La franja de Gaza y los católicos de Tierra Santa pierden a “su” Papa

Su frágil salud no le permitió pronunciarlo (por última vez) de su boca, pero Gaza fue central en su postrero urbi et orbi. Horas antes de su muerte, Francisco deploró en su mensaje de Pascua la “incesante violencia” de Israel sobre el enclave palestino y su “dramática y deplorable situación humanitaria”. Un pasaje que cerró con “un nuevo llamamiento a un inmediato alto el fuego, a la liberación de los rehenes [israelíes] y al acceso a la ayuda”.

No se trató de una excepción, sino que fue regla del Sumo Pontífice, quien por más de 18 meses fue un férreo crítico de los ataques israelíes en Gaza, al punto de sugerir estudiar si constituyen un genocidio o de señalar, en su mensaje de Navidad a los cardenales, que dichos bombardeos no eran actos “de guerra”, sino de “crueldad”.

El compromiso del clérigo argentino se vio reflejado además en las llamadas diarias que mantenía con la iglesia de la Sagrada Familia, la única parroquia católica en la Franja, liderada por su compatriota Gabriel Romanelli. “El Papa nos llamó por última vez el sábado por la noche. Nos dijo que rezaba por nosotros, nos bendijo y agradeció nuestras oraciones en su favor”, le explicó Romanelli al Servicio de Noticias del Vaticano. En esos diálogos entraba en contacto no solo con sacerdotes y monjas, sino con civiles palestinos desplazados en el templo, tanto cristianos como musulmanes.

Por eso su deceso ha dolido en Gaza. En la iglesia de la Sagrada Familia han colocado su retrato con ofrendas florales y celebraron una misa en su honor. “Perdimos a un santo que nos enseñaba cada día a ser valientes, a tener paciencia y a mantenernos fuertes. Perdimos a un hombre que luchó para proteger a este pequeño rebaño suyo”, declaró a Reuters George Antone, jefe del comité de emergencia de la Iglesia.

No han sido pocos los palestinos que en redes sociales han reivindicado al Papa por su apoyo a la creación de un Estado palestino o que recuerdan su icónica visita a Oriente Medio en el 2014, cuando, en un acto en Belén fuera de protocolo, se detuvo a rezar en el muro erigido por Israel y que encierra a la Cisjordania ocupada.

El Papa convirtió a Pierbattista Pizzaballa en el primer Patriarca Latino de Jerusalén nombrado cardenal

En ese último urbi et orbi, el jefe de la Iglesia católica manifestó asimismo su empatía con “el sufrimiento de palestinos e israelíes” y su “preocupación” por el aumento del antisemitismo; durante el último año y medio condenó repetidas veces los ataques de Hamas y recibió a rehenes liberados y familiares de secuestrados.

Aunque su retórica más y más dura contra la violencia en Gaza y algunas definiciones religiosas tensaron sus vínculos con Israel y el mundo judío, el presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald Lauder, lo recordó como “un hombre de profunda fe y humanidad” y destacó su “fomento del diálogo interreligioso”, una de las banderas del papado de Jorge Bergoglio.

En Jerusalén, en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja, se ha sentido su ausencia: una atmósfera de tristeza repicaba ayer en múltiples campanadas. Al igual que en Gaza, en el Santo Sepulcro se observa un dibujo de Francisco, en concreto en la Capilla del Santísimo Sacramento, habilitada para el rezo de locales y turistas.

Algunos de estos fieles se sumaron a la tradicional procesión diaria de los monjes franciscanos, marcada por el luto. Nicolawos, un palestino cristiano de Belén que atesora una foto que se tomó con el Papa en Roma hace dos años, asegura a La Vanguardia que Francisco fue “la voz de los débiles, de los que sufren angustia, de los que viven bajo situaciones difíciles como la guerra”.

La misa principal en Jerusalén, en tributo al Santo Padre, está programada para este miércoles y la presidirá Pierbattista Pizzaballa, a quien Bergoglio convirtió en el primer Patriarca Latino de Jerusalén en ser nombrado cardenal. Su participación en el futuro cónclave para elegir al nuevo Santo Padre entusiasma a algunos fieles, como al propio Nicolawos o a un feligrés francés que sostiene que sería “una bendición” si Pizzaballa resultara elegido porque “puede hacer avanzar las cosas complicadas”, aunque lo ve poco probable.

Francisco criticó los bombardeos de Israel en Gaza y señaló que no eran actos “de guerra”, sino de “crueldad”

Márcia, una turista brasileña, evita hacer proyecciones pero admite que el futuro Pontífice tendrá una “tarea ardua” porque “la Iglesia es muy antigua y los tiempos han cambiado”. Esa modernización que inició Francisco y cuya figura, aplaudida en Tierra Santa, parece difícil de superar.

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