

La aparente tregua que acaban de firmar PP y Vox en Baleares puede convertirse en un espejismo en el momento en que se abra la negociación de los presupuestos y los de Abascal pongan sobre la mesa su gran exigencia en esta legislatura: la implantación del bilingüismo en las aulas. Vox ya ha dicho que ésta será su próxima batalla tras haberse apuntado dos importantes victorias políticas en menos de una semana. Ha logrado que Marga Prohens dé marcha atrás en su intención de aprobar una subida de la ecotasa y ha conseguido que se abra la vía para reclasificar suelo rústico y que se destine a uso residencial.
La negociación de los presupuestos se reabrirá la próxima semana, según confirman tanto desde el Govern balear como desde Vox. El acuerdo se rompió el año pasado en todas las comunidades autónomas por orden de Santiago Abascal, pero los portavoces en las islas ya habían comenzado a plantear la necesidad de acabar con los 40 años de normalización lingüística en Baleares para implantar la igualdad entre el castellano y el catalán.
Prohens no quiere agitar el conflicto lingüístico y reniega del legado de José Ramón Bauzà
Marga Prohens se ha resistido hasta el momento a cruzar este Rubicón. La presidenta balear era diputada del PP cuando José Ramón Bauzá fue presidente de la comunidad. Sus posiciones extremas en contra del catalán le valieron el mérito de haber congregado la mayor manifestación de la historia de Baleares, con 100.000 personas en las calles en contra de su intento de arrinconar la lengua. La presidenta balear ha tomado nota y no tiene nada que ver con Bauzà en esta materia. No quiere agitar el avispero del conflicto lingüístico y reniega de aquel legado que condujo después al PP balear a la mayor derrota electoral de su historia y a una crisis interna que ha durado casi ocho años, hasta que ella fue nombrada presidenta del partido auspiciada por Pablo Casado.
Ahora no le quedará más remedio que abordar este asunto, muy a su pesar. Vox llega envalentonado a la negociación presupuestaria tras haber logrado imponer sus exigencias en turismo y en vivienda. La imagen de Prohens ha quedado tocada después de no haber conseguido medidas eficaces contra la saturación turística, más allá del establecimiento de un techo de plazas turísticas similar al que ya existía. En el PP son conscientes de ese imagen de debilidad que se ha transmitido estos días, con la portavoz de Vox, compareciendo con los consellers del Govern balear para dar cuenta de los acuerdos. Desde el PP aseguran que estas cesiones en dos temas sustanciales dan alas a la presidenta para no ceder en los presupuestos.
Además de un cambio radical en el modelo lingüístico en Baleares, Vox también pedirá de nuevo la derogación de la ley de Memoria. Será la segunda vez que se plantee esta derogación, que ya ha sido debatida en el Parlament balear. Tocó votarla justo después de que Abascal anunciara la ruptura de los acuerdos presupuestarios y el PP decidió no apoyar la norma promovida por Vox. La abstención de los populares hizo que la norma no fuera derogada, pero la propuesta volverá al Parlament de la mano de Vox.
A estas dos singularidades de Baleares se añaden las exigencias que ya ha planteado el partido de extrema derecha en Valencia en relación a la acogida de menores migrantes y al pacto verde, pero en el PP dicen que en esta materia no habrá ningún problema para ponerse de acuerdo ya que, a diferencia de lo que sucede con el catalán, Prohens si mantiene una línea dura en inmigración como consecuencia de la llegada en pateras de más de 5.000 migrantes a las islas el año pasado.