El gigante de la alimentación envasada Kraft Heinz anunció ayer su intención de separarse en dos empresas independientes y cotizadas en bolsa. La escisión se produce una década después de la unión de las dos marcas icónicas.
La primera de las dos nuevas compañías se hará cargo del negocio de salsas, untables y condimentos, lo que incluye marcas como Heinz y Philadelphia, productos que el año pasado alcanzaron unos 15.400 millones de dólares en ventas netas. La segunda compañía vendería productos básicos de alimentación, albergando marcas como Oscar Mayer, Kraft Singles y Lunchables, que representaron en conjunto 10.400 millones en ventas netas en el 2024.
Las acciones de la compañía han perdido un 12% de su valor en los últimos cinco años
“Las marcas de Kraft Heinz son icónicas y apreciadas, pero la complejidad de nuestra estructura actual dificulta la asignación eficaz de capital, la priorización de iniciativas y el crecimiento en nuestras áreas más prometedoras”, explicó Miguel Patricio, presidente ejecutivo del consejo de administración de Kraft Heinz. La transacción se completará durante el segundo semestre del 2026.
Además, la multinacional prevé que las dos empresas independientes mantengan el nivel actual de dividendos. A pesar de ello, las acciones de Kraft Heinz llegaron a caer en la sesión bursátil de ayer más de un 6%. En el último lustro, los títulos se han devaluado un 12%.

El impulsor de la fusión de Kraft Heinz, el inversor Warren Buffett, consideró ayer que la división no solucionará los problemas a los que se enfrenta la multinacional. Su holding es el principal propietario del grupo, con una participación en el capital del 27%.