Francia choca con Irán y Argelia por sus cuatro ciudadanos encarcelados

Francia vive una grave crisis diplomática con Irán y Argelia debido al encarcelamiento de dos de sus ciudadanos en cada uno de estos países, una situación que París considera del todo injustificada y escandalosa, un verdadero chantaje político. Los medios franceses suelen referirse a estas personas como “rehenes” de ambos regímenes autoritarios.

De poco le ha servido al presidente Emmanuel Macron su esfuerzo, desde antes incluso de llegar al Elíseo, hace ocho años, para acercarse a Argel por la vía del reconocimiento de la culpa francesa por la colonización y de tratar de consensuar una memoria histórica compartida del doloroso pasado. La relación bilateral, siempre conflictiva, se deterioró abruptamente al reconocer Macron, en julio del 2024, la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Argel no lo perdona.

Un escritor y un periodista están presos en Argel, e Irán podría condenar a muerte a dos turistas

Este contexto de tensión explica que el escritor franco-argelino Boualem Sansal, ganador de premios literarios en Francia, fuera detenido en noviembre pasado nada más aterrizar en Argel. Fue condenado dos veces –en el primer juicio y en el de apelación– a cinco años de cárcel, en virtud de la legislación antiterrorista, por haber “socavado la unidad nacional”. Sansal, de 80 años y enfermo de cáncer, había declarado a una revista francesa de extrema derecha que parte del territorio occidental argelino era en realidad históricamente marroquí, pero la potencia colonial, Francia, lo otorgó a Argelia en su día.

La única esperanza en París es que Sansal sea puesto en libertad por decisión del presidente Abdelmadjid Tebboune si decide indultarlo hoy sábado con motivo de la fiesta de la independencia.

Además de Sansal, también cumple condena de siete años de prisión el periodista francés Christophe Gleizes, colaborador de las revistas So Foot y Society. A Gleizes lo hallaron culpable de “apología del terrorismo” y de poseer publicaciones de propaganda contra el interés nacional. El reportero cometió el error, entre otras cosas, de contactar con un dirigente del club de fútbol de Tizi Uzu, el cual dirige a la vez el Movimiento para la Autodeterminación de Kabilia, una organización catalogada como terrorista por Argel desde el 2021.

En el caso de Irán, se trata de una pareja que estaba haciendo turismo en Irán en la primavera del 2022. Son una maestra alsaciana de 40 años, Cécile Kohler, y su compañero, Jacques Paris, de 72, profesor de matemáticas jubilado. Están recluidos en la prisión de Evin, en Teherán, que fue bombardeada por la aviación israelí durante el reciente conflicto. Se les acusa de espiar para Israel y de complot para derribar el régimen. En teoría, podrían ser condenados a la pena de muerte.

Ha habido numerosos actos de solidaridad y manifestaciones en Francia para exigir la liberación de estas cuatro personas. No ha faltado la polémica, debido a la actitud de un diputado de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) de origen argelino que visitó hace pocos días el país de su familia y, en varias entrevistas, no mencionó ni al escritor ni al periodista en prisión.

Macron muestra más prudencia con Argel que con Teherán. Es consciente de que la relación con el país magrebí resulta más delicada a largo plazo en razón de la enorme comunidad de raíz argelina que vive en Francia. A Irán, sin embargo, lo ha amenazado con “medidas de retorsión” en breve plazo (aprovechando que la UE volverá a discutir sobre sanciones) si no pone en libertad a la pareja. De momento, el presidente francés no ha sacado provecho de su actitud moderada y ambigua ante los bombardeos israelíes y estadounidenses. En lugar de aplaudirlos, como hizo el canciller alemán, Macron pidió enseguida que cesaran los ataques por ambas partes, aunque sí insistió siempre en que Irán no debería poseer la bomba atómica.

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