Guerra híbrida rusa contra Europa

La presunta interferencia rusa en el GPS del avión en que viajaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su gira por países del este para mostrar el respaldo comunitario frente a las amenazas del Kremlin continúa envuelta en el misterio.

Las autoridades de Bulgaria, en cuyo cielo se produjo el inquietante episodio, lo atribuyeron inicialmente a Moscú, para luego desdecirse y asegurar que el aparato solo experimentó una interrupción parcial de la señal, algo que suele suceder en áreas muy pobladas. Bruselas, sin embargo, sigue pensando que hubo una obstrucción rusa deliberada.

La alarma, infundada o no, alimenta en cualquier caso las sospechas y algunas certezas sobre las actividades de guerra híbrida con que Vladímir Putin hostiga a Europa sobre todo desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero del 2022. Se trata de ciberataques, sabotajes de infraestructuras, y campañas de desinformación, entre otras acciones subrepticias.

Según datos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, el número de ataques híbridos rusos contra objetivos europeos y estadounidenses casi se triplicó entre los años 2023 y 2024, tras haberse cuadriplicado entre el 2022 y el 2023. 

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Ursula von der Leyen (izquierda), camina con el presidente rumano, Nicusor Dan, durante su visita a la base aérea Mihail Kogalniceanu

Aunque algunas acciones se dirigen contra países de Europa occidental, como Alemania, Francia o el Reino Unido, los episodios de sabotaje, que se han ido incrementando en los últimos meses, afectan cada vez más a los países del flanco este de la OTAN, sobre todo a Polonia y países bálticos, y a Finlandia y países nórdicos.

Según un informe de seis países ribereños del mar Báltico difundido el sábado por la televisión sueca SVT, entre enero y abril un total de 122.607 vuelos de 365 aerolíneas se vieron afectados por señales rusas que interfirieron en el GPS y otros sistemas satelitales. Las distorsiones impactaron en los espacios aéreos de Suecia, Finlandia, Polonia y los tres países bálticos. El rastreo de las autoridades ha llevado a localizar emisores de interferencias en Kaliningrado, San Petersburgo, Smolensk y Rostov.

Otra herramienta de acoso son los drones, que caen de vez en cuando en el este de Polonia y Rumanía sin que resulte sencillo verificar si fue por error o por voluntad. Caso más reciente, denunciado por el Gobierno polaco: en la noche del 19 al 20 de agosto, un dron militar ruso impactó cerca de Osiny, un pueblo a cien kilómetros de la frontera ucraniana.

Incremento de la guerra híbrida rusa

Ciberataques, drones, incendios provocados, rotura de cables submarinos e injerencia electoral han aumentado desde la invasión de Ucrania en febrero del 2022

“Rusia emplea sistemáticamente tácticas de zona gris, que implican acciones que no alcanzan el umbral de una guerra abierta. Un dron que se estrella en territorio polaco no equivale a un ataque con misiles, pero sus repercusiones políticas y psicológicas son significativas. 

Cada incidente de este tipo pone a prueba la resiliencia de los sistemas de defensa polacos y también la determinación de la OTAN”, sostiene Lukasz Wojdyga, analista del laboratorio de ideas polaco Instituto Empresarial de Varsovia (WEI). “En la guerra híbrida, la información es tan crucial como el armamento, y las señales de confusión en el enemigo alientan nuevas provocaciones”, añade Wojdyga.

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The Oil tanker Eagle S is seen anchored near the Kilpilahti port in Porvoo, on the Gulf of Finland on January 13, 2025. Finnish authorities announced on January 8, 2025 that they had banned the oil tanker Eagle S, suspected of belonging to the Russian

El catálogo de guerra híbrida rusa es variado: desde la injerencia en elecciones con campañas en redes sociales, como ocurrió con las presidenciales de Rumanía en noviembre del 2024, anuladas por ello por el Tribunal Constitucional; hasta el sabotaje de infraestructuras en el mar Báltico, de difícil atribución pues suelen ser roturas de cables submarinos por anclas de barcos de la flota fantasma rusa o de buques chinos. Así pasó en diciembre del 2024 con el Estlink 2, cable eléctrico entre Finlandia y Estonia dañado por un petrolero fantasma ruso.

Interferencias en el GPS

Entre enero y abril, casi 123.000 vuelos en países del mar Báltico se vieron afectados por distorsiones rusas en las señales de navegación aérea

Y está también el uso de la migración irregular para desestabilizar a la UE, como se vio en el invierno del 2021 en la frontera polaca con Bielorrusia, país aliado de Putin, cuando oleadas de migrantes de Oriente Medio engañados intentaban cruzar para alcanzar Alemania. La migración instigada por Moscú y Minsk afectó también a Finlandia y a los países bálticos, y continúa produciéndose, aunque en menor número.

“A nivel estratégico, estos ataques buscan principalmente un efecto psicológico; su objetivo es crear una sensación de inseguridad en la población, transmitiendo el mensaje de que, a pesar de la distancia geográfica, actores como Rusia pueden causar daños sociales directos”, señala el analista Jannik Hartmann en un reciente informe de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP), laboratorio de ideas en Berlín. “Al tiempo, socavan deliberadamente la confianza en los mecanismos de defensa de los Estados y en las alianzas de defensa colectiva como la OTAN”, concluye Hartmann.

Aliada de Putin

El largo brazo de la Iglesia ortodoxa rusa

Algunas iglesias ortodoxas dependientes del Patriarcado de Moscú en Europa podrían estar al servicio del Kremlin para espionaje y guerra híbrida, según señalan los servicios secretos de países nórdicos y del este. Suecia investiga a la iglesia del Icono de la Madre de Dios de Kazán, situada a 300 metros del aeródromo de Västerås. Se sospecha de la ubicación de edificios eclesiales cerca de instalaciones importantes. En Trondheim (Noruega) hay una iglesia rusa a un kilómetro de la Academia de la Fuerza Aérea. Finlandia cerró en agosto del 2022 la iglesia rusa de Turku, que se hallaba a una distancia crítica del puerto de la Armada. En el 2023, Bulgaria expulsó al archimandrita Vasian, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa en el país, por “amenaza a la seguridad nacional”. Y Moldavia teme injerencia rusa a través de la Iglesia ortodoxa en las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre.

Polonia, aliado clave de Ucrania y centro neurálgico de la logística de la OTAN, figura de modo prioritario en la mirilla híbrida del Kremlin. El Gobierno polaco atribuye a Rusia el incendio del 12 de mayo del 2024 que destruyó el centro comercial Marywilska 44 de Varsovia, que tenía unas 1.400 tiendas. El fuego se produjo de noche, por lo que el establecimiento estaba cerrado y no hubo víctimas. En respuesta, Polonia cerró el consulado ruso de Cracovia.

En lo que va de año, los ciberataques en Polonia han aumentado más del doble en comparación con el 2024. También Estonia ha sufrido un notable aumento de ciberataques. En mayo, Letonia advirtió sobre agentes rusos que recopilaban información de infraestructuras fingiéndose turistas. Y Lituania acusa al Kremlin del incendio en marzo de una tienda de muebles de IKEA en Vilna.

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TOPSHOT - Migrants unload a truck with tree trunks delivered by the Belarusian officials in a camp on the Belarusian-Polish border in the Grodno region on November 12, 2021. - Hundreds of desperate migrants are trapped in freezing temperatures on the border and the presence of troops from both sides has raised fears of a confrontation. (Photo by Leonid Shcheglov / BELTA / AFP) / Belarus OUT

Solo en el 2024, más de dos docenas de presuntos saboteadores prorrusos fueron arrestados en varios países europeos. Las agencias de inteligencia occidentales coinciden en que la expulsión masiva de agentes y diplomáticos rusos a partir de la invasión a gran escala de Ucrania ha obligado a Rusia a adoptar un nuevo modelo: ya no se trata de agentes rusos instruidos en sus cuarteles secretos, sino de simpatizantes poco duchos, reclutados en el lugar por vía digital, y coordinados desde Moscú. La guerra híbrida es líquida, flexible y adaptable, por lo que puede evolucionar hacia nuevos métodos y hacia nuevos perfiles personales.

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