González Laya: “Trump ha perdido la batalla contra la economía internacional”

Arancha González Laya (Tolosa, 1969), ex ministra de Asuntos Exteriores y decana de la Paris School of International Affairs, alerta que tanto la guerra comercial lanzada por Trump, como el conflicto en Gaza o en Ucrania “son tres manifestaciones de una disrupción geopolítica” a las que hay que poner freno. Es una de las mayores expertas en política comercial tras su paso por la OMC y la ONU.

¿La sanción de la UE a Meta y Apple puede complicar la negociación arancelaria con EE.UU.?

Europa tiene que aplicar su legislación y si no la aplica, no es creíble.

Meta dijo que era una especie de arancel encubierto.

Claro, porque ellos no quieren una regulación, pero Europa tiene una regulación. Hemos sido los europeos desde el principio los que hemos dicho que había cuestiones que no eran negociables. Y al que no le guste, que deje de operar en Europa.

¿Ha sido rápida Europa con su respuesta a los aranceles?

Europa ha buscado mantener por encima de todo dos cuestiones fundamentales. La primera es la unidad europea, porque al fin y al cabo, Europa es fuerte si tiene esta unidad. Y en segundo lugar, la firmeza. Unidad y firmeza pero con responsabilidad. Estamos jugando con la economía y las economías de nuestros ciudadanos.

Aranceles

Lo peor sería que EE.UU. y China lleguen a un acuerdo, con nosotros de variable de ajuste”

¿Qué quiere decir con la responsabilidad? ¿No entrar en una escalada arancelaria como ha hecho China?

Sí, me refiero exactamente a eso. En no entrar en una respuesta rápida. Europa ha sido, yo creo, astuta. Ha dejado que el mercado, y sobre todo los mercados de bonos, hicieran el trabajo sucio.

¿Cómo?

Cuando el tipo de interés de los bonos del tesoro americano empiezan a subir, esa es la señal de alerta que obliga al presidente de los Estados Unidos a pausar sus aranceles.

Pero todavía se mantienen aranceles del 10%.

Donald Trump ha perdido la batalla contra la economía internacional. Ha ganado la globalización. Eso no quiere decir que no tenga todavía una capacidad para causar daños a su economía y a las economías de los demás. Y por eso estamos ahora en esta especie de impás , donde él necesita salir airoso del túnel en el que se ha metido. Tenemos que ayudarle a hacer que gane, aunque ya ha perdido.

Siempre es más peligroso un enemigo herido.

Sí, vamos a tener que jugar a una negociación en la que sabemos muy bien que lo que necesitamos es reducir al mínimo, si no eliminar toda esta batería de medidas que han sido adoptadas.

¿Ya hay algún daño permanente en la economía?

Hay un efecto colateral que es una pérdida de confianza de los operadores económicos, también en Estados Unidos.

¿Cree que Europa y España deben acercarse más a China?

Yo creo que lo que necesitamos es una relación funcional con China basada en nuestros intereses. Porque lo peor que nos puede ocurrir a nosotros es que Estados Unidos y China lleguen a un acuerdo y que nosotros seamos la variable de ajuste.

¿Quién gana con esta guerra comercial?

Los desequilibrios estadounidenses son desequilibrios que tienen que ver con la capacidad de la economía estadounidense a ahorrar, que tiene mucho que ver también con sus propias políticas fiscales. O sea, lo que no podemos aceptar es que Estados Unidos busque apropiarse de los beneficios de la globalización y externalizar su incapacidad a gestionar los costes de la globalización.

¿Realmente Trump quiere resolver su problema con el déficit comercial?

El problema no lo definiría como el déficit comercial, yo lo definiría más bien como la desigualdad en la economía americana. La economía americana, desde el año 1989, ha doblado de tamaño. Pero en este periodo, el 1% más rico ha multiplicado por cuatro su riqueza y el 50% de abajo ha visto aumentada su riqueza en un 20%. Si uno le añade a eso el shock de inflación de estos tres últimos años, uno entiende que haya un gran descontento ciudadano en Estados Unidos.

¿Qué aprendizaje se puede extraer de lo que está pasando?

Estamos viviendo una situación de primer curso de populismo. Y yo creo que sería interesante también que sacásemos algunas lecciones para nuestra parroquia, que es la Unión Europea. Por ejemplo, la importancia de las políticas sociales.

Y respecto a las dos grandes guerras que hay hoy en el mundo, ¿están vinculadas a la crisis de los aranceles?

La guerra comercial, como la guerra en Gaza o la guerra en Ucrania, son tres manifestaciones de una disrupción geopolítica con tres ejes fundamentales. No son hechos aislados. En primer lugar, el abandono de un orden mundial regido por reglas, por compromisos, por tratados. En segundo lugar, una ruptura del vínculo trasatlántico. Y esto empezamos a verlo, a vislumbrarlo y lo que va a significar, pero es el inicio. Y en tercer lugar, que no se nos olvide que detrás de todo esto también hay una ruptura en un cierto consenso ideológico del valor de la democracia, de los pesos y contrapesos, de las libertades individuales, del estado de derecho, del valor de la ciencia.

¿Hay que gastar más o no en defensa?

Hay que gastar más en defensa indudablemente porque hoy los riesgos son mucho más elevados y porque la garantía de seguridad que nosotros teníamos, que era la alianza transatlántica, no funcionó.

¿Y de quién nos queremos proteger?

De todos aquellos que hoy nos atacan ya.

¿Quienes son?

Rusia, claramente. Y si uno está situado en España no es solamente Rusia. Miremos al sur. Miremos lo que está ocurriendo en el Sahel.

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