
Una vez más, Donald Trump hizo de Donald Trump. Este domingo anunció en su red otro de sus sonados flip flop. Ya no habrá tarifas el 50% de aranceles a los productos de la Unión Europea (UE) a partir del 1 de junio. La situación vuelve a la casilla de salida y se recupera la pausa de 90 días, que caduca el próximo 9 de julio.
Su cambio de postura se produjo después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le llamara por teléfono y le pidiera respetar los plazos acordados. Era lo que buscaba Bruselas: rebajar las tensiones y volver al diálogo. Ambos acordaron acelerar las negociaciones y mantener un estrecho contacto directo. “Para nosotros nada ha cambiado”, apuntan fuentes comunitarias.
“He recibido una llamada hoy de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, requiriendo una extensión de la fecha límite del 1 de junio sobre la imposición de aranceles del 50% respecto a la UE”, señaló el presidente de EE.UU.. “He aceptado esa extensión, al 9 de julio del 2025”, indicó. “Fue un privilegio hacerlo”, añadió en su mensaje.
El post de Trump se produjo después de que Von der Leyen comunicara en las redes que había tenido “una buena llamada” con el presidente estadounidense. “Europa está dispuesta a avanzar en las conversaciones con rapidez y decisión”, matizó la líder comunitaria en su mensaje.
Fue Von der Leyen quien descolgó el teléfono. La llamada fue una iniciativa de la popular alemana, confirmó este lunes su portavoz, Paula Pinho, aunque había una intención mutua de comunicarse. “Ahora hay un nuevo impulso para las negociaciones”, dijo Pinho a la prensa.
Ambos dirigentes acordaron mantenerse informados después de “una buena charla”
Era la primera vez que hablaban del asunto bilateralmente – solo se habían saludado brevemente durante el funeral del papa Francisco– desde el inicio del segundo mandato de Trump. El foco estuvo puesto exclusivamente en las negociaciones comerciales, sin tratar ningún otro aspecto como la invasión de Ucrania.
A su regreso a la Casa Blanca, tras pasar el fin de semana en su mansión de Bedminster (Nueva Jersey), Trump respondió a preguntas de los periodistas que había tenido “una buena charla” con la dirigente. “Me pidió que nos reuniéramos rápidamente para ver si podemos resolver algo”.
Este rebrote de la guerra comercial forzado por Trump confirma una vez más su manual de acción, ataque y luego repliegue para apuntarse un tanto, aunque los mandatarios de los otros países cada vez son más conscientes de esta táctica. El pasado viernes, a primera hora, Trump sostuvo que recomendaba unos aranceles con la UE del 50% en los gravámenes recíprocos que, según lo fijado en su “día de la liberación” (2 de abril), deberían ser del 20%. Pero el 9 de abril estableció una pausa de tres meses, por lo que solo quedaba vigente el 10% universal de aplicación para todos los países, además de los del 25% sobre el acero, el aluminio y los coches. Justificó su cambio de parecer porque “es muy difícil negociar con la UE” y las “discusiones con ellos no van a ninguna parte”.
Unos días antes, la Administración estadounidense envió a la Comisión Europea una larga lista con reclamaciones que para Europa eran inadmisibles. Entre otras cosas, exigen reducir el déficit o las denominadas barreras no arancelarias, como la adopción de las normas de seguridad alimentaria estadounidenses y la eliminación de los impuestos nacionales sobre los servicios digitales.
Unas peticiones que Bruselas no considera realistas. La Comisión trabaja ofertas concretas como aranceles cero por cero para bienes industriales o una compra superior de productos como la soja o gas natural licuado, algo que ya necesita Europa porque se ha marcado como objetivo liberarse del gas ruso en dos años.
Sefcovic, Lutnick y Greer vuelven a hablar después del desastroso diálogo del viernes pasado
El mismo viernes estaba prevista una llamada entre Sefcovic y el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer. Al final, y después de la escalada de Trump, se les sumó el secretario de Comercio, Howard Lutnick. La llamada fue un completo desastre porque era una continuación de la lista de exigencias de unos días antes por la Casa Blanca. Tras la intervención de Von der Leyen, Sefcovic, Lutnick y Greer volvieron a citarse este lunes. El tono parece haber sido más constructivo, con el diplomático europeo resumiendo que han sido unas “buenas llamadas”.
Desde Bruselas se interpreta el paso de Trump como un intento de tomar las riendas de la situación y apuntarse el tanto del acuerdo comercial, si al final se produce. Algo que la cúpula comunitaria está dispuesta a conceder, siempre y cuando las negociaciones resulten en un acuerdo aceptable para ambos lados.