La ONU cifra en 613 los palestinos asesinados en Gaza cuando hacían cola para recoger comida

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH) ha comprobado que al menos 613 civiles palestinos fueron asesinados en un mes mientras, desesperados y hambrientos, intentaban conseguir algo de la escasa comida que Israel deja entrar en Gaza.

Aunque los ataques contra solicitantes de ayuda son documentados por testigos y fuentes médicas palestinas casi a diario, el dato proporcionado por el órgano de las Naciones Unidas ratifica, una vez más, que obtener alimentos en la franja bajo el bloqueo israelí –apenas suavizado desde finales de mayo– se ha convertido en una trampa.

Dos testigos relatan cómo soldados israelíes y mercenarios de EE.UU. disparan contra palestinos desarmados

La evaluación de la ACNUDH (sustentada en información de hospitales, cementerios, familiares, autoridades sanitarias del enclave, oenegés y socios en el terreno) comprende el período entre el 26 de mayo, cuando el grupo privado Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, en inglés) comenzó a operar con el respaldo de EE.UU. e Israel, y el 27 de junio. Del total de víctimas, la oficina de Derechos Humanos. señala que 509 fueron asesinadas cerca de los sitios de reparto de la GHF, mientras que los 104 restantes estaban a la espera de los pocos camiones que siguen entrando bajo coordinación de la ONU y otras organizaciones, a menudo expuestos a saqueos o ataques.

Si bien la portavoz de la ACNUDH, Rabina Shamdasani, dijo que el organismo no podía determinar la responsabilidad de las matanzas, sí remarcó que “está claro que el Ejército israelí ha tiroteado y disparado artillería a palestinos que trataban de llegar a los puntos de reparto” de la GHF y que “han habido más incidentes” tras el 27 de junio.

Sin ir más lejos, el hospital Nasser de Jan Yunis confirmó haber recibido ayer 20 cadáveres de solicitantes de ayuda. Al menos tres fueron asesinados en Rafah, cerca de dos sitios de distribución de la GHF, y otros 17 murieron en Tahliya, al este de Jan Yunis, cuando aguardaban el paso de convoyes.

Después de que una investigación del diario israelí Haaretz revelara que soldados de Israel han disparado contra civiles desarmados cerca de los sitios de reparto, el Ejército hebreo admitió a inicios de semana haber matado o herido a decenas de palestinos en áreas próximas a los centros de la GHF, aunque denunció como exageradas las cifras oficiales de víctimas.

Un reportaje de la agencia AP publicado el jueves expone que contratistas de seguridad estadounidenses también han abierto fuego contra las multitudes de palestinos hambrientos en las instalaciones de la GHF, desafiando la versión habitual de la opaca organización, que sostiene que ningún incidente se ha registrado durante sus repartos y que ha calificado de “falsas” las denuncias de la pieza periodística.

AP cita declaraciones de dos empleados de UG Solutions, firma subcontratada para proveer personal de seguridad en los centros, y en vídeos, mensajes y comunicaciones internas entregadas por los dos testigos anónimos. De esto se desprende, además, que es habitual el uso de granadas aturdidoras y gas pimienta contra civiles desarmados; que al menos en una grabación, un empleado celebra “haberle dado a uno” de los palestinos en el lugar; y que contratistas estadounidenses y soldados israelíes vigilan juntos las cámaras de monitoreo de los centros.

En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el incremento del flujo de heridos ligados a la ayuda ha convertido el hospital Nasser en una “enorme sala de traumatología”. Allí, declaró el portavoz Rip Peeperkorn, llegan cientos de pacientes, muchos de ellos niños y adolescentes, con lesiones traumáticas, incluidas heridas de bala en la cabeza, pecho y rodilla, en algunos casos con consecuencias irreversibles.

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