Europa habla en clave pyme

Hoy celebramos dos efemérides que simbolizan el compromiso con el tejido productivo del país: el día nacional de la Empresa de Catalunya y el día internacional de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas. Que coincidan en el calendario no es una casualidad, sino una declaración de intenciones: reconocer la tarea de los empresarios y empresarias que hacen posible el progreso económico y social de nuestro país y, al mismo tiempo, poner en valor las pymes como motor real de la economía y de generación de puestos de trabajo y riqueza.

Pero dejadme decir que en el 2025 esta fecha toma un significado especial. Quiero que celebremos juntos un hito histórico y de justicia representativa para las pymes catalanas: Pimec ha sido designada recientemente como nuevo miembro del Comité Económico y Social Europeo (CESE), el órgano consultivo fundamental que participa en la elaboración de la legislación europea y aporta la visión del tejido empresarial, del mundo del trabajo y de la sociedad civil organizada.

Después de los avances conseguidos para garantizar que las pymes tengan voz propia en el diálogo social español, damos un paso más: también serán escuchadas en los espacios comunitarios. Estarán presentes allí donde se debaten las cuestiones que impactan directamente en nuestro modelo económico y empresarial. La morosidad, la digitalización, la sostenibilidad, la regulación laboral o la fiscalidad tienen que incorporar la mirada y las necesidades de las pymes, que reclaman ser tenidas en cuenta más allá de nuestras fronteras.

Trabajadores en una oficina de Barcelona

Trabajadores en una oficina de Barcelona

Mané Espinosa

Este hito es fruto de la perseverancia y el compromiso de muchos empresarios y empresarias para hacer oír su voz en el ámbito donde se definen las políticas europeas que los afectan. La entrada de Pimec en el CESE es mucho más que una representación institucional: es una oportunidad para proyectar el modelo empresarial catalán en Europa. Las pymes de nuestro país son referentes en muchos sectores y, a partir de ahora, dispondremos de un espacio para explicarlo, defenderlo e incidir activamente en las decisiones que condicionarán nuestro futuro.

Quiero recordar que detrás de cada pequeña o mediana empresa hay grandes empresarios y empresarias que impulsan la economía con compromiso, esfuerzo, conocimiento y pasión. Por eso, vuelvo a reivindicar la centralidad de las pymes en las políticas públicas, tanto a escala europea como estatal y catalana. No es suficiente con reconocer su importancia. Hace falta mejorar su acceso a la financiación, reducir las cargas burocráticas, luchar contra la morosidad, gestionar de manera eficaz y eficiente la alta incidencia del absentismo y apoyar el tejido empresarial en la transición digital, verde y energética, entre otras cuestiones.

Podemos decir, pues, que a partir de ahora la voz de las pymes catalanas resonará en Europa con fuerza. Con esta voz propia, las empresas de menor dimensión se convertirán en actores activos en la configuración de la legislación europea, para impulsar políticas comunitarias ajustadas al modelo empresarial del territorio, que fortalezcan su competitividad y su crecimiento. Con las pymes representadas en el CESE, tenemos una oportunidad para construir un proyecto europeo más equilibrado y fiel a la realidad del tejido productivo mayoritario. Y es que, desde ahora, Europa también hablará en clave pyme.

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