La autonomía bereber, primera víctima del Gran Marruecos

Los apenas cinco años, entre 1921 y 1926, que subsistió la República del Rif en el Protectorado Español de Marruecos y el Dahir Bereber que rigió el norte del Protectorado Francés entre 1930 y 1934 pasan por ser los efímeros períodos de la historia contemporánea en los que los pueblos bereberes marroquíes han contado con un reconocimiento político y legal efectivo de su singularidad.

Ni las potencias coloniales desde el norte ni el nacionalismo marroquí desde el sur permitieron su desarrollo ni el libre albedrío de unos pueblos que perviven tanto en Marruecos como en todo el norte de África en un lento e implacable proceso de asimilación a las mayorías árabes de los países de la ribera mediterránea. En las Islas Canarias sólo quedan vestigios bereberes en el ADN de algunos de sus ciudadanos.

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En el caso marroquí, la figura del sultán y la dinastía alauí, con unos dominios a finales del siglo XXIII sobre los que se construyó la base del denominado Gran Marruecos, y el Islam como bandera de la identidad nacional, las singularidades bereberes suponían más un estorbo que una suma. Sobre todo desde que el Dahir se convirtió en una barrera para el sultán, Mohamed V, que pese a estar tutelado por la República Francesa dejó de ejercer como autoridad religiosa al no poder aplicar la ley islámica sobre parte de sus súbditos. Esta función la ocuparon los cadíes en función de sus propios usos y costumbres.

El decreto, además, abrió la puerta a que la evangelización cristiana se abriese paso en el norte del Protectorado, como ya lo hacía también en la parte española, donde la figura del jalifa operaba como autoridad sobre la población indígena, especialmente en el ámbito del derecho civil. Una provocación para un nacionalismo árabe y musulmán que creció en las primeras décadas del siglo XX y se hizo fuerte en su apoyo a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

De hecho, las tropas marroquíes participaron activamente en la Campaña de África, cobrando un papel destacado de apoyo en la Opeación Torch, el desembarco aliado en las costas de Túnez, y en la Batalla de Montecassino, el avance aliado hacia Roma. Fue precisamente en pleno conflicto cuando nació el Istiqlal, la formación que con el apoyo implícito de Mohamed V, marcó el rumbo de la independencia y construcción nacional marroquí.

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El partido se constituyó en la clandestinidad en Rabat en diciembre de 1943 en torno a un manifiesto que se hizo público el 11 de enero de 1944 -hoy Día Nacional de Marruecos- con la rúbrica de 66 ciudadanos del Protectorado que se atribuían la representividad de toda la sociedad marroquí y que solicitaban el amparo del sultán, a quien consideraban la única autoridad del país en tanto que representante de la dinastía alauí y líder espiritual.

El texto, que ofrecemos íntegro, reivindicaba la unidad del país en torno al sultán y al Islam, sin referencia alguna a la singularidad legal, cultural o religiosa de los pueblos bereberes, que se convirtieron en las primeras víctimas de un nuevo Estado uniforme que se hizo realidad una década después, después de que el Gobierno francés tratase de combatir en vano el movimiento independentista deportando a Mohamed V para convertirlo en un héroe que regresó triunfante.

El manifiesto

“Considerando que Marruecos ha sido siempre un Estado libre y soberano y que conservó su independencia durante trece siglos hasta el momento en que, en circunstancias particulares, se le impuso un régimen de protectorado.

”Considerando que el propósito y la razón de ser de este régimen era proporcionar a Marruecos un conjunto de reformas administrativas, financieras y militares, sin afectar la soberanía tradicional del pueblo marroquí bajo la égida de su rey.

”Considerando que las autoridades del Protectorado han sustituido este régimen por un régimen de administración directa y de arbitraje en beneficio de la colonia francesa, incluido un servicio civil inflado y en gran medida superfluo, y que no han intentado conciliar los diversos intereses en juego.

”Considerando que es gracias a este sistema que la colonia francesa pudo apoderarse de todos los poderes y tomar el control de los recursos vitales del país en detrimento de los indígenas.

Marruecos ha sido siempre un Estado libre y soberano que conservó su independencia durante trece siglos

”Considerando que el régimen así establecido ha intentado quebrar, por diversos medios, la unidad del pueblo marroquí, ha impedido a los marroquíes participar efectivamente en el gobierno de su país y los ha privado de todas las libertades públicas individuales.

”Considerando que el mundo atraviesa actualmente circunstancias distintas a aquellas en las que se estableció el Protectorado.

”Considerando que Marruecos ha participado eficazmente en las guerras mundiales al lado de los Aliados, que sus tropas acaban de realizar hazañas que han despertado la admiración de todos, tanto en Francia como en Túnez, Córcega, Sicilia e Italia, y que se espera de ellas una participación más amplia en otros campos de batalla.

”Considerando que los aliados que derramaron su sangre por la causa de la libertad han reconocido en la Carta del Atlántico el derecho de los pueblos a la autodeterminación y han proclamado recientemente, en la Conferencia de Teherán, su desaprobación de la doctrina que pretende que los fuertes deben dominar a los débiles.

El Protectorado Francés ha intentado quebrar, por diversos medios, la unidad del pueblo marroquí

”Considerando que los Aliados han mostrado reiteradamente su simpatía hacia los pueblos musulmanes y han concedido la independencia a pueblos cuyo patrimonio histórico es menos rico que el nuestro y cuyo grado de civilización es inferior al de Marruecos.

”Considerando finalmente que Marruecos constituye una unidad homogénea que, bajo la alta dirección de su soberano, es consciente de sus derechos y deberes, tanto en el ámbito interno como en el internacional y sabe apreciar los beneficios de las libertades democráticas que son conformes con los principios de nuestra religión y que han servido de base a la Constitución de todos los países musulmanes.

”Decide:

”En materia de política general:

”Solicitar la independencia de Marruecos en su integridad territorial bajo la égida de Su Majestad Sidi Mohamed bin Yusef, que Dios lo glorifique.

Marruecos constituye una unidad homogénea que aprecia las libertades democráticas conformes con los principios de nuestra religión

”Solicitar a Su Majestad que entable negociaciones con las naciones interesadas con el fin de reconocer y garantizar esta independencia, así como determinar en el marco de la soberanía nacional los legítimos intereses de los extranjeros en Marruecos.

”Solicitar la adhesión de Marruecos a la Carta del Atlántico y su participación en la Conferencia de Paz.

”En materia de política interna:

”Solicitar a Su Majestad que tome bajo su alta dirección el movimiento de reforma necesario para asegurar el buen funcionamiento del país y dejar a Su Majestad la tarea de establecer un régimen democrático comparable al sistema de gobierno adoptado por los países musulmanes orientales, garantizando los derechos de todos los elementos y todas las clases de la sociedad marroquí definiendo los deberes de cada uno.”

Esta pieza forma parte de una serie de contenidos que recupera los manifiestos políticos, artísticos y sociales de la época contemporánea para contextualizarlos desde una perspectiva histórica y con ánimo divulgativo.

Ramón Álvarez

Ramón Álvarez

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