
Fedea plantea un recargo proporcional en la cuota estatal del IRPF para compensar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Un sistema que, después de las últimas reformas, este centro de estudio considera que necesitará aportaciones complementarias de recursos procedentes de la caja general del Estado. Para ello, una de las fórmulas podría ser un recargo proporcional sobre el IRPF. Las ventajas de esta opción es doble, según Fedea. Por un lado, este impuesto es el más equitativo, con lo cual el reparto de la carga también lo sería; y por otro, ayudaría mucho a visualizar los costes reales del sistema de pensiones, lo que podría hacer “más sencillo políticamente” la introducción de medidas de control del gasto.
Porque esta línea, un mayor control del gasto, es la tesis fundamental que defiende Fedea en el informe, publicado hoy “Los efectos de la reforma de pensiones de 2021-23: Un análisis con el modelo MSSP-OLG”. Al examinar los efectos de las últimas reformas realiadas, los cálculos de Fedea difieren de los del Ministerio de Inclusión y Seguridad social,
Mientras el ministerio considera que la reforma, que aumentó los gastos, pero también las fuentes de ingresos, tendrá un efeto moderado sobre el saldo presupuestario de las pensiones, sque sitúa por debajo de 1 punto del PIB, Fedea eleva el déficit básico a más de tres puntos del PIB al final del periodo analizado. La diferencia viene porque el centro de estudios calcula un aumento del gasto en torno a 5 puntos del PIB en el 2050, el doble de los 2,5 puntos que calcula el minsterio.
La clave, según Fedea, es que el ministerio no ha tenido en cuenta que los incentivos para retrasar la jubilación y la reforma del sistema de los autónomos (RETA), tendrán un efecto sobre el gasto, porque proporcionarán mayores pensiones futuras, lo que será substancial a partir del 2050. Además, también señalan que el ministerio utiliza supuestos muy optimistas sobre la incidencia de la jubilación demorada y su impacto sobre el gasto.
Además del recargo en el IRPF, otras medidas para conseguir estos recursos serían un aumento de la deuda, aunque aquí hay poco margen por su nivel ya muy elevado; y un aumento de las cuotas sociales, pero también con espacio limitado por sus efectos adversos sobre el empleo.
Donde Fedea propone actuar especialmente es en el terreno de los gastos. Aquí, su plantemaineto es abiertamente opuesto al de las últimas reformas del sistema de pensiones, que jugaron a aumentar el gasto y compensarlo con incremento tambiénde los ingresos, vía el mecanimos de equidad intergeneracional (MEI) y la cuota de solidaridad. Un procedimiento que ha provocado debates continuos sobre si el sistema es sostenible.
Para Fedea no lo es y por tanto, propone recortar el gasto. ¿Cómo? Actuando en cuatro direcciones. Una de principal es restringir la indexación automática actual de la revalorización de las pensiones con la inflación. Plantea limitar este blindaje solo a las pensiones mínimas, dejando para el resto un tope máximo de pérdida acumulada de poder adquisitivo a lo largo de la vida, que deje un margen de maniobra.
Las otras tres medidas son extender a toda la vida laboral el cómputo de la pensión, sin permitir descartes de los peores años; endurecer algunos parámetros del cálculo y del acceso a la pensión; y recuperar el factor de sosteniblidad, o bien establecer una relación entre la edad legal de jubilación y la esperanza de vida.