
Después de tres meses de moderación de la inflación, en junio ha repuntado ligeramente. Una subida de dos décimas que la deja en el 2,2%. De esta manera, el año que arrancó con los dos primeros meses con unos precios alrededor del 3%, inició un descenso durante tres meses consecutivos, para ahora remontar dos décimas, según el dato adelantado que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta mañana.
El movimiento entra dentro de las previsiones de los economistas que esperaban un ligero aumento de la tasa en un mes que ha estado muy marcado por la incertidumbre en los mercados energéticos internacionales a raíz de la guerra entre Israel e Irán.
Precisamente son las gasolinas uno de los factores que ha provocado este incremento, con un aumento de los precios frente a la bajada que se produjo en el mismo mes del año pasado. La guerra produjo mucha incertidumbre pero no la temida escalada del precio del petróleo, con la amenaza añadida de un cierre del Estrecho de Ormuz, lo que hubiera tenido importantes derivadas. Sin embargo, por el momento, el conflicto se ha terminado y sin impacto significativo en el petróleo.
Un segundo elemento que explica la subida son los alimentos, aunque en el dato adelantado el INE no entra en el detalle, sí que apunta al aumento de los precios alimentarios por encima del registrado en junio del 2024.
De esta manera, se confirmaría la alerta que ya saltó en mayo, con un aumento en aquel momento de los precios de los alimentos de media décima. Una subida que, en realidad, hubiera sido superior si no hubiera sido por el efecto moderador del aceite de oliva. Es el producto emblemático de la espiral inflacionista anterior y que ahora sigue en caída libre, un 44% se redujo su precio en mayo, lo que moderó la media de los alimentos. Cuando salgan en dos semanas los datos detallados de junio, permitirán verificar si, como parece, sigue al alza la tendencia de los precios de la alimentación.
Por otro lado, la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta ni energía ni alimentos frescos, se mantiene en el 2,2%. Aquí también se intuye el peso de la subida de los alimentos, porque los economistas esperaban una ligera caída, que no se ha producido. “La sorpresa para nosotros, de donde viene es de los alimentos”, explica María Jesús Fernández, de Funcas, que ve este impacto tanto en el índice general como en la subyacente.
De cara a futuro, la previsión es que en los próximos meses la inflación suba ligeramente hasta llegar a un pico del 2,8% en septiembre y después iniciar otro descenso y terminar el año en un porcentaje similar al de este mes de junio. Para Funcas, la media del año quedaría en el 2,4%. “Este año no bajamos del 2%”, pronostica María Jesús Fernández.
Respecto a la inflacion intermensual, en relación con mayo de este año, aumentó un 0,6%, con lo que encadena nueve meses con tasas mensuales positivas.
Desde el Ministerio de Economía consideran que con este dato la inflación se mantiene contendia en el entorno de referencia que maneja el BCE, mientras que la economía española “se mantiene como motor de crecimiento entre las principales economías europeas”. Es una referencia al dato conocido ayer de un aumento del 0,6% del PIB en el primer trimestre del año que, aunque supone una ligera desaceleración respecto a periodos anteriores, sigue siendo superior al de países vecinos, como Francia y Alemania.