Jordi Pujol: heredero universal de Marta Ferrusola

Marta Ferrusola falleció el pasado 8 de julio y en su testamento designaba a su esposo, Jordi Pujol, el expresident de la Generalitat, heredero universal de sus bienes. Los hijos del matrimonio, según las fuentes consultadas, han decidido renunciar a la legítima, la parte que les corresponde legalmente y que en Catalunya es del 25% del patrimonio transmitido, a repartir entre todos ellos, siete.

¿Qué bienes forman parte del legado final de la que fue primera dama de Catalunya durante el largo período de hegemonía política de su todopoderoso marido? La herencia incluye bienes conocidos, como la mitad de dos propiedades inmobiliarias en Barcelona, los pisos en la ronda del General Mitre, residencia principal de la familia, y de los que la propiedad era de los dos cónyuges al 50% cada uno. En uno de ellos instalará su despacho de trabajo a partir del mes próximo quien fuera president de la Generalitat durante 23 años, desde 1980 al 2003. La tasación de cada uno de ellos se situaría en torno a los 700.000 euros.

Una segunda propiedad incluida en el legado es la casa en la pequeña localidad de Queralbs, en la comarca del Ripollés, en el Pirineo catalán, heredada por la fallecida de su progenitor, Josep Ferrusola y en la que los Pujol han pasado veranos y días festivos, enfatizando su vínculo con la Catalunya más profunda. Asimismo, la herencia incluye una cuenta bancaria en CaixaBank con un saldo aproximado de unos 300.000 euros, según las fuentes próximas a la familia.

La finada lega a su esposo la mitad de los dos pisos de Barcelona donde residían y que compartían al 50%

La parte más llamativa del legado es una reclamación contra Hacienda de casi 400.000 euros, más intereses que podrían llegar a sumar una mitad más adicional a dicha cifra, otros 200.000. En total 600.000.

Cuando se produzca esa devolución, si tal cosa ocurre, Pujol recibirá directamente ingresos procedentes de las cuentas familiares en Andorra afloradas en julio de hace diez años y reconocidas en una declaración escrita del expresident que conmocionó Catalunya y buena parte de España. En ese documento, el patriarca de la familia admitía la existencia desde hacía décadas de dinero no declarado a Hacienda.

En puridad, el matrimonio ya utilizó antes ese dinero a través de las retiradas de fondos que Marta Ferrusola realizó en el periodo anterior a su afloramiento, como ha quedado atestiguado en diferentes documentos que constan en los procesos judiciales.

La reclamación al fisco se sustenta en una sentencia del Tribunal Europeo contra la amnistía de Montoro

Asimismo, cuando la esposa hizo su reconocimiento ante Hacienda, tras abonar la cuota correspondiente de los 400.000 euros que ahora están reclamados, le quedaron en su cuenta en el Banco de Madrid otros 440.000, que sin embargo fueron bloqueados con la intervención de la entidad por el Banco de España, en marzo del 2015, derivada de la que a su vez habían aprobado las autoridades andorranas sobre su propietario, la Banca Privada de Andorra (BPA). De ese dinero, Marta Ferrusola recuperó después un 90%, aunque aún siguen pendientes 44.000 euros más.

Los Pujol declararon su dinero en Andorra en el verano del 2014 después de que la llamada policía patriótica – un nutrido enjambre de agentes corruptos que contaron con la cobertura del Ministerio del Interior encabezado por Jorge Fernández Díaz y otros altos cargos del gobierno del PP, como María Dlores de Cospedal, realizaron toda clase de operaciones ilegales contra líderes independentistas, empresarios catalanes, afines o no a ese movimiento político y dirigentes sociales- obtuviese en Andorra un listado de cuentas de la familia Pujol que acabó publicando El Mundo.

La familia decidió regularizar ante la eventualidad de que Hacienda intentara encausarlos por delito fiscal, pese a que en opinión de sus asesores, las responsabilidades penales estaban prescritas.

Y la casa de Queralbs en la que la familia pasaba las vacaciones y que la esposa heredó de su padre Josep

Poco antes de los hechos, a finales del 2012, el ministro de Hacienda de la época, Cristóbal Montoro, aprobó una amnistía fiscal que permitía declarar los bienes en el exterior ocultos al fisco a cambio de pagar un máximo del 10%. La misma norma establecía que para los que no se acogieran no habría prescripción. Una medida que fue cuestionada por muchos juristas y que motivó que diversos contribuyentes recurrieran al mismo tiempo que pagaban lo estipulado por Hacienda.

Este fue el caso de los Pujol. Marta Ferrusola: ingresó al erario los 400.000 y reclamó su devolución por prescripción. Igual hicieron los tres hijos que se habían sumado a la declaración (Marta, Mireia y Pere), que habían abonado un total de 1,1 millones de euros.

En enero del 2022, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitió una sentencia que declaraba ilegal esa norma y reconocía el derecho a la devolución del dinero. Los representantes legales de la familia aseguran que ese dinero acabará siendo reembolsado. Algo que en el caso de Marta Ferrsuola Hacienda no ha hecho, alegando la causa judicial contra la familia y pendiente de un juicio que tiene fijada fecha para noviembre del año próximo. La esposa de Pujol dejó de estar encausada en mayo del 2021 tras un análisis forense sobre su estado mental.

El expresident fue titular de una cuenta en el pequeño estado del Pirineo que no reconoció en su escrito

Pero la relación de Jordi Pujol con el dinero escondido en Andorra es aún más alambicada. Hay una cuenta que cuestiona buena parte de su relato sobre el origen de por lo menos una buena parte de los fondos, atribuidos por el expresident a una herencia ( deixa) en Suiza de su padre Florenci para su mujer Marta y sus siete hijos. Y de la que el nunca habría sido titular ni beneficiario.

La cuenta en cuestión es la 63810-2, abierta en septiembre del 2000 en lo que entonces era la banca Reig, luego absorbida por Andbank y que finalmente acabó en BPA. Su dotación inicial, en efectivo, de 307 millones de pesetas (1,85 millones de euros) fue aportada por el hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, pero en el momento de la apertura dejó escrito que “era titular (…) con carácter estrictamente fiduciario, es decir por cuenta e interés exclusivo de un tercero (…) que el real propietario de los bienes depositados es Jordi Pujol Soley”, su padre.

Cinco meses más tarde, siendo aún president de la Generalitat, este envió una carta manuscrita a la entidad con su membrete encabezándola en la que asumía la propiedad y legando el dinero en caso de muerte a su esposa Marta. Asimismo, varias fuentes han asegurado a este diario que ese dinero fue una aportación de varios empresarios de Barcelona tras las últimas elecciones catalanas a las que se presentó el veterano político, el 17 de octubre de 1999. Finalmente, la cuenta quedó subsumida en el patrimonio no aflorado por el hijo mayor, que ya estaba encausado en la Audiencia Nacional antes de la afloración del resto de las cuentas familiares.

Sin embargo, su defensa ha aportado a la causa un informe pericial que afirmaba que del análisis de la escritura se concluía que Jordi Pujol no era el autor.

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