¿Un espejismo en el desierto? El aeropuerto internacional de Sharm el Sheij, inaugurado en 1968 como base de la Fuerza Aérea israelí tras la guerra de los Seis Días, empezó a abarrotarse este lunes, según iba avanzando la mañana, con infinidad de aviones oficiales de muchos puntos del planeta, desde Azerbaiyán e Indonesia y Pakistán o Armenia, hasta Turquía, el Reino Unido, Alemania, Francia o España. Todos, no obstante, a la espera del Air Force One de Donald Trump, que llegó a la localidad egipcia del extremo sur de la península del Sinaí, en la costa del mar Rojo, tras su intervención ante el Parlamento israelí, en Jerusalén, mientras se producía el histórico intercambio de rehenes hebreos y presos palestinos entre Israel y Hamas.
La carretera entre el aeropuerto y el complejo hotelero de lujo en Sharm el Sheij donde se celebró la ceremonia de la firma del plan de paz para Oriente Medio lucía sus mejores galas para la ocasión, ante el despliegue de las apresuradas delegaciones oficiales de una veintena de países invitados al evento, organizado por Egipto y Estados Unidos. Multitud de carteles, con las imágenes de Donald Trump y Abdul Fatah al Sisi, daban la bienvenida a la tierra de la paz. Welcome to the Land of Peace.
Trump se mostró exultante en todo momento, felicitándose a sí mismo por un acuerdo de alto el fuego –que él considera de paz definitiva en la región–, en una jornada diseñada para su lucimiento personal y como inicio de la campaña para el ansiado Nobel de la Paz del 2026.
“Es el acuerdo más grande y complejo, y también es el lugar que podría provocar problemas tremendos, como la tercera guerra mundial. La tercera guerra mundial iba a empezar en Oriente Medio, y eso no va a ocurrir. De hecho, no queremos que comience en ningún lugar”, dijo el líder de EE.UU.

“Finalmente, después de 3.000 años (de conflicto entre palestinos e israelíes) –he oído hablar de 500 o 3.000 años–, este (acuerdo) es único; el más grande de todos (…) tuvimos mucho talento”, añadió.
Tras el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos, Trump dio por iniciada la segunda fase del acuerdo de alto el fuego. “Comienza la reconstrucción en Gaza. Quizá esa sea la parte más fácil: ya hemos hecho la más difícil, y el resto vendrá solo. Todos sabemos cómo reconstruir y construir mejor que nadie en el mundo”, afirmó.
Después de aterrizar en la ciudad turística, el jefe de la Casa Blanca se reunió con Al Sisi, respondió algunas preguntas de periodistas y luego recibió él solo –sin el líder egipcio– a todos los dignatarios invitados, como si fuera el anfitrión.
Trump pide al presidente de Israel que indulte a Netanyahu si es condenado
Los jefes de Estado y de gobierno, entre los que se encontraban los europeos Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Friedrich Merz, Keir Starmer o Viktor Orbán; o mandatarios árabes como el rey Abdalah de Jordania; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; o el secretario general de la ONU, António Guterres, se situaron detrás de la mesa donde Trump firmó el acuerdo junto a Al Sisi, al emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, y al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Ni el premier israelí, Beniamin Netanyahu, ni ningún líder de Hamas, estuvieron presentes, pero sí el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, quien recibió una cálida bienvenida por parte de Trump.
En un discurso posterior, el mandatario estadounidense agradeció uno por uno a los líderes invitados, entre sonrisas y palabras cordiales, incluso con aquellos dirigentes con los que ha tenido encontronazos, como Sánchez o Guterres. Dio la palabra al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, que pidió el Nobel de la Paz para él. Y se apuntó otro acuero de paz, en este caso entre Azerbaiyan y Armenia –en realidad, solo han realizado una declaración de intenciones– con sus líderes también presentes. “Estos tipos estuvieron peleados más de veinte años y lo arreglamos en una hora”, presumió Trump.

Antes de ir a Sharm el Sheij, Trump había estado en Israel, a donde llegó a primera hora de hoy lunes. Mientras en el cielo de Tel Aviv sobrevolaban los primeros helicópteros con algunos de los 20 rehenes rescatados de Gaza, en Jerusalén el presidente estadounidense decía en la Kneset que “esta pesadilla larga y dolorosa se ha acabado para los israelíes, y también para los palestinos”.
Dos diputados de izquierda piden a Trump que reconozca a Palestina, antes de ser expulsados del pleno
“Este es un amanecer histórico para Oriente Medio”, vaticinó el magnate estadounidense ante un Parlamento de Israel que lo recibía con ovaciones y vitoreos. Después de agradecer al “Dios todopoderoso de Abraham, Isaac y Jacob” este nuevo día de “fe renovada”, reconoció la labor de su enviado en la región, Steve Witkoff, y las cesiones de Netanyahu.
Refiriéndose al premier israelí como un “tipo” que “no es el más fácil de tratar”, Trump rememoró una conversación previa a la adopción del alto el fuego. “Le dije: ‘Bibi , te recordarán mucho más por esto [la paz] que si sigues como ahora, matando y matando’”, contó.
El estadounidense instó también a que el presidente israelí, Isaac Herzog, indulte a Netanyahu, que está siendo juzgado por presunta corrupción. En su intervención, Trump trató de persuadir a su homólogo israelí con su ya conocida diplomacia: “Unos puros y champán, ¿a quién le importan [los cargos]?”. Sugirió también que los palestinos aprovechen la oportunidad del alto el fuego para “regresar para siempre del camino de la violencia”. Dijo que los países árabes que no reconocen a Israel le harían “un favor” si se unieran a los acuerdos de Abraham. Y tendió la mano a Irán: “Estaremos listos para la paz cuando vosotros lo estéis, es la mejor decisión que podríais tomar”, dijo. Sin embargo, estableció la prioridad más inmediata para la Casa Blanca: “Centrémonos en Rusia primero”, apostilló.

Dos diputados israelíes interrumpieron a Trump en medio de su discurso al levantar desde sus escaños un cartel que rezaba: “Reconozca a Palestina”. “¡Qué eficientes!”, reaccionó el presidente estadounidense en cuanto la seguridad de la Kneset expulsó del pleno a los parlamentarios, miembros del partido izquierdista Hadash. Uno de ellos, Ayman Odeh, publicó más tarde en X: “Me expulsaron del pleno solo por plantear la demanda más sencilla, una demanda con la que toda la comunidad internacional está de acuerdo: reconocer el Estado palestino. Reconocer esta simple realidad: aquí hay dos pueblos, y ninguno de los dos va a irse a ninguna parte”.
Los discursos de los representantes israelíes estuvieron salpicados de elogios a Trump y de referencias bíblicas. El líder de la oposición a Netanyahu, Yair Lapid, agradeció a Trump el regreso de los rehenes israelíes con una cita del Talmud de Babilonia: “Quien salva una vida es como si salvara al mundo entero. Y usted, señor presidente, ha salvado muchas vidas hoy”. En su discurso, Lapid también insistió en que sus adversarios políticos no han cometido genocidio ni han provocado una hambruna intencionada en Gaza durante los últimos dos años.
Por su parte, Netanyahu declaró estar “comprometido con esta paz”, pese a que el fin de semana anterior advirtiera que la campaña en Gaza “no ha terminado” y que Israel acabará con Hamas “por las buenas o por las malas”. Asimismo, dijo: “Que Dios bendiga a Estados Unidos, a Israel y el pacto entre nuestras dos tierras prometidas”.
Uno de los temas sobre los que los cuatro padrinos del plan de paz –EE.UU., Egipto, Qatar y Turquía– esperan encontrar un consenso es el desarme de Hamas. Trump propone en su propuesta que el grupo palestino ceda el control de Gaza, y prevé que el enclave pase a ser gobernado por un comité tecnócrata palestino supervisado por un organismo internacional. Este organismo estaría presidido a su vez por él mismo y por el ex primer ministro británico Tony Blair, también presente este lunes en Sharm el Sheij.
Aunque Israel ya ha nombrado a un enlace militar entre el ejército y el mecanismo ideado por Trump, en el gobierno de Netanyahu hay voces disidentes del plan. Los ministros más ultras del Gobierno israelí, Itamar Ben Gvir, de Seguridad, y Bezalel Smotrich, de Finanzas, apuestan por reanudar ya la guerra en la franja y aniquilar lo que queda de Hamas.