Los reporteros de las dos principales agencias de noticias en el mundo, Associated Press y Reuters, no pudieron acceder el miércoles a la primera reunión de gabinete de Donald Trump. En una decisión ampliamente criticada, la Casa Blanca ha revertido décadas del funcionamiento de su pool, el reducido grupo de periodistas que tiene acceso al presidente en los espacios más reducidos, como el despacho oval o el avión presidencial Air Force One.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, anunció el martes que la Casa Blanca tomará el control para determinar qué medios pueden formar parte del mismo, una decisión que hasta la fecha ha coordinado la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. El presidente de la organización, Eugene Daniels, periodista del medio Politico, afirmó en un comunicado que la decisión “amenaza la independencia de una prensa libre en Estados Unidos”, protegida por la primera enmienda de la Constitución, al “decidir qué periodistas pueden cubrir al presidente”.
Comunicado de AP, Reuters y Bloomberg
“En una democracia, es esencial que el público tenga acceso a noticias a través de una prensa independiente y libre»
La asociación de corresponsales ha decidido hasta ahora qué medios de comunicación pertenecen al pool, un grupo de periodistas que va rotando en cada acto y que permite al resto de medios, sin acceso directo, permanecer informados en tiempo real de lo que ocurre en el despacho oval y el Air Force One, entre otros espacios. Associated Press, Reuters y Bloomberg News, tres de las mayores agencias del mundo, han sido hasta ahora los tres miembros permanentes del pool, mientras la presencia de otros medios, nacionales e internacionales, ha ido rotando por decisión de la asociación.
Las tres agencias emitieron el miércoles una declaración conjunta denunciando los ataques a la libertad de prensa. “Gran parte de la cobertura de la Casa Blanca que la gente ve en sus medios de comunicación locales, en cualquier parte del mundo, proviene de las agencias de noticias”, recuerdan. “En una democracia, es esencial que el público tenga acceso a noticias sobre su gobierno a través de una prensa independiente y libre. Creemos que cualquier medida del gobierno para limitar el número de agencias de noticias con acceso al presidente amenaza ese principio. También perjudica la difusión de información fiable a personas, comunidades, empresas y mercados financieros mundiales que dependen en gran medida de nuestros informes”.
El movimiento se ha asemejado al trato que dio a la prensa el presidente ruso Vladimir Putin cuando llegó al poder hace un cuarto de siglo. Trump, que suele admirarlo en público, se ha acercado a él recientemente y parece que también se está reflejando en su estilo autocrático en varias de sus decisiones, como rodearse de oligarcas, prometer “venganza” contra los adversarios políticos, gobernar a base de decretos (sin pasar por el Congreso), o atacar a las instituciones judiciales que bloqueen sus decisiones. Pero es especialmente grave en un país en el que la libertad de prensa y la transparencia han sido considerados valores esenciales de la democracia, desde tiempos de Benjamin Franklin.
Limitando el acceso de medios no afines, la Casa Blanca alimenta la autocensura, mientras amplía la presencia de ‘influencers’ en el despacho oval
La toma de control del pool sigue a la decisión de la Administración Trump de prohibir a Associated Press la asistencia a algunos actos del presidente porque se ha negado a referirse al Golfo de México como “Golfo de América”, el nombre que dio Trump, mediante orden ejecutiva, al volumen de agua que se encuentra entre México y Estados Unidos. La agencia llevó el caso a los tribunales, que dieron la razón a Trump, y desde entonces la sala de prensa de la Casa Blanca ha aparecido con dos pantallas en las que celebra la “victoria” frente a Associated Press, palabra que aparece sobre un mapa en el que se representa al “Golfo de América”.

Las pantallas de la sala de prensa Brady de la Casa Blanca muestran un mensaje de “Victoria” sobre el mapa del “Golfo de América”.
Este tipo de prácticas no solo limitan la acción de las principales agencias: envían un mensaje al resto de medios de que la Casa Blanca podrá decidir si tienen acceso al presidente en función de si les gustan sus informaciones. De este modo, alimentan la autocensura de los periodistas, que en muchas ocasiones es más efectiva que la censura directa.
Paralelamente, como parte de sus ataques a la prensa, desde la llegada de Trump al poder se está dando un gran acceso a influencers y medios de tendencia ultraconservadora, que en ocasiones pueden hacer la primera pregunta al presidente. Esto permitió que el martes, en la rueda de prensa conjunta con el presidente francés Emmanuel Macron, la primera pregunta fuera completamente dócil: “La última encuesta de Harvard te da una ventaja de más de nueve puntos. Estás cumpliendo toda la agenda con la que hiciste campaña y tienes el apoyo del pueblo estadounidense, incluyendo en el fin de la guerra en Ucrania. ¿Podrías comentar qué te parece?”