Explota una bomba bajo el coche del periodista de investigación más conocido de Italia

Una bomba explotó este jueves por la noche junto al coche del periodista de investigación más conocido de Italia, Sigfrido Ranucci. Un episodio que ha hecho retroceder la memoria muchos años, a los tiempos de las intimidaciones mafiosas. Ranucci, presentador de Report, programa de la televisión pública italiana (RAI), denunció haber sufrido un atentado anoche, hacia las 22.15, frente a su casa en Pomezia, una localidad de la costa romana.

La noticia fue difundida por el perfil oficial del programa: “Esta noche se colocó un artefacto explosivo bajo el coche del periodista y presentador de Report, Sigfrido Ranucci. El coche explotó, dañando también el otro vehículo de la familia y la vivienda contigua. La potencia de la explosión fue tal que podría haber matado a cualquiera que pasara en ese momento”. La hija del presentador había regresado a casa poco antes.

La fiscalía antimafia ha asumido la investigación. La hipótesis de delito formulada por ahora es la de daños con el agravante del método mafioso, aunque en la zona parece que no había cámaras de seguridad. La autoría no está clara, y el propio Ranucci lo confirma: “Parece que se trata de un artefacto rudimentario, pero ahora hay que analizar la naturaleza del explosivo. Con todas las amenazas que recibimos, no es sencillo identificar el origen”. El periodista relaciona el atentado con el anuncio, realizado hace pocos días, de los temas de la nueva temporada del programa: “La financiación de la cultura, el sector de la energía eólica, los bancos y la sanidad”.

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El periodista de investigación Sigfrido Ranucci en un aimagen de julio del 2023 

Stefano Colarieti / Ap-LaPresse

Todas las fuerzas políticas han expresado su solidaridad desde primeras horas de esta mañana. La primera ministra, Giorgia Meloni, ha condenado con firmeza “el grave acto intimidatorio sufrido” por el periodista y ha añadido: “La libertad y la independencia de la información son valores irrenunciables de nuestras democracias, que seguiremos defendiendo”. El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, ha anunciado que se ha reforzado la escolta de Ranucci, que ya contaba con protección.

Ranucci, que en el pasado ya había recibido amenazas, es un periodista muy expuesto: “Nunca las he hecho públicas, también para proteger a las personas cercanas a mí. Hace un año encontramos balas, dos balas de una P38, frente a mi casa y hay una lista de situaciones particulares ocurridas en los últimos meses, empezando por el intento de deslegitimación en mi contra”.

Report ha sido objeto de duras críticas por parte del Gobierno de derechas, especialmente tras las investigaciones sobre las actividades empresariales de la ministra de Turismo, Daniela Santanché, y sobre la familia del presidente del Senado, Ignazio La Russa, quien había calificado a los periodistas del programa de “calumniadores repugnantes que hacen un trabajo sucio”. La Russa, histórico dirigente de la derecha italiana, ha calificado este viernes el episodio de “inquietante” y ha expresado su solidaridad con el periodista y su familia.

Las intimidaciones

Las amenazas denunciadas en Italia contra periodistas aumentaron el año pasado un 16%

El pasado mes de marzo, Ranucci había hecho una revelación pública: “Tengo la certeza de que el subsecretario de la Presidencia del Consejo, Giovanbattista Fazzolari, activó a los servicios secretos para pedir información sobre mis actividades”. Una acusación muy grave, a la que Fazzolari, mano derecha de Meloni, respondió con una denuncia por difamación. El asunto no tuvo después seguimiento judicial.

La oposición de centroizquierda, que ha defendido a Ranucci, pide ahora que el Gobierno dé explicaciones en el Parlamento. “Lo que se ha atacado es el derecho de los ciudadanos a estar informados”, declaró el diputado del Partido Democrático, Andrea Casu. Según el informe que el Ministerio del Interior envió al Parlamento, las amenazas denunciadas en Italia contra periodistas aumentaron el año pasado un 16% respecto a 2023. Esta vez, sin embargo, se ha pasado de las palabras a los hechos.

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