Giorgia Meloni está siendo investigada por la Fiscalía de Roma por los delitos de encubrimiento y malversación y arremete contra los jueces: “No me dejo intimidar”. En el centro de la investigación está el caso de la repatriación del general libio Osama Almasri, liberado y devuelto a su país en un avión del Estado a pesar de una orden de arresto en su contra emitida por la Corte Penal Internacional. Junto a la primera ministra, también han recibido una notificación de investigación el ministro de Justicia, Carlo Nordio; el ministro del Interior, Matteo Piantedosi; y el subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros, Alfredo Mantovano, autoridad delegada para los servicios secretos.
La propia Giorgia Meloni dio a conocer la noticia en un vídeo publicado en sus redes sociales: “El fiscal de la República, Francesco Lo Voi, el mismo que llevó a cabo el fallido juicio contra Matteo Salvini por secuestro de personas, acaba de enviarme una notificación de investigación por los delitos de encubrimiento y malversación en relación con el caso de la repatriación del ciudadano libio Almasri”. Meloni criticó duramente tanto al magistrado como a la persona que presentó la denuncia, el abogado Luigi Li Gotti, “expolítico de izquierda muy cercano a Romano Prodi, conocido por haber defendido a colaboradores de justicia de la talla de Buscetta, Brusca y otros mafiosos”.
La noticia llega en pleno enfrentamiento entre la magistratura y el gobierno por la reforma de la justicia. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, cree que no es casualidad: “Esta investigación parece una venganza”. La oposición de centroizquierda condenó duramente la actuación del gobierno, pero el ex primer ministro Matteo Renzi, líder del partido centrista Italia Viva, advierte de los riesgos: “La decisión de repatriar al criminal libio es políticamente errónea, pero tengo la impresión de que Meloni pretende aprovechar esta notificación de investigación –que es un acto formal– para alimentar su habitual victimismo”.
