La nueva amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de subir ahora los aranceles a las importaciones de acero y aluminio al 25% ha puesto en alerta al sector metalúrgico en Catalunya. La Unió Patronal Metal·lúrgica (UPM) ha asegurado hoy en un comunicado que las consecuencias pueden ser importantes para las empresas españolas y recordó que, en estos momentos, Catalunya lidera la industria en el conjunto de España.
En concreto, España es el décimo exportador del mundo de acero y el vigésimo octavo en cuanto al aluminio. Las cifras del pasado año eran de 250 millones de euros por el acero y 128 por el aluminio. En total, el volumen conjunto del sector alcanza los 378 millones.

Por su parte, la Cámara de Comercio de España ha apuntado que los aranceles podrían reducir las exportaciones españolas de estos productos en un 10,4%. Sin embargo, ha considerado que, al tratarse de un impuesto que se aplica a todos los países, podría ser menos lesivo para España porque no se modificarían sustancialmente los precios relativos del aluminio o el acero.
Para el referente del sector en España, el grupo Celsa, la afectación directa de los aranceles anunciados es mínima. Fuentes de la compañía recuerdan que la patronal española Unión de Empresas Siderúrgicas sitúa las exportaciones de acero de España a EE.UU. en el 3,3% del total, y apuntan que, en el caso de Celsa, se encuentran incluso por debajo de ese porcentaje.

Tras anunciar aranceles a los productos importados de Canadá, México y China, que posteriormente fueron aplazados a los dos primeros países de la lista, el Gobierno de Estados Unidos ha lanzado por primera vez una propuesta de subidas impositivas que afectan a la Unión Europea.
La propuesta ha puesto a toda la economía catalana en jaque. El mercado norteamericano es el quinto socio comercial de Catalunya y el primer destino de sus exportaciones fuera de la Unión Europea y Gran Bretaña. En el 2023, Catalunya vendió un 4% de lo que fabricaba, es decir, 3.650 millones de euros, a ese país.
“Esto se traduce en 3.100 empresas que, ahora mismo, están pendientes de qué implicaciones tiene esta puesta en marcha de una nueva política. Por tanto, más allá del acero o el aluminio, las repercusiones son múltiples en todos los sectores que dependen de él de forma indirecta, como la vivienda o la automoción”, recordó la UPM.
Del mismo modo, la organización empresarial, integrada en la patronal Foment del Treball, recuerda que las importaciones también pueden verse afectadas por la dependencia, a grandes rasgos, que tiene la comunidad autónoma de Estados Unidos en cuanto a combustibles y productos farmacéuticos.