
El director interino de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Matthew Vaeth, ha enviado un memorando interno a todas las agencias federales en el que advierte que “deben pausar temporalmente todas las actividades relacionadas con la obligación o el desembolso de toda la asistencia financiera federal”. La decisión, que ha generado una gran confusión en Washington, congela todas las ayudas, préstamos y subvenciones a excepción de las prestaciones de seguridad social, el Medicare (la cobertura para mayores de 65 años) y “la asistencia prestada directamente a personas”.
Esta pausa temporal, que se entromete en las competencias del Congreso, entrará en vigor a las 17 horas (a las 23 hora española) del martes y dará a la administración de Donald Trump “tiempo para revisar los programas de las agencias y determinar los mejores usos de su financiación de acuerdo con la ley y las prioridades del presidente”, se lee en la instrucción, que ha sido filtrada a través de las redes sociales y cuya autenticidad han confirmado varios medios estadounidenses.
Trump quiere eliminar las ayudas a “actividades relevantes que puedan verse implicadas por las órdenes ejecutivas»
Aunque no queda del todo claro el alcance de esta medida, Vaeth sugiere que se frenarán todas las subvenciones afectadas por las decenas de órdenes ejecutivas que ha firmado Trump en su primera semana en el poder. De este modo, la pausa se aplica a “actividades relevantes de las agencias que puedan verse implicadas por las órdenes ejecutivas, incluyendo, pero no limitándose a, la asistencia financiera para la ayuda exterior, las organizaciones no gubernamentales, la DEI, la ideología woke de género y el green new deal”, se lee en el memorando.
“El uso de recursos federales para promover la equidad marxista, la transexualidad y las políticas de ingeniería social del nuevo pacto verde es un despilfarro del dinero de los contribuyentes que no mejora la vida cotidiana de aquellos a quienes servimos”, asegura Vaeth.
Sin embargo, de manera preventiva, se ha congelado todo tipo de partidas, no solo las relacionadas con las “prioridades” de Trump, lo que implica una suma de cientos de miles de millones de dólares anuales, incluso billones. El memorando cita “más de 3 billones de dólares” en asistencia financiera federal que podrían verse afectados, pero Vaeth podría haber inflado esta cifra, pues también afirma que el gobierno gastó “casi 10 billones de dólares” en el 2024, cuando se estima que en realidad fueron unos 6,75 billones.
Entre otras, este tipo de partidas incluyen las subvenciones a los gobiernos estatales y locales, la ayuda para catástrofes, la financiación de la educación y el transporte y préstamos a pequeñas empresas. La instrucción pide a las agencias que presenten a la oficina de presupuesto “información detallada sobre cualquier programa, proyecto o actividad sujeto a esta pausa” antes del 10 de febrero.
La orden, que llegó durante la noche del lunes sin más explicaciones por parte de la administración de Trump, ha puesto en alarma a las organizaciones benéficas que reciben subvenciones del gobierno, pues no queda claro cuáles se verán afectadas ni por cuanto tiempo.
“Desde la suspensión de la investigación sobre curas para el cáncer infantil hasta el cierre de refugios para personas sin hogar, la interrupción de la asistencia alimentaria, la reducción de la seguridad frente a la violencia doméstica y el cierre de las líneas de ayuda para suicidas, el impacto de incluso una breve pausa en la financiación podría ser devastador y costar vidas”, ha señalado Diane Yentel, presidenta del Consejo Nacional de Organizaciones sin Ánimo de Lucro.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha criticado la medida a través de sus redes sociales, señalando que el presidente no tiene autoridad para detener unilateralmente los fondos ya asignados por el Congreso: “Más anarquía y caos en Estados Unidos mientras la administración de Donald Trump desobedece descaradamente la ley al retener prácticamente todos los fondos vitales que apoyan programas en todas las comunidades del país. Si esto continúa, el pueblo estadounidense pagará un precio terrible”.
En otro comunicado, ha recordado que “el Congreso aprobó estas inversiones y no son opcionales; son la ley”. “Estas subvenciones ayudan a personas en estados republicanos y demócratas, apoyan a familias, ayudan a padres a criar a sus hijos y contribuyen a comunidades más fuertes”. En su memorando, Vaeth reconoce límites legales al ordenar a las agencias que pausen todos los programas “en la medida en que lo permita la ley aplicable”.
Las congresistas demócratas Patty Murray y Rosa DeLauro han enviado una carta a la Casa Blanca expresando su “extrema alarma” por la medida. “El alcance de lo que está ordenando es impresionante, sin precedentes y tendrá consecuencias devastadoras en todo el país. Le escribimos hoy para instarle en los términos más enérgicos a que defienda la ley y la Constitución y garantice que todos los recursos federales se entreguen de acuerdo con la ley”.
La decisión va en la línea de las últimas medidas de Trump destinadas a transformar por completo la administración y recortar gastos. Se suma a los despidos anunciados de todos los trabajadores implicados en las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), a decenas de cargos de liderazgo de la agencia de ayuda exterior (USAID), cuya asistencia ya congeló casi en su totalidad, y al despido de todos los que trabajaron en las investigaciones penales de Jack Smith contra el republicano.
“La congelación de las subvenciones federales, el despido de todos los inspectores generales, la inmunización de la violencia política: ¿acaso no ve todo el mundo lo que está sucediendo?”, se ha preguntado a través de X el senador demócrata por Connecticut Chris Murphy. “En un ataque relámpago, Trump está intentando derrumbar nuestra democracia –y probablemente nuestra economía– y tomar el control. Llámalo por su nombre”.