La exclusión del candidato pro Trump en las elecciones en Rumanía desata protestas en Bucarest

La decisión el domingo del órgano electoral rumano de rechazar la candidatura del nacionalista radical Călin Georgescu en las elecciones generales que se celebrarán en mayo ha desatado violentas protestas en el centro de Bucarest y fuertes críticas en las redes sociales. Éstas incluyen denuncias de destacados seguidores de Donald Trump, liderados por Elon Musk,.

Georgescu, que apoya el plan de paz inmediato de Donald Trump en Ucrania, y ha criticado a la OTAN y la UE, ganó las elecciones de diciembre, que fueron canceladas días después debido a una supuesta injerencia rusa para apoyar la campaña de Georgescu.

La autoridad electoral, la Oficina Electoral Central citó la polémica decisión del tribunal constitucional rumano de cancelar las elecciones en diciembre para justificar la exclusión de Georgescu en las nuevas elecciones. Georgescu “se negó a cumplir con la obligación de defender la democracia” durante la campaña anterior, explicó ayer el órgano electoral. 

El candidato fue acusado entonces de dar luz verde a la injerencia rusa, de relacionarse con un grupo armado y de mostrar simpatías con el grupo fascista de la Segunda Guerra Mundial, la Guardia de Hierro.

Pero Georgescu, y los líderes de opinión que abanderan su causa en las redes sociales trumpistas, denuncian un atentado contra la democracia que algunos achacan al rechazo de Georgescu a la política de la OTAN y la UE de prolongar la guerra en Ucrania.

Georgescu -un outsider de 62 años, que se ha convertido en un heroe para muchos rumanos en un momento de rechazo generalizado a la clase poltia- denunció en la red X “un golpe directo al corazón de la democracia a escala mundial”. 

Después de la cancelación de las elecciones en diciemrbe, su apoyo se disparó  y roza ya el 40% en los sondeos, mucho más que otros candidatos.

El candidato ultra nacionalista -que en su calidad de ingeniero agrónomo ha trabajado para el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas- es admirador de  Trump y se ha mostrado reticente a criticar al presidente ruso Vladimir Putin.

 Defiende el plan estadounidense en favor de negociar la paz inmediata en Ucrania en contra de los recelos europeos. En un país estratégicamente crucial, colindante con Ucrania, esta disidencia ha levantado ampollas en Bruselas y  en las capitales de las potencias europeas.

Georgescu denunció un “golpe directo al corazón de la democracia mundial”

Georgescu cuenta con el apoyo vocal de poderosos integrantes de la administración estadounidenses y  allegados de Trump en redes sociales, desde Musk hasta el vicepresidente JD Vance, quien arremetió contra la decisión de cancelar las elecciones en su discurso pronunciado en Múnich hace dos semanas, en el que denunció una crisis de la democracia en Europa. Musk denunció el domingo un atentado contra la democracia. El líder de la ultra conservadora Liga del Norte, italiano, Matteo Salvini, denunció “un eurogolpe al estilo soviético”.

La decisión de excluir a Georgescu desencadenó protestas delante de la sede del órgano electoral en el centro de Bucarest. Un grupo de manifestantes intentó romper las barricadas policiales para entrar en el edificio. El rechazo de la candidatura no es definitivo. Georgescu puede recurrir en las próximas 24 horas o puede presentar una nueva solicitud.

Pero todo indica que la decisión ya es un hecho consumado.  Rumanía “ya es una dictadura”, afirmó Georgescu. “Quienes tienen el poder en Rumanía no quieren que Georgescu sea candidato”, dijo la abogada Silvia Uscov en uan entrevista concedida en Bucarest a La Vanguardia. El presidente del órgano electoral, Toni Greblă fue destituido por el parlamento hace dos semanas porque se oponía a la exclusión de Georgescu.

La UE, la OTAN -y la administración de Joe Biden-  aplaudieron la decisión de la corte constitucional rumana de cancelar las elecciones en diciembre tras una explosión de actividad pro-Georgescu en la red TikTok, que las autoridades rumanas achacaron a la injerencia rusa. Pero, al igual que en el llamado caso de Russiagate, en el que se hizo la misma acusación  contra el entonces candidato Trump en 2016, las acusaciones son casi imposibles de comprobar.

Georgescu ha sido calificado de  extrema derecha por un discurso de nacionalismo radical, ecologismo místico, rechazo al globalismo neoliberal y delirantes ataques a corporaciones y oéneges supuestamente comunistas. Esto ha permitido  disfrazar la prohibición de su victoria electoral en diciemrbe y exclusión actual de una acción contra la extrema derecha y un supuesto peligro para la democracia. 

Pero los  críticos con la decision en Bucarest  achacaron la exclusion al apoyo del candidato a la paz en Ucrania y el peligro que esto supone para la estrategia de guerra europeoa. “Los rumanos quieren la paz y no una guerra proxy con Rusia”, dijo Uscov.

Sin embargo, la prohibición de Georgescu puede resultar inutil, porque todo indica que el candidato que lo sustituya, otro nacionalista conservador, George Simion, apoyará con el mismo empeño la iniciativa de Trump, al igual que el primer ministro del estado vecino de Hungría,, Viktor Orbán. Simion es favorito para ganar las elecciones de mayo si se excluye a Georgescu

El candidato favorito, si Georgescu queda fuera, apoya el plan de paz de Trump 

Georgescu es un político más matizado que suelen reconocer sus críticos en las capitales europeas, según analistas consultados en Bucarest. “Lo critican por ser prorruso, pero no es exactamente eso, el utiliza las narrativas que la propaganda rusa emplea en Rumanía: una Rumanía es una colonia para las multinacionales, que no tenemos líderes valientes”, dice el consultor político en Bucarest Radu Magdin. “Y la percepción pública es que, efectivamente, nuestra economía ha sido entregada a las multinacionales”.

Georgescu jamás ha defendido salir de la OTAN o de la UE, pero, al igual Orbán  dice que Rumanía “no debería arrodillarse; debemos hacer todo en nuestro interés nacional”, según ha dicho en entrevistas con los medios. Rumanía accedió a la OTAN en 2004 y a la UE en 2007.

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