La industria fósil se resiste a las renovables

La Agencia Internacional de la Energía acaba de recortar sus previsiones de crecimiento de las energías renovables en Estados Unidos para los próximos cinco años en cerca de un 50%. El dato se ha dado a conocer la misma semana en que una investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha denunciado la cada vez menor implicación de las principales compañías extractoras de combustibles fósiles en proyectos de energías renovables. En concreto, el estudio calcula que la energía de origen renovable apenas representa el 0,1% de la extracción de energía primaria de las 250 mayores empresas de petróleo y gas del mundo.

Ambas informaciones tienen una causa común: las políticas contrarias a la lucha contra el cambio climático del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como la menor ambición climática de la Unión Europea. “Hay un giro antirrenovables en las principales economías del mundo”, afirma Ismael Morales López, responsable de política climática de la Fundación Renovables. “Trump –continúa Morales López– incluso está paralizando parques eólicos, y toda esta incertidumbre regulatoria y política está frenando las inversiones”.

Dato

De las 250 empresas analizadas, solo un 20% tienen algún proyecto de energías renovables en marcha 

También es una cuestión de números, en opinión de Marcel Llavero Pasquina, investigador del ICTA-UAB y primer autor del estudio. “Las energías renovables tienen un coste de producción más barato a la hora de generar electricidad. Sin embargo, una cosa es el coste y la otra es el beneficio y el retorno de la inversión”, explica Llavero Pasquina. “Cuantas más renovables se instalen, más se satura el consumo porque no hay suficiente demanda y más baja el rendimiento y el retorno”, argumenta el investigador para justificar el escaso interés de las compañías extractoras de combustibles fósiles para invertir en proyectos renovables. Además, el experto señala que “a diferencia de la electricidad, el petróleo y el gas son vectores energéticos fácilmente transportables de un continente a otro”, con lo que resultan más interesantes para las firmas del sector.

La investigación del ICTA-UAB, que se basa en datos de la oenegé Global Energy Monitor, revela que solo el 20% de las 250 compañías analizadas tiene algún proyecto de energía renovable en marcha. Si se compara con el total de proyectos renovables en curso, las principales empresas de petróleo y gas del mundo solo son responsables del 1,42% de los proyectos de energías renovables existentes. A escala nacional, Repsol y Moeve (antigua Cepsa) son las únicas empresas analizadas, con unos datos similares a la media global. La energía de origen renovable representa únicamente el 1,28% de la energía primaria que obtiene Repsol, mientras que en el caso de Moeve el porcentaje asciende al 0,2%.

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SAN FRANCISCO, CA - MAY 09: Luminalt solar installers Pam Quan (L) and Walter Morales (R) install solar panels on the roof of a home on May 9, 2018 in San Francisco, California. The California Energy Commission is set to vote on proposed legislation that would require all new homes in the state of California to have solor panels. If passed, the new mandate would require the panels on new homes up to three stories tall and is estimated to cost nearly $10K per home. Justin Sullivan/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==

Ante esta realidad, el autor del estudio pide que las compañías de petróleo y gas dejen de tener un asiento en las mesas de negociación donde se toman las decisiones sobre el futuro de la política climática y energética. “Se las incluye como supuestos actores indispensables en la transición energética, pero ha quedado claro que no son parte de la solución; al contrario, porque tienen un conflicto de interés muy evidente porque lo que quieren es alargar la era de la extracción de combustibles fósiles”.

En Piel blanca, combustible negro (Ed. Capitán Swing), el activista sueco Andreas Malm habla de capital fósil, un concepto que define con estas palabras: “Es un fuego que nunca se apaga: el capital aumenta al sacar carbón, petróleo y gas de la tierra y quemarlo. Cuando obtiene beneficios, estos se reinvierten en el mismo ciclo, a una escala mayor, de modo que se emiten mayores cantidades aún de CO2”.

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