
La guerra arancelaria de Donald Trump amenaza con provocar este año un impacto que supere un punto del PIB catalán. El golpe se daría en un escenario “severo y transitorio”, con un primer shock que luego se apaciguaría, según el Informe anual de la economía catalana 2024 elaborado por el Departament d’Economia i Finances presentado hoy.
Este escenario dibuja una caída por unas tensiones comerciales “intensas pero temporales” que se trasladaría también al 2026, restando unas cinco décimas, mientras que en el 2027 ya se habría asimilado el golpe. El informe recoge que no sería el escenario más plausible y que el descenso sería menor al visto en la última crisis financiera internacional. Pero a unas horas de caducar la pausa arancelaria de Trump, todo sigue en el aire.
”La economía va bien, pero estamos en un entorno de incertidumbre”, ha reconocido el president de la Generalitat, Salvador Illa. Además del tema comercial, puso la atención en la vivienda, un “cuello de botella” que puede convertirse “en un lastre para la economía”.
La Generalitat plantea otros dos escenarios con los aranceles. En uno moderado y transitorio, en el que se diera una rebaja temporal del crecimiento del comercio mundial, el impacto sería de unas tres décimas este año y otra en el 2026, con una recuperación en el 2027. Es el más benévolo y el más plausible. El peor es el severo y permanente, en el que las perturbaciones comerciales serían intensas y persistentes, que dejaría un impacto en el PIB de ocho décimas en el 2025, cifra sostenida hasta el 2030, a lo largo del tiempo.
Los sectores más afectados por los aranceles, en base a su comercio con EE.UU., podrían ser maquinaria, aceites y preparados de perfumería, productos farmacéuticos o materiales plásticos y manufactura. Para aguantar el impacto, el informe propone diversificar mercados de exportación y potenciar sectores con más valor añadido, valorar sistemas de apoyo para los exportadores y coordinarse mejor con Europa.
Repunte del 2,6% en el PIB este año
Con todo, la Generalitat espera que la economía catalana ralentice este 2025 su avance con un repunte del PIB del 2,6%, un punto menos que el año pasado, afectada por el incremento del proteccionismo y la incertidumbre geopolítica. Influye principalmente la guerra arancelaria de Donald Trump. La previsión para el 2026 es crecer el 2%, por lo que se enfrentan al menos dos años de moderación.
Las previsiones contrastan con un 2024 en el que la economía catalana avanzó un 3,6%, en un contexto más benévolo por unos servicios fuertes, el impulso del gasto de hogares y la mayor inversión pública y empresarial, tras “algunos años de debilidad”, recoge el informe, favorecida por los fondos europeos y la reducción de los tipos de interés. El incremento de la actividad superó al registrado en el conjunto de España (3,2%), por lo que se habla de un “gran dinamismo” pese a la incertidumbre internacional. Se dio con un “patrón de crecimiento equilibrado”, con aportaciones positivas de los principales sectores, tanto en servicios (+4,1%) e industria (+3,9%) como agricultura (+4,2%) y construcción (+1,7%). La Generalitat resalta asimismo el aporte del “fuerte crecimiento de la población”.
Se recupera el PIB per cápita previo a la pandemia
El pasado fue un ejercicio en el que además el PIB por habitante volvió a niveles prepandemia, destaca el informe. En términos constantes, descontando el efecto de la inflación, el dato está un 6,7% por encima del 2019. Si bien la economía sobrepasó niveles precovid en el 2022, en términos per cápita no se había logrado hasta ahora “por el fuerte dinamismo demográfico”. A la vaz, prosigue la mejora en la productividad.
Para los próximos años, el Govern pone el foco en la mejora de la productividad, la descarbonización y medidas para dar respuesta a la transición demográfica, con una sociedad cada vez más envejecida y dificultad para cubrir ciertos empleos. La consellera de Economia i Finances, Alícia Romero, ha llamado a apostar por un crecimiento que deshaga desigualdades, como en la pobreza infantil.