Henrique Gouveia e Melo, el almirante que navegaba a toda máquina como independiente para convertirse en enero en el próximo presidente de Portugal, empezó a debilitarse desde que emergió al presentar su candidatura y chocó con la ola de las expectativas que había generado. Sigue al frente de las encuestas, si bien la amplia ventaja que tenía cuando se movía en las profundidades de la indefinición da paso a una aparente situación de empate técnico con el conservador Luís Marques Mendes y el socialista António José Seguro. Y se preparan dos posibles nuevas candidaturas en el área más propicia para Gouveia, la derecha, lo que complica más lo que se anunciaba como su paseo militar hacia el Palacio de Belém.
El 18 de mayo, cuando Portugal celebraba sus terceras elecciones legislativas en tres años y medio, se daba por hecho que el conservador Luís Montenegro continuaría de primer ministro, como sucedió, y había la certeza aún más firme de que el próximo presidente sería el militar que se hizo célebre dirigiendo la vacunación en la pandemia, Gouveia. La rápida disolución del Parlamento había trastocado un calendario marcado por las municipales del 12 de octubre y las presidenciales, cuya primera vuelta será en enero y la segunda, de haberla, en febrero.
La ascensión de la ultraderecha de Chega a la condición de segunda fuerza parlamentaria –si bien con 4.313 votos menos que el Partido Socialista (PS)– apuntaló el pronóstico de comentaristas y dirigentes sobre la imparable marcha del antiguo jefe del Estado Mayor de la Armada hacia la jefatura del Estado, con su discurso contra la política tradicional cuando acababan de quebrarse 50 años de bipartidismo del conservador PSD y del PS. Pero, a partir de la presentación de su candidatura el 29 de mayo en un muelle lisboeta, la nave de este experto en submarinos perdió fuerza.
La expectativa de una segunda vuelta abre la puerta a que surjan más candidatos, como el alcalde de Oporto
Pese a su escasa muestra, las sucesivas encuestas de Intercampus, con tendencias coincidentes con otras empresas, señalan con nitidez este desfondamiento. En enero el militar contaba con una intención de voto del 33,1%, que en marzo había subido al 35,6%. Casi triplicaba al segundo, Marques Mendes, lo que, descontando indecisos y apoyos a candidatos hipotéticos que al final no se presentarán, anunciaba que iba a superar el listón del 50% exigido para ganar en la primera vuelta.
Pero en junio bajó a un 27,3% tras explicarse, dar entrevistas, mostrarse inexperto, moverse del supuesto centro que dice representar para inclinarse hacia la derecha y apoyarse en cuadros de la vieja política. En la entrega de julio cayó al 20,6% , con el conservador Mendes en un 17,2% y el socialista Seguro en el 16,5%, en la frontera del margen de error, lo que señalaría la existencia de un empate técnico. El almirante derrotaría a ambos en la segunda vuelta, pero por estrecho margen.

Mientras el exlíder del PS Seguro se beneficia de ser el único candidato socialista, aunque pueda surgir otro aspirante en el centroizquierda además del comunista António Filipe, Gouveia ve crecer las amenazas a su alrededor. Ya anunció que está pensando en presentarse el antiguo líder de Iniciativa Liberal, João Cotrim de Figueiredo, que en las europeas casi empató con Chega. Y el martes hizo lo mismo el conservador Rui Moreira, alcalde independiente de Oporto, que logró tres victorias, dos con mayoría absoluta, al margen de los grandes partidos, y ya ha agotado el máximo de mandatos. Destacado dirigente empresarial, acérrimo partidario de la regionalización, cobró una apreciable popularidad como comentarista televisivo de fútbol.
En marzo Gouveiva triplicaba al segundo en los sondeos que ahora dibujan un empate técnico a tres
Estos movimientos son clásicos de las presidenciales, en las que la candidatura es personal, por lo que suelen lanzarse globos sonda para medir las fuerzas políticas y financieras. Hace meses, con el almirante en la cresta de la ola, Moreira había descartado postularse, lo que indica que vislumbra un escenario abierto, con bastantes incógnitas. Entre ellas destaca la de qué hará el líder de Chega, André Ventura, quien se presentó en el 2021, cuando fue reelecto el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien termina su segundo y último mandato. Ventura ya amagó con apoyar a Gouveia, lo que éste recusó, y con concurrir él mismo, antes de que se cruzasen en el camino las legislativas de mayo.
Y ha vuelto a las quinielas periodísticas de las presidenciales el llamado “Cristiano Ronaldo de las finanzas”, el exministro con el PS y antiguo presidente del Eurogrupo Mário Centeno. Tras negarle el Gobierno un segundo mandato en el del Banco de Portugal, dice no descartar volver a la política.
Hace dos meses reinaba la convicción de que el almirante rompería con 40 años de presidencias socialistas y conservadoras. Ahora impera la previsión de que habrá una segunda vuelta, algo que no sucede desde 1986.