Las elecciones en Castilla y León llegarán como mucho en febrero y Alfonso Fernández Mañueco ha visto cómo sus vacaciones en Cádiz, mientras Las Médulas sucumbían a las llamas, han sido carne de cañón para socavar su presidencia.
La lucha contra el fuego es un sálvese quien pueda con el calendario electoral en la mano
Sin candidato in pectore, el PSOE tenía previsto activar el proceso de primarias en unos días. El alcalde de Soria, Carlos Martínez, está destinado a ser el cabeza de cartel, pero mientras la candidatura llega, el ministro Óscar Puente ha ido minando la figura de Mañueco y unos cuantos más: “Siempre es lo mismo con ellos. No saben estar a la altura”. El plural incluye a Juan Manuel Moreno Bonilla. Sin comparecencias tras el incendio en la mezquita de Córdoba ni el segundo incendio en Tarifa, y con elecciones en primavera marcadas en el calendario.
Con permiso de Sánchez, la cita andaluza afectará a partir de septiembre a los compromisos de investidura del líder del PSOE y Salvador Illa. La vicepresidenta María Jesús Montero lanzará la negociación de presupuestos y dejaría el cargo en unos meses para ser la candidata del PSOE a la Junta sin perspectivas de victoria. ERC la acusa por ralentizar los acuerdos sobre financiación, pero tras conocer la hoja de ruta de Illa, que retrasa hasta el 2028 la gestión catalana del IRPF sin que los republicanos rechisten, el señalamiento de Montero suena extemporáneo. Redimensionar la Agència Tributària de Catalunya es la escapatoria de ERC.

Puigdemont bailando sardanas en Prats de Molló
Así que el futuro de la legislatura pasa por la digestión que haga Sánchez de las condiciones que mantiene Carles Puigdemont sobre la mesa. En el PSOE se asumió como mal menor el desgaste por los indultos y la ley de amnistía, pero el sometimiento a Junts en cada votación socava las bases socialistas en plena oleada de la ultraderecha europea. Los independentistas iniciarán el curso sin tener resuelto el futuro de su líder, lo que mantiene en barbecho todos los frentes electorales del partido: Sin referente en el Parlament, sin candidato en Barcelona, a pesar del malestar interno que genera tanta provisionalidad en la capital, y sin saber qué papel institucional se arrogará Puigdemont en su supuesto retorno. Algunos intrépidos imaginan un duelo por la alcaldía de Girona entre el expresident y la consellera Silvia Paneque. El PSC gobernó en Girona durante 32 años, hasta la llegada de Puigdemont en 2011, y Paneque ganó en el 2023, pero la alianza independentista la dejó fuera de juego.

Lo que sí asume Puigdemont es la presión de Aliança Catalana sobre el votante de Junts. En las filas posconvergentes dan por hecho que la formación de Silvia Orriols les costará muchas alcaldías por la dispersión del voto y la presión de las izquierdas para evitar acuerdos con la formación ultra. No hay unanimidad en Junts sobre la gestión de un cordón sanitario, pero sí evidencias demoscópicas. Los votantes de Junts son los más permeables al discurso de Orriols, aunque el último sondeo del CEO señala que Aliança Catalana crece arañando votos también de ERC, PP y Vox. De hecho, sus actuales votantes profesan más simpatía por Vox que por cualquier otro partido y, con la condición de independentistas diez puntos por debajo de Junts, se entiende que ambos partidos ultras coincidan en más de un 40% de las votaciones del Parlament con la inmigración y la seguridad como bandera. Una cifra que aumentaría si Vox presentara sus mociones en catalán. Ideología y humo. La gestión ya…