La flamante premio Nobel, María Corina Machado, llegó tarde para la ceremonia de entrega en Oslo el miércoles. Pero la agitada historia de su viaje transatlántico desde Venezuela a Noruega -en todoterreno, dos barcos, lancha y avión privado-, ha servido de excelente promoción para Grey Bull, la empresa de exmilitares especializada en rescates con sede en Tampa, Florida.
Grey Bull diseñó la operación Dinamita de Oro para sacar de Venezuela a la dirigente radical de la oposición, donde estuvo escondida de las autoridades durante casi un año.
María Corina Machado, perseguida por la ley venezolana debido a su apoyo a repetidos intentos de golpe de Estado a lo largo de dos décadas, incluyendo el secuestro del recién elegido presidente Hugo Chávez en abril del 2002, “es una verdadera madre (…) inspiradora y yo soy un fan alumbrado por su estrellato”. La describe así, después de la operación, Bryan Stern, el excombatiente del ejército estadounidense en Afganistán que fundó Grey Bull hace cuatro años. En el tránsito por el Caribe a la isla de Curaçao, con olas de hasta tres metros, Corina Machado “hizo honor a su apodo de la dama de hierro”.
Grey Bull ya ha desplegado sus equipos dentro de Venezuela y los países colindantes para la próxima posible misión: rescatar a estadounidenses que pueden quedar atrapados en una zona de guerra en caso de que Donald Trump cumpla con su amenaza de lanzar ataques aéreos contra el gobierno de Nicolás Maduro. “¿En qué consistirán las evacuaciones desde Venezuela?”, se preguntó Stern en una entrevista telefónica el domingo con La Vanguardia. “Probablemente habría componentes aéreos, marítimos y terrestres. Y estamos preparados para todo”. Con equipos activos en Venezuela, Colombia, Brasil, Guyana, Aruba, Bonaire, Curazao y Trinidad y Tobago, Grey Bull dice que puede extraer a decenas de miles de personas en una situación de guerra en Venezuela.
Existen indicios de que Grey Bull pretende ampliar su gama de servicios de apoyo a la oposición de extrema derecha venezolana y al plan de cambio de régimen militar en el país urdido por el equipo latinoamericano de Donald Trump, encabezado por el secretario de Estado y senador por Florida, Marco Rubio.
Bryan Stern
A la pregunta de si Grey Bull estaría dispuesta a participar en una operación para secuestrar a Maduro, Stern respondió: “Me encantaría, y lo pienso todos los días, pero sacarlo con vida es difícil. Matarlo probablemente sería bastante sencillo”.
Bryan Stern: “Me encantaría, pero sacarlo con vida (a Maduro) con vida es difícil. Matarlo sería sencillo”
Es una declaración típica de una empresa de mercenarios -ex militares estadounidenses y colombianos- con sede en Florida que ha realizado operaciones en Venezuela con el fin de derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Stern explicó la idea con más detalle en la entrevista a este diario: “Si hubiera un plan en marcha para hacer eso, podríamos ser útiles; estaría encantado de ayudar”, dice. “Estados Unidos no va a permitir que Maduro lo haga quedar en ridículo”.
La operación más famosa de mercenarios coordinada desde Florida fue la operación Gideon de Silvercorp, la firma creada por el veterano de Irak Jordan Goudreau. Este mercenario organizó una fracasada mini invasión de Venezuela en mayo de 2020 con el fin de secuestrar o matar a Maduro.
Según una nueva investigación del medio estadounidense The Grayzone, la primera administración Trump -cuya política latinoamericana fue diseñada desde Miami- sabía de antemano del plan de Goudreau, que fue financiado por Juan Guaidó, al que María Corina Machado ha sustituido al frente de la oposición. Stern calificó como “tontos que ven demasiada televisión” a Goudreau y a su equipo.
A diferencia de empresas de mercenarios como Silvercorp, Grey Bull se define como una empresa con una misión humanitaria. Según su directivo, han realizado 800 operaciones de salvamento en 70 países, desde Ucrania a Israel, rescatando a más de 1.800 personas. “Somos bomberos, no somos policías”, dice Stern.
Pero la línea que discurre entre una empresa privada de rescate en momentos de guerra y la de una empresa que participa directamente en la guerra es a veces borrosa.
“No me interesaría que Grey Bull Rescue matara a Nicolás Maduro. Dicho esto, si la gente quiere ideas, lecciones, algún tipo de consejo, lo consideraría”, dice Stern, que ha realizado una intensa campaña mediática desde la operación de “rescate” de María Corina Machado con el fin de dar a conocer su empresa y aumentar sus fuentes de financiación.
Según una investigación del blog venezolano La Tabla, ocho directivos con pasado militar de Grey Bull compaginan su trabajo humanitario con puestos en empresas privadas que se benefician de contratos del ahora llamado Departamento de Guerra, como Tenax, que proporciona servicios aéreos utilizados también por Grey Bull. La prioridad de la empresa es “la captación de recursos y la consolidación corporativa más que las misiones estrictamente humanitarias”, explica este blog.
“La prioridad para Grey Bull es la captación de recursos” dice un medio venezolano
En la entrevista a La Vanguardia, Stern duda de que Trump opte por usar los servicios de una empresa privada. “Es verdad que estas cosas se pueden hacer de forma privada. Yo ya lo hice. Nuestro equipo es realmente increíble y tiene mucha experiencia. Pero mira el Caribe y cuenta cuántos barcos tenemos allí. Hay miles de Navy Seals ahora mismo ¿Por qué recurrir a una empresa privada para hacer esto?”
Stern espera un inminente desenlace del pulso entre la administración Trump y el gobierno de Nicolás Maduro. O sale Maduro del país para ser sustituido por María Corina Machado, o habrá un ataque aéreo estadounidense con el fin de derrocar al gobierno. Tras su evasión de Venezuela, Machado regresaría con su premio Nobel de la Paz, protegida ante cualquier resistencia local, “con mucha seguridad, seguridad proporcionada por Estados Unidos”, vaticina Stern
No hay mucho tiempo que perder, añade. “Trump está mirando el reloj. Tienen que hacer algo porque esto ya está en toda la televisión. Los medios de comunicación marcan el ritmo de esto”, dice. Y concluye: “Si hay que elegir entre la reputación de Trump o la vida de Maduro, esa es una decisión fácil para Trump”.
