Batacazo espectacular de la economía estadounidense por el primer impacto de los aranceles de Donald Trump, según la información de la propia administración. El Producto Interior Bruto (PIB), ajustado a la inflación, disminuyó a una tasa anual del 0,3% entre enero y marzo de este año, cuando venía de un crecimiento del 2,4% en el cierre trimestral del 2024, todavía bajo el presidente Joe Biden.
La incertidumbre por la guerra comercial global debido a los gravámenes empieza a pasar factura y alimenta los peores temores de recesión, con las empresas en guardia, con inversiones congeladas, los mercados bursátiles estresados y una caída dramática en la confianza de los consumidores.

Este dato es el más negativo que se registra desde principios del 2022, cuando existía el grave problema en las cadenas de suministros por la recuperación tras el periodo de cierre de la pandemia. En esta ocasión llega justo horas después de que el presidente Trump alardeara de éxitos económicos en sus 100 días iniciales de mandato, cuestión que no se creen ni sus mismos admiradores.
En su estilo del mi, me, conmigo, el mandatario incluso se atrevió a decir que sabe más de tipos de interés que el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, al que exige que recorte ya el precio del dinero, una vez que parece que le han convencido de que forzar su dimisión sería todavía peor. Powell, así como los doce gobernadores del banco central, han optado por la paciencia, por observar y ver que sucede con la política de Trump.

La contracción del crecimiento, que confirma que las empresas toman precauciones ante el efecto de los gravámenes, es incluso peor que el realizado por los analistas en sus predicciones, que apostaban más por un crecimiento del 0,8%. Y los más alarmistas lo dejaban en un 0,4%.
El drástico retroceso se explica sobre todo porque las compañías y los negocios aceleraron para acumular inventario ante los aranceles de Trump, lo que hace que el déficit comercial de bienes alcanzara un nivel muy alto en marzo, previo a los gravámenes.
Entre líneas, este informe señala que el consumo y las inversiones de las empresas han retrocedido, si bien se mantienen todavía sólidos, viniendo de donde se venía. Pero estos cimientos, sin embargo, se pueden erosionar rápidamente.
La incertidumbre por la guerra comercial global debido a los gravámenes empieza a pasar factura y alimenta los peores temores de recesión
La actividad económica subió temporalmente por el gasto de los consumidores y la cuestión de la acumulación de stocks justo antes del anuncio de los aranceles, que se produjo en abril. Los expertos prevén que el gasto y las inversiones se ralentizarán en los próximos meses a medida que los aranceles impacten en mayor medida en los precios y el desasosiego se mantenga en los negocios y los frene.
Según estos datos, cayó en este primer trimestre, creciendo a un ritmo del 1,8% en la tasa anualizada, por debajo del 4% con que concluyó el 2024. Algunos expertos consideran que ese frenazo estuvo más afectado por las condiciones del invierno, que hizo que los consumidores se quedaran en casa, que por la política económica de Trump. Eso aún no se habría expresado con toda la fuerza.

Más bien, el declive del PIB en este periodo estuvo marcado casi enteramente por un gran incremento de las importaciones, a causa de que consumidores y empresarios trataban de tomar precauciones ante la inminencia de los gravámenes comerciales.
Las importaciones crecieron un 41,3%, sobre todo por el impulso de un 50,9% en los bienes, mientras que las exportaciones subieron un 1,8%.