Estados Unidos busca ampliar los acuerdos de Abraham

La efigie de Donald Trump saluda desde un gran cartel en el centro de Jerusalén: “Ciro el Grande está vivo”. El presidente de Estados Unidos es, para muchos israelíes, la reencarnación pop del emperador persa que permitió el regreso de los judíos exiliados en Babilonia y la reconstrucción de sus templos.

El “pacificador” sin premio Nobel que ha orquestado el acuerdo de alto el fuego entre Tel Aviv y Hamas buscar ahora extender su diplomacia en Arabia y desenquistar los acuerdos de Abraham. Su primer contacto ha sido con Riad, donde la monarquía saudí está dispuesta a reunirse cuanto antes para negociar un acuerdo de normalización con Israel, aseguró ayer mismo Trump en una entrevista en la cadena Fox News.

La Casa Blanca ve la tregua en Gaza como una oportunidad para redibujar el mapa de alianzas en Oriente Medio. El diálogo entre los países árabes e Israel quedó congelado tras el estallido de la guerra en la franja, donde una frágil tregua se ha instaurado en la última semana. El líder de Estados Unidos asegura que estos dos años de ofensiva en varios frentes han conseguido “neutralizar” la amenaza nuclear de Irán, el principal aliado de Hamas y de otros grupos como Hizbulah en Líbano y los hutíes en Yemen.

Los saudíes ponen como condición para la normalización con Israel la creación de un Estado palestino

“Espero ver a Arabia Saudí aceptar, y espero ver a otros también. Creo que cuando los saudíes entren, todos entrarán”, dijo el presidente en televisión. Sin embargo, los saudíes han impuesto la condición de la creación de un Estado palestino, una idea que quedó plasmada en el plan de 20 puntos pactado entre Trump y Beniamin Netanyahu. Una encuesta del Instituto de Washington, un centro de estudios proisraelí en Estados Unidos, reveló en agosto que el 81% de los saudíes ve con malos ojos la posibilidad de normalizar relaciones con Israel.

El documento especifica que “mientras avance la reconstrucción de Gaza y el programa de reforma de la Autoridad Palestina se implemente de buena fe, podrían darse las condiciones para un camino creíble hacia la autodeterminación y la condición de Estado palestino, que reconocemos como la aspiración del pueblo palestino”.

Sin embargo, el acuerdo final sellado en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij para el fin del bombardeo y el retorno de los rehenes israelíes no incluye el futuro de la franja ni del estatus de Palestina. El primer ministro israelí se opone a la creación de dos entes estatales: el territorio de Cisjordania ya está controlado por las fuerzas israelíes y diversos ministros de extrema derecha han llamado a la total anexión de la región.

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La visión de Netanyahu, de un “Gran Israel” también ha sido ampliamente condenada por los países árabes y musulmanes, ya que incluye aspiraciones territoriales sobre partes de Líbano y Siria, entre otros. El presidente sirio, Ahmed el Sharaa, aunque ha dado la bienvenida a los esfuerzos de Washington por poner fin a su aislamiento internacional, no se plantea por el momento un acuerdo con Israel, con quien aún tiene un conflicto abierto.

A pesar de ello, el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, mantiene su optimismo sobre una “expansión seria” de los acuerdos de Abraham. Se mostró comprometido a “mejorar la vida de los gazatíes” ahora que la guerra ha terminado, aunque evitó comprometerse con garantizar su autodeterminación.

“Israel nunca debería vivir bajo la amenaza de cohetes o del miedo a atentados terroristas. Pero el pueblo de Gaza también debe poder vivir una vida digna, o no habrá posibilidad de paz duradera”, dijo Witkoff durante un acto en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos, en Washington, con motivo del segundo aniversario de los ataques del 7 de octubre del 2023.

Siguiendo con la retórica religiosa, Trump catalogó el acuerdo con Hamas como “un milagro”, y “algo increíble” que puede abrir la puerta a otros acuerdos de Abraham, como el conseguido durante su primer mandato, en el 2021, con Emiratos Árabes Unidos, y a los que se sumaron Bahréin, Sudán y Marruecos. “Esto ayudará a traer una paz duradera a Oriente Medio”, sentenció pletórico el líder estadounidense.

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