Hooters of America, propietario de la cadena de restaurantes de comida rápida famosa por tener camareras jóvenes con muy poca ropa, presentó anoche concurso de acreedores por la caída de ingresos que ha sufrido en los últimos años, que le han impedido afrontar sus deudas.
La compañía con sede en Atlanta presentó solicitud de concurso en Dallas el lunes, alegando la “crisis de liquidez”, provocada por una reducción de las cenas fuera de casa de los estadounidenses, que sufren la subida de la inflación mientras sus sueldos se han quedado atrás. También ha presentado un plan de negocio para que sus principales franquiciados compren la cadena, con el propósito de convertirla en una cadena de restaurantes familiar.
Hooters tiene aproximadamente 5.957 empleados, según los documentos presentados en el juzgado. Posee y opera directamente 151 restaurantes en 22 estados de EE. UU. y mantiene 154 acuerdos de franquicia con restaurantes en 19 estados de EE. UU. y 17 países de América, Europa, Asia y África.

Hooters es una cadena de comida rápida
Hooters se ha focalizado en captar una clientela masculina, con camareras con camisetas de tirantes de gran escote y pantalones cortos y ajustados que muestran parte de los glúteos, aunque hay hombres trabajando como cocineros, recepcionistas y gerentes.
La empresa tuvo un restaurante en Catalunya, que se vio obligado a cerrar en 2018 al considerar la Inspección de Trabajo que su uniforme suponía una “falta de consideración debida a la dignidad profesional de las trabajadoras”. En su expediente los inspectores consideraron que se presentaba a las camareras como “un reclamo sexualizado” y no como una persona que está ejecutando una relación laboral.
Hooters of America declaró unas deudas financieras de 376 millones de dólares y busca la aprobación de un plan de refinanciación que incluye ampliar capital en 40 millones de dólares, conviertiendo parte de las deudas en capital y aportando 35 millones de capital nuevo, según un comunicado de prensa emitido el lunes. Esto proporcionaría a la compañía la liquidez suficiente para mantener sus operaciones mientras se tramita el concurso, que se espera que se cierre en agosto, según el comunicado.
La refinanciación forma parte de un plan de los fundadores de la cadena y otros socios que quieren que la empresa vuelva a sus orígenes como un restaurante más familiar, según Neil Kiefer, director ejecutivo de HMC Hospitality Group, la empresa propiedad de sus fundadores. Según estos empresarios de Florida, que fundaron Hooters en 1983, las decisiones que tomaron los fondos de capital riesgo que tomaron la mayoría del capital de la empresa la alejaron de sus inicios como un destino playero que ofrecía buena comida y buen servicio.

Camareras de un restaurante Hooters en Pekin
“Lo llamo una re-Hooterización”, declaró Kiefer en una entrevista en el local original de la cadena en Clearwater, Florida.
Hooters operaba en un sistema de franquicia. HMC es propietaria de 22 restaurantes en Florida e Illinois, y junto con otros franquiciados se harían cargo de la mayoría de los locales de la empresa en EE. UU., que actualmente son propiedad de la empresa matriz, Hooters of America, que también los gestiona. Se desconoce cuantos restaurantes habrán de cerrar: el sistema Hooters en EE. UU. cerró más de 40 locales el año pasado, según la consultora de servicios de alimentación Technomic.

La solicitud de concurso, en la que la cadena pide acogerse a la protección del Capítulo 11, sigue a la de la cadena de mariscos Red Lobster, que se declaró en bancarrota el año pasado tras una promoción de “camarones sin fin” que generó pérdidas, y a la quiebra de TGI Friday’s Inc. en noviembre tras sus dificultades para recuperar su negocio. Estas compañías de restaurantes arrastraban aún los efectos de la pandemia, al igual que el resto del sector de la restauración, y han tenido que lidiar con la competencia de cadenas de comida rápida más económicas y la disminución general de la afluencia a los restaurantes, a medida que los estadounidenses se resienten por el aumento de precios.