El sector de la construcción en Catalunya ha dado la voz de alarma por el enquistamiento de la baja inversión del Estado en el territorio, lo que está lastrando tanto servicios e infraestructuras como la recuperación de su actividad, todavía por debajo de los niveles previos a la pandemia.

El presidente de la Cambra de Contractistes d’Obres de Catalunya (CCOC), Lluís Moreno, lamentó este miércoles que el grado de ejecución de las licitaciones cada vez “disminuye más”, hasta llegar al 20% del primer semestre del 2024, mínimo de los últimos diez años, cuando en Madrid fue del 54%. Son datos que han obtenido a través de los grupos parlamentarios, ya que el Ministerio de Transporte no les da “cifras oficiales”. “Hay una gran falta de transparencia”, insistió durante la presentación del informe de actividad del sector. Por lo que se refiere a la inversión dependiente de la Generalitat de Catalunya, el grado de ejecución está entre el 80% y el 85%.
Los contratistas lamentan la falta de información sobre la ejecución de las licitaciones en Catalunya
En conjunto, el déficit de inversión pública acumulada desde el 2009 alcanza los 42.500 millones de euros, subrayaron desde la CCOC.

Todo ello ha contribuido a que el sector de la construcción catalán creciera apenas un 1,7% en volumen en el 2024. Para este 2025 se espera un incremento de actividad algo mayor, de entre el 2% y el 2,5%, principalmente por el aumento previsto de la edificación residencial que traerá el plan de vivienda de Salvador Illa, señalaron. La construcción de 50.000 viviendas asequibles en cinco años tendrá un efecto tractor que se empezará a notar este 2025 y durante varios ejercicios. Ahora bien, los contratistas consideraron que si, en paralelo al plan del Govern, “no se levantan 100.000 o 150.000 viviendas libres”, el precio de los pisos continuará creciendo por la presión de la demanda. Por ello, reclamaron una movilización de suelo también para vivienda libre, no solo pública.
Moreno insistió en que este esfuerzo en edificación protegida debería ir acompañado de una mejora en las infraestructuras, principalmente el transporte. En este sentido, los proyectos que hay pendientes de llevar a cabo, como el plan de Rodalies o las obras para combatir la sequía, impulsarán asimismo al sector tras unos años de poco dinamismo.
En concreto, la actividad constructora en Catalunya aumentó solo un 1,7% en el 2024. A los efectos de la pandemia se suman el aumento de los costes, la falta de trabajadores y una inversión pública al ralentí.