La inflación subió en Estados Unidos el pasado mes de mayo una décima, al 2,4% en la comparación anual, algo menos de lo esperado o en línea con los augurios. Este porcentaje se considera un primer reflejo del impacto inicial de la política arancelaria del presidente Donald Trump, si bien se calcula que el efecto del encarecimiento de los productos se expresará de forma más clara en julio.
Los comercios llevan meses avisando que subirían los precios como consecuencia de la guerra comercial desatada por Trump, quien respondió con amenazas a los que hacían ese planteamiento. A Walmart, la mayor cadena minorista del mundo, les aconsejó que debían “comerse los aranceles”. Este último dato demuestra que la subida ha empezado aunque de una manera limitada, por lo que permite mantener la inflación bajo control.
Los analistas habían pronosticado un incremento del 2,4% o del 2,5%, aunque con una subida mensual del 0,2% de abril a mayo, cuando ha sido el 0,1%. Si se excluyen los elementos más volátiles, como alimentos y energía, la inflación subyacente se mantuvo al 0,1% y 2,8%, al mes y anual, respectivamente, cuando se esperaba que fuese del 0,3% y el 2,9%. La cifra se mantiene estable desde marzo.

El dato ofrece una variación relevante respecto a abril. Entonces la inflación bajó al 2,3%, respecto al 2,4% de marzo, punto al que se ha regresado.
Sin embargo, esta subida supone un nuevo aval a la política de contención de la Reserva Federal (Fed), o como dice su presidente Jerome Powell, esperar y ver que pasa, ante el potencial impacto de la política económica de Trump, que abarca desde la posible ley de recorte fiscal y la amenaza de un incremento enorme del déficit, y los resultados de su agresiva guerra comercial, todavía en sus primeras escaramuzas.
Todo indica, según los analistas, que la Fed mantendrá los tipos de interés en el 4,25%-4,50% en la reunión de dos días que celebrará la próxima semana, a pesar de la continua presión de Trump a Powell para que acuerden recortes y de forma sustancial con un punto básico.
Los expertos coincidieron en que este incremento de la inflación solo refleja un impacto temprano de los aranceles aplicados por Trump, cuyos alcance y escala ha ido variando desde que lanzó su guerra comercial en abril, además de que pausó los recíprocos, más elevados, a decenas de países. Los aranceles trastocaron las previsiones de inflación de los bancos centrales, el crecimiento económico y del mercado laboral.
Se espera un mayor impacto de los aranceles en próximas mediciones
En las minutas de la última reunión de la Fed, los gobernadores de la Reserva Federal apuntaron que había muchas posibilidades de una recesión, mientras atisbaban el freno en el crecimiento económico para EE.UU. y el incremento del paro.
Durante mayo, el precio de la energía cayó un 1%, en tanto que los alimentos se incrementaron un 0,3% en comparación al mes previo. Esta subida también se registró en la vivienda, principal factor de la subida en el índice de precios al consumo. Uno de los elementos más vigilados, los huevos, bajaron su coste en un 2,7%, pero siguen siendo un 41,5% más caros que hace un año.