
El presidente de Foro Nuclear, la asociación que representa a las empresas propietarias de las nucleares en España, ha confirmado este martes que si había tres centrales nucleares cerradas antes del apagón fue porque REE había dado su autorización dada la cantidad de energía renovable que había en el sistema eléctrico. “La decisión de parar fue en el caso de Trillo para hacer una recarga de combustible programada, pero en el caso de Almaraz I y Confrentes la solicitud del paro se debió a que con los bajos precios de forma continuada del precio de la luz no les merece la pena producir para perder dinero”, ha asegurado Santiago Araluce durante la presentación del informe sobre el estado de la energía nuclear en España en 2024.
El presdiente de Foro Nuclear ha evitado pronunciarse directamente sobre si con de haber estado en marcha Almaraz I y Confrentes hubiera sido evitable el histórico apagón del 28 de abril. “Para poder afirmar algo así, primero hay que saber qué es lo que ocurrió y no eso todavía no lo sabemos”, apuntó. El directivo defendió la estabilidad que esta tecnología aporta cada día al sistema y asegura que “no fue una rémora para la recuperación”, como ha asegurado el presidente de Gobierno en alguna de sus comparecencias de la última semana.
Una cuestión de impuestos
De lo que no hay duda es que a pesar de cualquier evento inesperado como los que pudieron concurrir para provocar el apagón total, la energía nuclear no alcanza muchos días la rentabilidad suficiente como para tener en marcha sus instalaciones. El directivo volvió a defender la tecnología nuclear, que definió como “muy competitiva, si pudiera concurrir en igualdad de condiciones fiscales”. En total, la producción de un megavatio (MW) nuclear asume una carga fiscal de 18 euros, a la que se suman los 10 euros extra de la denominada Tasa Enresa, la que pagan para sufragar la gestión de los residuos nucleares y la desmantelación de las mismas. “Quiero dejar claro que asumimos el principio de el que contamina paga. No nos negamos a asumir este coste ya lo pagamos. No queremos que el ciudadano pague nada como se ha dicho en algunas ocasiones. Pero lo que nos parece injusto es que la tecnología nuclear tenga que asumir impuestos que no asumen el resto de tecnologías. Así es más difícil que seamos rentables”, apuntó Araluce.
El directivo aseguró que el sector abona cada año a Enresa, 600 millones de euros y lo van a seguir haciendo. En lo que no están de acuerdo es en que esa tasa se haya actualizado con un incremento del 30% sobre lo pactado en 2019 cuando el origen de ese incremento se debe a necesidad de construir siete almacenes temporales de residuos porque las administraciones públicas “fueron incapaces de llegar a un acuerdo para la ubicación de un único almacén temporal central que era el que estaba previsto y bajo el que se calculó la tasa Enresa en su actualización de 2019”, explicó. De hecho, foro nuclear y las distintas empresas afectadas tiene este incremento bajo estudio judicial ante el Tribunal Supremo.
Sin las nucleares, la factura subirá un 25%
“Aunque el verdadero problema es tener que asumir impuestos, sobre el combustible gastado por ejemplo, que no pagan otras tecnologías. Pagamos por ese concepto 250 millones de euros que en se nos impuso cuando el sistema eléctrico tenía un déficit. Ahora ya no lo tiene ¿por qué se mantiene?”, reclama Araluce.
Ignacio Araluce defendió la presencia de la nuclear en España, puesto que “hay informes que apuntan que su cierre supondría un incremento de entre el 23 y 25% en el precio de la factura de los consumidores”.
En cuanto al balance anual de sector, las centrales nucleares generaron 52.390 gigavatios hora (GWh) netos, el 19,98% del total de la producción eléctrica en España durante 2024 (que fue de 262.246 GWh). Un año más, sigue siendo la segunda fuente de producción en España tras la energía eólica. Además, la energía nuclear supuso el 26,01% de la electricidad sin emisiones de dióxido de carbono (CO2) en España. En total, tiene una potencia instalada de 7.117 magavatios (MW), el 5,44% del total en el país.
A su vez, ha subrayado el impacto laboral del sector nuclear, que tiene “30.000” puestos de trabajo muy cualificados en zonas de la España vaciada. Por todo ello, ha vuelto a insistir en la necesidad de “pensar otra vez” el acuerdo de cierre nuclear, firmado por las empresas titulares de las centrales en 2019. “El mundo ha cambiado desde 2019”, ha insistido.