
La activista sueca Greta Thunberg ha respondido este martes con ironía a los últimos “halagos” que le ha dedicado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y ha dicho tomarlos en serio teniendo en cuenta que sería él quien tiene “problemas para gestionar la ira”.
“He oído que Donald Trump ha expresado una vez más sus halagos hacia mi personalidad y agradezco que se preocupe por mi salud mental”, ha dicho Thunberg en redes sociales, horas después de que el mandatario norteamericano la tachase de “alborotadora” y dijese que “debería ver a un médico”.
La joven sueca, deportada desde Israel tras formar parte de la Global Sumud Flotilla con ayuda para Gaza, ha asumido las “recomendaciones” afirmando que es Trump quien también, “a juzgar por su impresionante trayectoria”, tiene problemas para gestionar sus niveles de enfado.
Thunberg, que ya en otras ocasiones había respondido a críticas de Trump, reclamó el lunes desde Atenas mayor atención internacional ante el “genocidio” que estaría perpetrando Israel en la Franja de Gaza. Fue una de las más de 400 activistas interceptadas tras el abordaje a la Global Sumud Flotilla.
No es la primera vez que Trump se dirige directamente a la activista en estos términos: en 2019, en su primer mandato, sugirió precisamente que la adolescente sueca necesitaba “trabajar en su problema de manejo de la ira y luego ir a ver una buena película antigua con un amigo”.
En aquella ocasión, Thunberg contestó con sentido del humor y editó su perfil de su cuenta de la entonces Twitter para describirse a sí misma como “una adolescente que trabaja en su problema de manejo de la ira”. Esta vez ha decidido emplear la misma frase para devolverle el elogio envenenado al presidente de los EE.UU.